No hubo sorpresa, salvo para el Gobierno de Maduro, pues se repitió y con más fuerza su derrota en el estado Barinas que tanto buscó evitar. Sergio Garrido candidato por el bloque opositor derechista de la MUD, ganó la gobernación en dicho estado, cuna del fallecido presidente Hugo Chávez, haciéndose de un importante símbolo político.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Lunes 10 de enero de 2022 19:04
La junta regional electoral del estado anunció que Sergio Garrido obtuvo 55,36% de la votación frente al 41,27% de Jorge Arreaza, candidato del oficialista PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela). Pese a una fuerte movilización de recursos, los resultados obtenidos para el oficialismo en estas elecciones fueron peores a los que consiguieron en los comicios del 21 de noviembre en la misma Barinas, pues si entonces todo indicaba que la diferencia entre Freddy Superlano y Argenis Chávez era de menos de un punto porcentual, en este caso se incrementó a 14 puntos.
Previo a conocerse los resultados oficiales, Arreaza, admitió la derrota en su cuenta de Twitter: "La información que recibimos de nuestras estructuras (...), indican que, aunque aumentamos en votación, no hemos logrado el objetivo", escribió Arreaza en la red social. Por su parte Garrido declaraba que "El pueblo derrotó esos 22 años que estuvieron dirigiendo el estado Barinas".
Cuando se realizaron las elecciones regionales el pasado 21 de noviembre, sorpresivamente el Gobierno no consiguió la victoria en lo que se venía considerando su principal trinchera por su vinculación con la familia Chávez –no tanto por la importancia del propio estado Barinas en relación a las demás entidades regionales–, y la elección se repitió por orden del Tribunal Supremo tras haber inhabilitado al entonces candidato opositor, Freddy Superlano.
De tal manera que a pesar de todas las arbitrariedades antidemocráticas y haber volcado todo el clientelismo al Gobierno la jugada le salió mal. En un artículo publicado en este mismo diario el 30 de noviembre escribíamos que ante el temor cantado de perder la gobernación del estado Barinas, el Gobierno de Maduro vía el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) decidió, en un claro dictamen bonapartista, suspender el conteo de tres urnas que no sobrepasan los mil votos ante un apretado resultado, aludiendo que el candidato de la oposición tenía un proceso en curso por la Contraloría General, por lo cual pasaba el TSJ a inhabilitarlo –¡en pleno proceso de conteo de los votos!–, siendo que ni el propio CNE (Consejo Nacional Electoral) lo sabía, de hecho, todo el proceso electoral ocurrió normal, siendo que el “descubrimiento” lo hace el TSJ posterior al evento electoral y cuando la derrota era cantada.
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Acto seguido se convocan a nuevas elecciones. “Anular un conteo electoral por segura derrota del candidato oficial del Psuv vía el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), inhabilitar al candidato opositor que llevaba la delantera en el conteo, convocar a un nuevo proceso electoral por dictamen del propio TSJ, inhabilitar a placer los candidatos propuestos, todo como si no existiese un Consejo Nacional Electoral (CNE), para garantizarse como sea la gobernación de dicho estado”, se leía en una declaración publicada por la LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) el 9 de diciembre, cuando se anunciaba la convocatoria a nuevas elecciones en Barinas.
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De tal manera que los resultados de este domingo convierten a Sergio Garrido en el primer integrante de la oposición derechista en ocupar la gobernación de Barinas desde 1998. Desde ese año, todos los gobernadores electos en ese estado han sido familiares directos de Chávez. Primero fue su padre, Hugo de los Reyes Chávez, y luego vinieron sus hermanos Adán Chávez y Argenis Chávez.
Ese estado también será el cuarto en estar controlado por la oposición, luego de los comicios regionales del pasado 21 de noviembre. Sin embargo, no alterará el control del gobierno sobre la mayoría de las gobernaciones, pero para la fracturada oposición se transforma en algo simbólico, en un territorio de dominio histórico del chavismo.
En los comicios de noviembre, el partido del Gobierno de Maduro (PSUV) ganó 19 de las 23 gobernaciones, aunque su votación bajó a 3,9 millones, según las cifras del Consejo Nacional Electoral, en comparación con los 5,9 millones de votos que obtuvo en las regionales de 2017. En las elecciones de Barinas ganó 128.583 votos.
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Es claro que el resultado electoral de este domingo expresa en última instancia, de manera distorsionada, ese hastío contra un Gobierno autoritario, represivo y antiobrero que ha descargado la peor crisis del país sobre el pueblo trabajador, destruyendo el salario, eliminando conquistas laborales, convenciones colectivas, dejando sin efecto la Ley del Trabajo, amedrentando e incluso con cárcel a trabajadores que salen a protestar.
Aunque votan por una opción que no es de modo alguno una variante progresiva, sino vinculado a toda una derecha reaccionaria. Lo que no se dio en las elecciones del pasado 21 de noviembre, esta vez toda la oposición se unificó empezando por el propio Juan Guaidó. Se trata de una oposición que fue parte de toda la tentativa golpista de enero del 2019 en adelante promocionada por el expresidente estadounidense Donald Trump, cuando se intentó imponer por la vía de la fuerza a Juan Guaidó como presidente del país, siendo parte de quienes exigieron las más duras sanciones económicas imperialistas.