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Red Internacional
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Inflación. El tortillazo, nuevo golpe contra la economía familiar

El kilo de tortilla, base de la dieta mexicana, podría llegar a los 17 pesos. Ya subió entre 1.50 y tres pesos, depende el lugar. La Secretaría de Economía afirma que el aumento es injustificado. Pero las familias trabajadoras y de los sectores populares son las más castigadas.

Miércoles 3 de enero de 2018

“El precio de la tortilla se vino ajustando en 2017, de acuerdo al impacto proporcional en la variación del precio de algunos de sus insumos (principalmente energéticos). La declaración del día de hoy sobre el incremento en el precio de la tortilla carece de fundamento, ya que el precio de la tonelada de maíz blanco al inicio de 2018 está 11 por ciento por debajo de su precio hace un año, siendo éste el principal componente del costo de un kilogramo de tortilla”, señalaron las autoridades en un comunicado.

Por su parte, los empresarios del sector, advierten que el precio podría llegar a los 14 pesos por kilo, y justifican el alza por el incremento de los costos del gas y la gasolina.

Lo cierto es que diga lo que diga la Secretaría de Economía, esto traerá como consecuencia un aumento de la inflación.

Aumentará el precio de los tacos, y como efecto dominó, también el precio de otros productos de la canasta básica, que ya en la primera quincena de diciembre había registrado un alza de 9.56% anual.

Mientras aumenta el costo de vida, los salarios se mantienen rezagados. El salario mínimo, con aumento y todo, es de apenas $2,650.8, y más de 8 millones de trabajadoras y trabajadores lo reciben. A su vez, 24 millones de perciben sólo $5,000 por mes. Son los salarios miserables de los empleos creados durante el sexenio de Peña Nieto.

Sulem Estrada, maestra de secundaria y aspirante a candidata independiente por la Plataforma Anticapitalista al Congreso de la CDMX, declaró a este medio:

“Para las familias más empobrecidas por los planes neoliberales que se han aplicado a lo largo de décadas será cada vez más difícil acceder aunque más no sea a tortillas y frijoles.

Ante la pauperización de la vida, es necesario que las organizaciones obreras que se reivindican democráticas –como la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)– convoquen a luchar por aumento salarial de emergencia, que cubra el costo de la canasta básica y sea ajustable por inflación. Así como establecer el control de precios por parte de las organizaciones obreras y populares.”