En las últimas horas, la bronca por el asesinato del colectivero Daniel Barrientos y la agresión de los choferes a Sergio Berni agregó una nueva tensión a un Gobierno que vive de crisis en crisis. Las críticas envenenadas del ministro Aníbal Fernández y la respuesta de funcionarios bonaerenses evidencian la mala relación y la nula coordinación que existe. En medio de una situación social cada vez más alarmante, el Frente de Todos se hunde en un internismo sin fin.
Juan Manuel Astiazarán @juanmastiazaran
Miércoles 5 de abril de 2023 20:48
El miércoles empezó movido, con las declaraciones de Aníbal Fernández en Radio con Vos. Ante las preguntas de Jairo Straccia y Ernesto Tenembaum en el programa ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?, el ministro de Seguridad de la Nación lanzó varios dardos envenenados para su par bonaerense y para el gobernador de la provincia, Axel Kicillof. En referencia a Berni, aseguró que “le miente al pueblo bonaerense” y sobre el gobernador aseguró: “Es un profundo desconocedor de lo que sucede en la Provincia”.
“Hay más de 6 mil gendarmes repartidos en todos los distritos desde hace un buen tiempo, con lo cual él desconoce lo que está sucediendo y lo que estamos haciendo” aseguró ante las críticas y el reclamo de Kicillof por el envío de fuerzas federales. “¿Cómo Kicillof no va a saber lo que hacen en la Provincia?”, le repreguntaron. “Es un problema de Kicillof, no mío, preguntale a él”, respondió y volvió a insistir: “Él dice que vienen reclamando los 6 mil. Alguien le dio el número y a él le gusta repetirlo. Bueno, repetí lo que vos quieras, pero lo que no sabés es que ya están esos”.
Las declaraciones picantes entre funcionarios pasaron de nivel y ya no se dan off the record, sino que se hacen públicamente. Si bien el diálogo entre los principales funcionarios de Nación y Provincia está cortado desde hace rato, hasta hace un tiempo primaba cierta diplomacia. Pero en medio de una crisis social cada vez más grave y un gobierno que no encuentra respuesta a ninguno de los graves problemas a los que se enfrenta, el pase de facturas es cada vez mayor y el internismo se apodera del centro de la escena en el Frente de Todos.
Hace una semana, Berni ya había descalificado al presidente en televisión y lo había tildado de “ingrato” y “traidor”. El lugar elegido para hacerlo fue ni más ni menos que los estudios de TN, en donde aseguró: “¿No dijo en off que quería terminar con 20 años de kirchnerismo? En off hablan los traidores”. Y remató: “Néstor lo sacaría a patadas en el orto”. Ahora, tras conocerse los dichos de Aníbal Fernández, la respuesta llegó de la mano de Carlos Bianco, la mano derecha de Kicillof: “Si Aníbal conoce tanto la Provincia que se presente a una PASO a gobernador. La fórmula puede ser Alberto Fernández Presidente - Anibal Fernández gobernador. Una fórmula muy ganadora”.
Las acusaciones públicas tienen su correlato en los cortocircuitos internos. Este miércoles por la mañana se desarrolló la reunión del Comando Unificado del Conurbano (CUC), el flamante organismo represivo inaugurado creado a fines de marzo para “mejorar la eficiencia en las zonas de mayor conflictividad”. Sin embargo, a la reunión no fue nadie del gobierno provincial y estos aseguraron que no fueron invitados.
Las idas y vueltas -públicas y en privado- entre Nación y Provincia no hacen más que dejar expuesta la tensión que existe y que alimenta la crisis interna que vive el Frente de Todos. Un gobierno que, ante indicadores sociales alarmantes como el último dato de pobreza difundido por Indec, se pierde en un internismo que pareciera no tener final y muestra a un peronismo que se autopercibe en retirada, sin poder dar respuestas ante la ruptura de su contrato electoral y el desencanto de millones de personas que lo votaron.
Por el momento el único punto en común que existe en el Gobierno es seguir bancando el ajuste que viene llevando adelante Sergio Massa, con el respaldo de todas las alas del oficialismo. Mientras tanto, asoma la posibilidad de unas muy probables PASO, ante un acuerdo que parece cada vez más lejano y una crisis interna que sigue en ascenso.
