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Red Internacional
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Pueblos Originarios. El discurso de Diana Conti reaviva los 150 años de discriminación

La muerte de un niño o una niña es grave. Más grave aún si es por desnutrición y tuberculosis. Y aún más cuando se justifica que los Pueblos Originarios “han mejorado notable y notoriamente su forma de vida en la década kirchnerista”. Esto fue lo que dijo la “dirigente política kirchnerista” Diana Conti en un programa televisivo.

Viernes 9 de enero de 2015

La muerte de un niño de 7 años de la comunidad Qom en la provincia de Chaco abrió un importante debate. La muerte de un niño o una niña es grave. Más grave aún si es por desnutrición y tuberculosis. Y aún más cuando se justifica que los Pueblos Originarios “han mejorado notable y notoriamente su forma de vida en la década kirchnerista”. Esto fue lo que dijo según sus propias palabras la “dirigente política kirchnerista” Diana Conti en un programa televisivo

En La Izquierda a Diario se pude leer una nota sobre los hechos. Pero también es necesario debatir algunas concepciones sobre los Pueblos Originarios que tiene la vocera kirchnerista Diana Conti porque demuestra una línea discursiva similar a la que generó que parte de la intelectualidad que justificó las campañas genocidas de fines del siglo XIX en el actual territorio argentino. Más allá de que la retórica racista, evolucionista y genocida de fines del siglo XIX poco tenga que ver con la situación actual de los Pueblos Originarios, se mantiene en el discurso una cierta lógica que justifica la discriminación.

Si bien la diputada pide perdón, dice que “la mano del estado llega si la propia comunidad lo permite porque el pueblo Qom tiene liderazgos” y luego aclara: “y en principio el líder de un pueblo es también responsable de quienes lo conforman… pero dejar que un chico muera”. De esta forma justifica que si una comunidad tiene un líder, es responsable de la muerte de un niño. Este discurso fue utilizado hace 150 años por Rosas, luego por Alsina y por Roca en el sur, y por Victorica en el Chaco Central. Cómo los grupos originarios, tenían caciques que dominaban distintos territorios, la guerra o el extermino estaban justificados. Con esta lógica un líder como Calfucurá que movilizaba a grandes malones tendría el mismo poder que Alsina y su ejército de campaña. De esta forma la elite dirigente armó toda una retórica que justificaba “la civilización y la barbarie”.

Lo que a Diana Conti le parece raro (estamos hablando de la desnutrición en Argentina) es una constante para los Pueblos Originarios. En el 2007 la prensa se hizo eco de la situación en el Chaco. Mujeres ancianas agonizando y 21 muertos fueron noticia. En ese momento (que es parte de la década ganada) la Defensoría del Pueblo de la Nación demandó “por el exterminio de las comunidades tobas, y la vulneración de los derechos humanos básicos”. De esto se olvida Conti y los voceros del gobierno como Capitanich.

El discurso de la diputada siguió su derrape, afirmando que “hay condiciones socio-económicas y culturales que tienen que ver con una situación de dejadez”. Otra vez acusa a las comunidades Qom por su forma de vida y las hace responsables de la muerte del niño que fue atendido en hospitales públicos de la capital chaqueña. Una vergüenza. La dejadez, es la que genera el Estado con su política desfinanciada hacia la salud y la educación y no de la comunidad que tiene todo el derecho a decidir si modifica o no su forma de vida y su cultura ancestral.

En el discurso de Diana Conti aparece la estigmatización hacia las comunidades Wichis (actual Salta), al referirse a su rol en Derechos Humanos durante el gobierno de la Alianza: “son comunitarios, con un machismo impresionante y hacen trabajar a las mujeres y los niños de una manera discriminatoria e insoportable”. No es una novedad que aún en la actualidad los Pueblos Originarios vivan comunitariamente. Si no lo hacen es porque el Estado capitalista abortó sus formas comunales de producción. El trabajo comunitario incluye a las mujeres y los niños. La diputada del FPV salta como si en su gobierno la explotación de las mujeres y los niños no fuera una constante.

A pesar de esto el trabajo de los niños en sus comunidades está regido por legislaciones al respecto siempre que no sea una explotación. La Declaración de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas (2007) dice que “los Estados en consulta y cooperación con los pueblos indígenas, tomarán medidas específicas para proteger a los niños indígenas contra la explotación económica y contra todo trabajo que pudiera resultar peligroso o inferir en la educación de los niños”. Este argumento del trabajo comunitario fue utilizado a principios del siglo XX como “no trabajo”. Este fue el comienzo de la política de las “reducciones indígenas” donde se explotaban a las comunidades en los ingenios, tabacales, etc.

Sobre educación, la diputada Conti también sabe guardar silencio. El INDEC dijo en el 2009 que 8 de cada 10 chicos indígenas no concluyeron la escuela secundaria y el 30 % no finalizó la primaria. Según datos del periodista Darío Aranda, las tasas de analfabetismo en los chicos mayores de 10 años es el 2,6%. Un reto a la “interculturalidad” de las leyes educativas kirchneristas.

Por último, no menos repudiable de los dichos de la vocera kirchnerista es la frase “Nada justifica lo de este niño de Pueblos Originarios o blanco que tenga desnutrición, tuberculosis y muera…”. Volviendo a la retórica del siglo XIX, evidentemente para la diputada el parámetro racista del color determina segregación en relación a los indígenas. ¿Qué quiso decir? En su discurso integra a todos, parece… pero por estas causas se mueren los pobres, los originarios y también “los blancos” que se atienden los hospitales públicos.

Irónicamente cierra su entrevista con: “un abrazo fuerte a los pueblos que perdieron un niño”, vuelve a desligarse como parte del gobierno de lo sucedido, siendo Capitanich ex gobernador de Chaco su aliado. Esto es el gobierno de CFK para las comunidades originarias que no se adaptan a sus políticas: discriminación, represión y muerte porque el gobierno defiende a la “patria sojera” que le da mucha plata pero no alcanza para los niños Qom.


Hernán Perriere

Nació en Bahía Blanca, es historiador (UNS) y docente. Integra el PTS y colabora con la sección historia de La Izquierda Diario.