La insurrección de Petrogrado de 1917 puso de relieve la talla de Trotsky como estratega, su análisis sobre la Primera Guerra de los Balcanes (1912-1913) ya lo muestran como precursor de temáticas que serán fundamentales para el análisis del fenómeno de la guerra en el siglo XX.
Sábado 27 de octubre de 2018
En León Trotsky y el arte de la insurrección Harold Walter Nelson reconstruye históricamente la maduración de Trotsky como estratega militar. Partiendo de sus intervenciones en la Revolución de 1905 y las polémicas posteriores en el seno de la socialdemocracia rusa, para luego desentrañar su rica experiencia como corresponsal de guerra en los Balcanes en 1912-13, así como sus análisis de la Primera Guerra Mundial. Este recorrido muestra cómo el revolucionario va extrayendo conclusiones y adquiriendo los conocimientos necesarios que le permitirán convertirse en el gran estratega de la insurrección de octubre de 1917 y resolver los desafíos militares de la defensa del primer Estado obrero de la historia”.
Como plantean Matías Maiello y Emilio Albamonte en la introducción: “El libro que tiene el lector en sus manos es un libro inquietante. Escrito por un Coronel del Ejército norteamericano analiza de manera documentada la evolución del pensamiento militar de León Trotsky. Desde el otro lado de la barricada, Harold W. Nelson descubre la profundidad del revolucionario ruso como teórico militar, como estratega y “general” revolucionario”.
Debemos tener en cuenta los elementos que hicieron que el aspecto militar del pensamiento de Trotsky fuera relegado al olvido dentro del marxismo, incluyendo las corrientes referenciadas en su figura. Después de la Segunda Guerra Mundial, la IV Internacional quedó diezmada entre la persecución del fascismo, el estalinismo y el imperialismo “democrático”, lo que determinó un quiebre de la unidad entre programa y estrategia. Por otro lado, las derrotas del ascenso de la lucha de clases internacional que va desde el Mayo Francés de 1968(1) al proceso revolucionario de Polonia de 1980-81 y la subsiguiente ofensiva imperialista a escala global produjo un “trauma epistemológico”(2) donde los problemas militares de la revolución prácticamente desaparecieron del horizonte del marxismo.
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Sin embargo tal ha sido la importancia y la magnitud de las elaboraciones de Trotsky del aspecto militar que Michael Howard, uno de los especialistas más reconocidos de la obra de Clausewitz(3) , lo incluye junto con Marx, Engels y Lenin en el puñado de autores que han trascendido las limitaciones políticas y tecnológicas de su época para igualar el genio del general prusiano y abordar la guerra no solo como un arte, sino como una gran actividad socio-política.
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Aunque es claro que solo la experiencia de futuras revoluciones serán las encargadas de delimitar los contornos y las características de los combates del siglo XXI, Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917) brinda al lector una puerta de entrada privilegiada a las cuestiones sobre la estrategia y la táctica militar en la obra del fundador de la cuarta internacional. En este, permiten preparar aquellos momentos cruciales de la historia en los que parafraseando a Clausewitz, es clave que cuando la burguesía eche mano a la espada, el proletariado evite salirle al cruce con una simple ceremonia.
¿Qué llevó a un Coronel norteamericano que combatió en Vietnam, a escribir un libro como este? Podemos conjeturar que su estudio de la obra del fundador del Ejército Rojo, fue motivada en la búsqueda de explicaciones al fracaso norteamericano en aquella guerra. Como señala el estratega militar norteamericano Edward Luttwak, “la victoria confunde y la derrota educa”(4) . Lo que va a ser un punto de contacto en la reflexión que elaboran ambos desde lados opuestos de la trinchera es: la crisis de los ejércitos reclutados masiva y compulsivamente para luchar por objetivos imperialistas.
En su introducción, Nelson plantea que: “Las revoluciones necesitan generales. Hombres que estudien los problemas de los conflictos armados, que organicen los recursos de guerra e inspiren a los hombres en la batalla”. Y agrega que las palabras revolucionario y general cargan una pesada connotación, cuando la primera es usada para modificar la segunda el nuevo término no se presta a una definición. Así, la mayoría de los que han descrito a Trotsky se han concentrado en el revolucionario, mientras que otros se han concentrado en su actuación como general. La confusión, concluye, surge porque Trotsky parece estar a la altura de satisfacer, holgadamente, los requisitos de ambos estándares. De ahí, podemos agregar nosotros, que retomar su legado en el “arte de la insurrección” es vital para todos aquellos que se preparen para vencer.
1.Bénard, Daniel, Kergoat, Jacques, Thomas, Jean B. y Vigna, Xavier, 68, Mayo Francés: Cuando Obreros Y Estudiantes Desafiaron Al Poder, Buenos Aires, Ediciones IPS, 2017.
2.Encontrarán un amplio desarrollo de este aspecto en Estrategia socialista y arte Militar de Matias Maiello y Emilio Albamonte. (Buenos Aires, Ediciones IPS 2017.
3.Fue un militar prusiano, uno de los más influyentes historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna, conocido principalmente por su tratado De la guerra. Sus obras influyeron de forma decisiva en el desarrollo de la ciencia militar occidental, y se enseñan hoy día en la mayoría de las academias militares del mundo.
4.Citado en Estrategia socialista y arte Militar de Matias Maiello y Emilio Albamonte. (Buenos Aires, Ediciones IPS 2017.) Luttwak, Edward, Para bellum. La estrategia de la paz y de la guerra, Madrid, Siglo XXI, 2005, p. 29.