¿Quiere agregar algo más?, preguntó el juez cuando Diego Reyes parecía concluir su declaración. Y fue entonces que se vivieron momentos tensos y un silencio permitió escuchar con claridad la dura denuncia que iba a hacer Diego.
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Gloria Pagés @Gloria_Pages
Miércoles 19 de noviembre de 2014 07:59
"soy uno de los perejiles y quiero denunciar tortura, abuso de autoridad y abuso de poder", comenzó, y siguió señalando a la jueza LópezLestón, que estuvo a cargo de la instrucción de la causa como aquella que lo "manipuló", para que se haga cargo de los hechos y así saldría en libertad. "Yo no me iba a hacer cargo de lago que no hice", dijo con seguridad Diego.
Luego le tocó el turno a la policía, hizo un vasto relato de las sucesivas ocaciones en las que fue víctima e torturas y tratos vejatorios "fui golpeado desde el primer día, la comida y e pan me lo traban la piso, venian encapuchados a apretarme".
Se refirió también al momento de su detención: "de mi laburo me sacaron como delincuente, estuve cuatro días incomunicado. A mi señora nadie le informó nada, tuvo que buscarme sola , recorría comisaría por comisaría".
Hasta ese momento estaba en la comisaría primera, luego fue trasladado a la comisaría quinta. "no había comido durante cuatro días, me tiraron al calabozo y me desmayé, después me dieron comida podrida, era un asco, me trataron como un perro" 
No conformes con este maltrato, le hicieron leer código penal desnudo a la intemperie y lo obligaron a dormir desnudo en el piso del calabozo.
En otra oportunidad, se realiza una requisa donde fue brutalmente golpeado y le hicieron una fisura interna, "me tuve que pelear para que me llevaran al médico, pasaron días hasta que lo hicieron".
Meses después se produce un motín donde nuevamente es golpeado con saña, le pegan patadas en la cabeza en todo el cuerpo, entra la guardia de infantería a la comisaría y le rompen el tabique nasal y la boca. Relata que no paraba de sangrar y lo tenían "esposado, arrodillado, y ellos iban y venían y me pegaban a ver si iba a denunciar algo, me rompieron todo, después me dieron clonazepam, yo nunca había tomado."
Posteriormente la secretaria administrativa de la jueza Lestón lo amenaza con que si no denunciaba los hechos ocurridos el día del incendio lo iban a trasladar. Pero Diego se mantiene firme porque es inocente.
Ya terminando y ante la impaciencia del tribunal y el fiscal que no esperaban semejante denuncia, dijo con énfasis:"Derechos Humanos nunca se presentó acá y esto lo quiero denunciar ante ustedes y las cámaras, y quiero que se tome toda esta denuncia porque no sé cómo me va a tratar la policía ahora. Tengo miedo". Y agregó que le una revisación médica le encontró un quiste en la cabeza, producto de los golpes que sufrió.Así terminó el valiente testimonio de Diego Reyes que puso al desnudo cómo la justicia y la policía se ensañan con los luchadores que no se quiebran.
La Izquierda Diario publicó hace un mes un video en el que Reyes, desde la cárcel, habló sobre su situación.
Diego Reyes llega esposado a la sala donde se celebra el juicio