El vocero del presidente Milei tildó de "terrorismo sindical" a trabajadores aeronáuticos por hacer un paro. Y el subsecretario de prensa habló de "salas de tortura". Es el mismo Gobierno que niega el genocidio de la última dictadura cívico-militar, que aplicó el terrorismo de estado y la tortura a miles de luchadores obreros y populares.
Viernes 8 de noviembre de 2024 20:21
El gobierno de Javier Milei ataca, una y otra vez, el derecho a huelga y el derecho a la protesta. Lo hace porque su plan es destruir derechos laborales y avanzar en privatizaciones. Y sabe que lo único que puede impedirlo, es la fuerza organizada de los trabajadores y trabajadoras, en defensa de sus puestos de trabajo y condiciones de vida.
Esta semana, el Gobierno avanzó con más despidos en la estatal Intercargo (encargada de asistir en el embarque y desembarque de pasajeros, equipajes, entre otras tareas). Previamente, había militarizado sectores de los aeropuertos, y lanzó una campaña de acusaciones falsas a los trabajadores y trabajadoras por realizar un paro. Es decir, por impulsar una medida de defensa elemental, para resguardar el plato de comida de sus familias.
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El vocero Manuel Adorni -quien se lamenta de ser rico, pero no tan rico como Elon Musk- tildó a los aeronáuticos de "terrorismo sindical". Luego, el subsecretario de Prensa, Javier Lanari dijo que habían convertido las cabinas de avión en "salas de tortura".
Estas acusaciones son totalmente falsas, pues la huelga y la protesta, son derechos conquistados por los trabajadores y trabajadoras, dentro de la legalidad de las democracias. Molestan al poder sí, porque perturban los negocios capitalistas; pero son totalmente legítimos y necesarios, para defenderse de la prepotencia patronal y de los ataques anti-obreros de los gobiernos.
Lo llamativo es que las acusaciones de "terrorismo" y "torturas", salen de la boca de funcionarios que niegan que en Argentina haya existido un genocidio. Fue la dictadura cívico-militar-eclesiástica, la que ejerció el terrorismo de estado y montó un plan sistemático de extermionio en base a salas de tortura, para barrer una generación de luchadoras y luchadores obreros y populares. Muchos y muchas de ellos, eran delegados y delegadas de base, y se organizaban en sus lugares de trabajo.
Acusan de "terrorismo", al mismo sector social que, en el pasado, sufrió las torturas, asesinatos y desapariciones. A los crímenes de lesa-humanidad les llaman "excesos", tanto el presidente Milei como sus funcionarios y funcionarias; pero a una huelga de trabajadores en defensa de sus puestos de trabajo, la relacionan con "salas de tortura".
Este mismo viernes, escondido detrás de la red social X, Lanari twitteó que el paro había sido "uno de los episodios más graves de la historia aeronáutica argentina". ¿Y los vuelos de la muerte? ¿Y los bombardeos a Plaza de Mayo en el ’55, por parte de la Aviación Naval?
Tergiversan la realidad, así como tergiversan la historia, con la ilusión de ser impunes mientras empeoran las condiciones de vida de todo el pueblo trabajador y de las mayorías populares.
Así también lo hicieron tras la brutal represión y cacería a manifestantes que protestaban contra la aprobación de la Ley de Bases. En aquella ocasión el Gobierno intentó acusarlos de "golpistas". Una vez más, ¡los que niegan el genocidio del último golpe de estado! Pero con la movilización de organismos de derechos humanos, de la Izquierda y de distintos sectores, se logró liberar hasta el último de los detenidos ilegalmente.
También será la organización y la lucha de los aeronáuticos, la que den vuelta las mentiras del Gobierno y hagan valen sus derechos. Unidos a otros sectores del pueblo trabajador, estudiantes, jubilados, es posible enfrentar el plan de ajuste, privatizaciones y vaciamiento, que encara el presidente Javier Milei y toda su casta aliada.