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Red Internacional
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CÓRDOBA. El juicio casi termina y la pregunta es la misma: ¿dónde está Facundo?

Hace diez días comenzaron las audiencias en el marco del juicio por la desaparición de Facundo Rivera Alegre, conocido como “el rubio del pasaje”. La principal hipótesis que maneja la fiscalía tiene una debilidad no menor: no hay pruebas del cuerpo de Facundo. Entrevistamos a Viviana Alegre, su mamá.

Viernes 21 de agosto de 2015

Aquél 19 de febrero de 2012 a las 6 de la mañana, Viviana se despertó y notó que Facundo no había vuelto. Llovía mucho. “Esperaba verlo llegar todo empapado. Me quedé preocupada porque tiene problemas respiratorios y me imaginé que le iba a hacer mal”, dice Viviana. Se quedó despierta a esperarlo. A las 11 de la mañana todavía no había vuelto. Tenían que ir a trabajar a un evento donde Viviana sería chef, Facundo mozo. Pero le dieron el día para que pudiera buscarlo. “Era muy raro que mi hijo se ausentara así”.

La fiscalía se encuentra cuestionada, la policía aportó información que la llevaría a desprenderse de implicancias directas, pero ¿cómo se desaparece un cuerpo en una ciudad, sin la complicidad de la policía? La querella cuestiona la participación de Rafael Sosa, el policía que estuvo a cargo de la investigación sobre la desaparición de Facundo Rivera y fue Director de Lucha Contra el Narcotráfico. Un personaje muy cuestionado y actualmente detenido, acusado de liderar la banda de policías que protagonizó el “narcoescándalo” en asociación con traficantes.

En el juicio para resolver la causa de Facundo, los testimonios hacen agua, los testigos se desdicen y hay más dudas que certezas.

Los acusados son tres; uno tiene antecedentes por tenencia de estupefacientes y el que está acusado de ser el autor del disparo que habría matado a Facundo Rivera Alegre, es albañil y no tiene antecedentes penales. El tercer imputado es quien habría cremado el cuerpo sin vida de Facundo, y lo habría contado entre vinos. Por eso Viviana habla de “perejiles”, y se pregunta: “¿Quién puede cremar un cuerpo sólo? Tiene que haber más complicidades”.

En el juicio la fiscalía, como la policía, se enfocan en la vida de Facundo, sus costumbres y cómo se manejaba. ¿Qué validez tiene estas preguntas para aportar a la causa? “¿Iba al baile?”, “¿Le gustaba el cuarteto?”, “¿Qué cuarteto le gustaba?”, “¿Era mujeriego?”, “¿Qué relación tenía con la bebida?”, “¿Y con las drogas?”, “¿Era descontrolado?”. Preguntas que apuntan a estigmatizar a la juventud pobre y a enmarcar la desaparición de Facundo como un “ajuste de cuentas”, nunca como un caso más de abuso policial, algo mucho más corriente en la Córdoba del Gatillo Fácil.

Viviana nos cuenta que la fiscalía, ayudada por la policía, lleva al estrado a pibes que saben muy poco de la desaparición de Facundo. “La policía nos habla de testigos claves, y son gente desocupada que la hicieron infiltrar como espías para conseguir información. Buscan gente con situaciones personales bastante complicadas, familiares presos, cosas así. Buscan ensuciar mucho más a Facundo, como si fuera el estúpido que se dejó desaparecer. Pero por otro lado dicen que vieron quién lo mató. No van a denunciar que están vinculados a la policía. El otro día una testigo dijo que la policía no entra al barrio si no le pagan los narcos. ¿Quién sabe cuánta plata le han puesto o qué le prometen. Son testigos armados por ellos. Pero según la justicia, la policía no está vinculada con la desaparición de facundo, ni siquiera los han llamado después de las declaraciones”.

El juicio de Facundo es un juicio express, quieren cerrarlo lo antes posible. El lunes 24 de agosto probablemente se lea la sentencia. La Izquierda Diario seguirá informando el desarrollo de este caso.