¿Qué pasó el lunes en las fábricas de La Matanza? Opinan dos jóvenes trabajadores.
Martes 24 de noviembre de 2015
Mauricio Macri logró un triunfo ajustado sobre el candidato oficialista Daniel Scioli. En La Matanza, el partido más populoso y una zona industrial importante, aunque descentralizada, el porcentaje obtenido por el candidato del Frente para la Victoria fue de 64 % sobre el 34 % obtenido por Macri.
Pos 25 de octubre con el avance del macrismo, las paredes y las puertas de las fabricas fueron testigos de una furiosa campaña de la burocracia oficialista y el PJ contra Macri. La llamada “campaña del miedo”, como la llamaron muchos, decía “van a destruir la producción nacional”, “cerrarán las fábricas”, “subirán los precios de golpe”. Junto a la demagogia de la última semana de Scioli y contribuyó a generar un clima de incertidumbre que presionó al voto al mal menor.
El voto a Scioli fue entonces una expresión distorsionada del rechazo al ajuste. Contradictorio, por que el candidato es el responsable de dejar la Provincia en muy malas condiciones, donde los problemas estructurales no resueltos en todos estos años como la vivienda, la salud y la educación aquejan a todos los matanceros. Así como la persecución a los jóvenes por parte de la nueva Policía Local. Se puso la expectativa en la defensa de conquistas laborales, con la contradicción que esas conquistas aún no alcanzan para llevar un nivel de vida digno. Lo contradictorio de un voto por defender los puestos de trabajo y las paritarias, pero con el recuerdo vivo de las inundaciones en los barrios populares que dirige el peronismo.
Como contracara de esto el ajuste del nuevo gobierno, que será conducido por Mauricio Macri, no será fácil de pasar. Lo mismo tal vez hubiese ocurrido de ser el motonauta el ganador.
Lo que queda por ver es si esto se traduce en mayor lucha de clases y en resistencia.
En fábricas del SMATA, UOM, Plásticos y Gráficos el día después del balotaje se vio a la burocracia enojada, infundiendo más miedo, confundidos, pero ya viendo cómo se reacomodan con el nuevo gobierno. Algo en lo que son expertos. Pero además se nota una genuina preocupación de los trabajadores por lo que vendrá, que pasará con sus puestos de trabajo, con las paritarias, una incertidumbre fresca a horas de conocerse los resultados, que puede o no convertirse en una lucha seria por mantener lo conquistado, tal vez sea un nuevo momento donde haya que arremangarse y salir a luchar.
La izquierda con una proyección muy interesante y alto reconocimiento a través de Nicolás del Caño, el candidato más coherente contra el ajuste, puede empalmar con el descontento de los trabajadores si se viene el ajuste. A pesar de vivir en condiciones precarias y con sueldos de miseria, no van a dejar pasar así no más los ataques, ni unas paritarias a la baja y mucho menos los cierre de fábricas, porque es una generación que se encuentra en lugares estratégicos de la producción, empleada y con una conciencia de defensa de los puestos de trabajo, con desconfianza en la burocracia y con un potencial de organización independiente interesante.
La tarea de la izquierda en la zona expresada en el PTS es convertirse en una referencia por abajo, enraizarse y empalmar con ese sentimiento obrero que pueda surgir de resistencia y organización, en lugares amplios incluso sociales como los torneos de futbol lejos de los ojos de la patronal y corriendo con la ventaja de ser respetados y coherentes. Con una política ofensiva en tiempos defensivos se puede conquistar el respeto, la confianza para organizar polos independientes de las variantes patronales y las burocracias que ya se van reacomodando, para que la resistencia y la lucha si se dan, triunfen.