El viejo conflicto de los trabajadores de Tubhier , se pone de manifiesto hoy, como lo explicara el siempre vigente Carlos Marx, fallecido en 1883.
Jueves 27 de agosto de 2015
Hoy a 132 años de su partida el pensador socialista, inagotable escritor, filósofo y activista revolucionario, vuelve a recordarnos su legado sobre quien él consideró el más grande enemigo de la humanidad : el capitalismo.
Podemos nombrar sus frases y analizar los libros para entender, aunque inconcluso, cuánta razón tenía, pero hay dos pensamientos muy breves pero inteligentemente amplio en contenido y sentido describe y profundiza el contexto. En medio de la realidad que , desde hace tiempo , atraviesan y sufren los trabajadores de Tubhier .
El día miércoles nos dirigimos a la planta para cubrir el no acatamiento por parte de la empresa sobre la reincorporación de los despedidos, día en que la empresa respondió con más despidos. La imagen quedará grabada en mi retina mucho más tiempo de que el diario, ya convertido en papel reciclado, lave la tinta para escribir otra historia.
A un costado de uno de los ingresos a la planta, casi cuarenta trabajadores despedidos esperando “algo”, que cambie su destino. A unos pocos metros cientos de compañeros subían callados, con la vista baja a los colectivos que los transportarían a sus hogares después de una jornada atípica de trabajo en medio de un lock Out y amenazas de la patronal.
No pude evitar una situación comparativa más exacta y terrible que aquella que da ver un corral de ovejas calladas, ante la suerte del destino que llevó a sus pares al degolladero y el verdugo les dejó el privilegio de seguir estando vivas por un tiempo más, dentro de la gran maquinaria de explotación de carne humana que se consume y se descarta.
Por otro lado la presencia de la dirigencia gremial de la UOM y representantes de la clase política, uno de ellos dirigente de la CGT provincial, la misma que estuvo ausente durante más de 25 años, permitiendo y avalando el terrorismo empresarial de Tubhier sobre los trabajadores. Al menos uno de ellos, tuvo una breve cuota de honestidad y pidió perdón a los obreros, perdón que no tuvieron la oportunidad de dar los 80 trabajadores que quedaron en la calle de Lanin y, uno de ellos murió esperando justicia dentro de la carpa , donde resistían desde hace meses, pero la justicia nunca llegó y al dueño de la empresa meses después lo declararon ciudadano ilustre en nuestra ciudad . Como tampoco los trabajadores reprimidos de Pagoda ni los echados de Tersuave. Las mismas historias, los mismos gobiernos, los mismos políticos, la misma justicia, los mismos funcionarios y los mismos gremialistas, los mismos medios y los mismos candidatos. Me pregunto ¿qué, quienes, como y con que cambiarán el final de esta lucha para que no sea una lamentable réplica de las anteriores?. Y mientras lo pienso, aunque decepcionada, aun aguardo y sostengo que los humanos somos merecedores de la posibilidad de cambiar y revertir nuestras acciones, recuerdo lo que escribiera Marx cien años atrás: El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra y El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.