La concesionaria española “Sacyr”, a cargo del Nuevo Hospital de Antofagasta, se encuentra cuestionada a raíz de la denuncia de estudiantes de medicina, al no contar el recinto hospitalario con residencia para los estudiantes en práctica, situación que también afecta a funcionarios. Sin embargo, esto es sólo una arista del largo prontuario de la concesionaria.
Lunes 22 de enero de 2018
En el marco del traslado del antiguo Hospital Regional de Antofagasta, se abrió una problemática: el nuevo edificio no cuenta con un espacio destinado a la residencia de los estudiantes de Medicina de la Universidad de Antofagasta (UA), lo cual afecta la realización de jornadas de prácticas extensas, que muchas veces superan las 24 hrs. continuas. Y que además, de no solucionarse, pondría en juego el inicio de los internados este semestre. Este hecho se enmarca dentro de una lógica empresarial de la concesionaria donde el descanso no está considerado, lo cual también afecta a funcionarios, para quienes tampoco estaban contempladas áreas de descanso.
Sin embargo, esta no ha sido la única denuncia que ha recibido la concesionaria internacional, que no sólo ha estado a cargo del diseño, construcción y gestión de 7 hospitales alrededor del mundo, sino que también de autopistas, infraestructuras mineras e hidráulicas, entre otros.
Sacyr: una concesionaria de desastres impune
El Hospital de Henares (Madrid) fue un proyecto concesionado a la española Sacyr, el cual hace aproximadamente un mes (el 20 de diciembre de 2017) fue denunciado por falta de camas y saturación del servicio de urgencias, donde el pasado 11 de diciembre, 26 pacientes de Urgencias debieron esperar más de 48 horas su ingreso, pues sólo habían 4 camillas disponibles, denuncian al diario La Vanguardia. Anteriormente el 2015 se denunció el mismo hecho por las organizaciones sindicales CCOO, SATSE, AMYTS y CSIT-UP, que representan a los trabajadores y trabajadoras del Hospital del Henares.
El mismo Hospital se enfrentó a una manifestación de 200 personas contra la privatización del sistema de gestión sanitaria, proceso en el cual se cierran camas y servicios, despidiendo trabajadores de la salud, jubilaciones forzosas, baja de presupuesto en atención primaria, o la derivación de pacientes al servicio privado de salud, según denunció PATUSALUD.
Durante el 2016 la empresa española estuvo en el ojo del huracán, tras el desborde el Río Mapocho que inundó las calles de Providencia y cerró una Avenida, de la cual Sacyr junto a Costanera Norte eran las encargadas de las obras viales del lugar.
Aportes a políticos corruptos y aliada de socios de PENTA.
Anteriormente, el 2009, Sacyr formó parte de las empresas que han realizado aportes reservados a campañas políticas, según el Servicio de Impuestos Internos (SII), mediante la Ley de Transparencia.
Paralelamente se mantenía como socios de PENTA, mediante la concesión del proyecto Valles del Desierto, de los cuales el directorio de PENTA, también son integrantes. Dentro de este círculo se encuentran los cuestionados empresarios Horacio Peña Novoa, Carlos “choclo” Délano y Carlos Eugenio Lavín.
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A parar el negocio de las concesionarias
Todo lo anteriormente señalado refleja una lógica de parte de la empresa que tiende a la precarización laboral de sus funcionarios y también de la calidad de atención de los pacientes propia del sistema capitalista en que sólo importa aumentar la producción y las ganancias sin importar que cosas se ven afectadas, ante esto, es necesario la organización de los estudiantes de la salud, funcionarios, profesionales y pacientes para frenar la privatización del sistema de salud y educación, exigiendo el acceso universal a estos derechos, de manera 100% gratuita y de calidad, y contra el negocio de las concesiones, implantado por la Concertación y perpetuado por la derecha y la Nueva Mayoría, pues son las empresas como Sacyr las que se hacen millonarias a costa de la privatización de nuestros derechos y del dinero del Estado.
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