El vocero presidencial, que trabaja dos horas al día en defender las políticas reaccionarias de Milei por un sueldo millonario, tenía otro sueño. Quiso ser empresario y también sindicalista de un sindicato de Mensajeros. Pero eran tan flojo como es en su nueva tarea. Breve crónica de una casta anunciada.
Miércoles 15 de mayo 15:22
Manuel Adorni siempre supo una cosa: quería llegar lejos, alto. Caiga quien caiga, cueste lo que cueste. Esa era su meta cuando ingresó a la Universidad Argentina de la Empresa a estudiar para contador público. Le llevó muchos años recibirse, pero lo logró.
En los últimos años de su carrera entró a trabajar a una concesionaria de autos, Fimapen S.A. Al recibir el título de Contador, siguió trabajando para los mismos dueños, pero que ya habían hecho una maniobra para fundar otra empresa con las mismas letras: Mapemfi. Por la creatividad, seguro fue idea de Manuel.
Luego de pasar por la Fundación Iberoamericana de Estudios Superiores, el vocero termina como consultor de una mensajería situada en el barrio porteño de Once: Tesir SRL. Según el Boletín Oficial, se trataba de una sociedad “dedicada a los rubros de MENSAJERÍA Y CADETERIA: Servicios de Mensajería Urbana”. Hablamos en pasado porque Tesir tuvo una corta vida. Desde 2022 no registra actividad y quedó con algunas deudas pendientes.
Pero lo interesante es lo que se conoció en las últimas horas. El periodista Jorge Duarte cuenta en el sitio Infogremiales que se “filtró un expediente explosivo”. La punta del ovillo surge de la documentación presentada en 2020 para inscribir el Sindicato Argentino de Empleados de Delivery y Afines (SAEDA). Según cuenta la nota, “la curiosidad es que quien figura como Secretario Adjunto de la nueva organización es nada más ni nada menos que Manuel Adorni”. Finalmente el pedido no prosperó porque estaba flojo de papeles.
La filtración no escaparía, según el sitio, a algunas internas entre sectores de La Libertad Avanza y Cambiemos.
¿Qué hacía Adorni como secretario adjunto de un sindicato? Difícil entender. Nadie recuerda haberlo visto “desempeñando su actividad en auto, moto, cuatriciclo, bicicleta, monopatín, patines y/o a pie”, como dice el pedido de inscripción. Usted que lo ve diciendo cada cosa, a veces dormido, con un sueldo de 4 millones de pesos: ¿se lo imagina repartiendo paquetes en moto? ¿Y a pie?
Imaginamos la respuesta.
Pero además hay otro dato interesante, que pudimos conocer con un breve chequeo de datos. Ese mismo año que se proponía ser secretario adjunto de un sindicato, había fundado una sociedad llamada Innovación Empresarial S.A. Según el Boletín Oficial, Adorni era el gerente y la firma brindaba “consultoría en la gestión empresarial, administrativa y sobre estrategias operativas; coaching; manejo de proyectos; selección de tecnologias y estudios de mercado; asesoramiento y gestiones financieras”.
Gremialista y gerente. Podemos decir que era un caso típico de “sindicalismo empresarial”.
Pero además en ese prolífico año que fundó una empresa y un sindicato juntos, caso único en el mundo, también venía de fundar un partido político: Uni2, parte del mundillo liberal. Luego el partido se transformó en Republicanos Unidos, donde hacía carrera “el marido de Pampita”. Finalmente se integraron a La Libertad Avanza.
Como parte de esa fuerza política llegó al gobierno. El tuitero derechista se terminó convirtiendo en el “vocero presidencial” que todas las mañanas se dedica dos horas a dar explicaciones inconsistentes y defender lo indefendible. A pesar del sueño. Total, cada mes retira 4 palos de su cuenta bancaria, además de la que cobran sus familiares.
Hay que reconocer que hizo su carrera. Fracasó como casta empresaria y casta sindical, pero llegó a casta política. Fin.