El gobierno de Maduro lanzó una serie de supuestas políticas económicas en lo que llamó Agenda Económica Bolivariana para superar el rentismo petrolero. Cuál es el verdadero impacto que han tenido .
Milton D’León Caracas / @MiltonDLeon
Martes 2 de agosto de 2016
Desde el comienzo de año el gobierno empezó con todo un lanzamiento de políticas económicas en lo que llamó Agenda Económica Bolivariana. Se hablaba de 15 motores que se articularían para superar el rentismo petrolero justo en medio de la mayor crisis económica que azota al país.
Se trataba de una política llena de discursos como una especie de cortina de humo cuando en verdad se empezaban a aplicar una serie de medidas económicas entre las que sobresalen una fuerte devaluación económica, mayor apertura económica al capital transnacional en las distintas áreas, mayores facilidades a sectores empresariales sobre todo exportadores. Se avanzó en la devolución de algunas empresas que en otras momentos fueron compradas en época de bonanza petrolera, mayor endeudamiento, subsidios a empresarios para la producción local, acompañado de liberación de precios, la fuertísima depreciación del salario mediante la inflación y mano de obra barata, la no discusión de los convenios colectivos, entre muchas otras.
Algunas de estas medidas del verdadero plan económico que los capitales sonríen
La fuerte devaluación de la moneda con la aplicación de Dicom (abreviatura de sistema de Divisas Complementarias), un cambio flotante y que funciona con el mercado, viene siendo una de las principales medidas de fondo, que de una manera acelerada pasó de 200 bolívares por dólar a 650 bolívares por cada divisa estadounidense en pocos meses, y subiendo.
El ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Jesús Farías, por ejemplo, definió la tasa Dicom como “estímulo para traer capital de afuera”, y entre más alta se ubica más cumple este papel de atracción de capitales, dicho de otra manera, una forma de garantizarle mayor rentabilidad económica a capitales transnacionales.
Veamos uno sólo de estos “estímulos”: con un dólar por las nubes los costos de la mano de obra local, por ejemplo, si es que se decide por alguna inversión “productiva”, le sale una de las más baratas del mundo. Actualmente, y al ritmo que se encuentra el dólar oficial en estos momentos, un salario promedio puede estar rondando los 50 dólares. ¿En qué país del mundo un “capital” transnacional encuentra mayor incentivo que éste?
Este mismo mecanismo funciona también como “incentivo” al sector exportador local, por fuera de PDVSA y las petroleras obviamente que es por donde entra el grueso de las divisas- pues al exportar podrán incorporar sus divisas a dicha tasa Dicom, con el abaratamiento al extremo de los costos ya no sólo por la mano de obra barata sino también por la obtención de materias primas locales que a una tasa Dicom son sumamente bajísimas.
Se viene aplicando un proceso de apertura petrolera (en línea privatizadora) que nunca había sido anunciado si partimos de lo avanzado de estas medidas en este sector de los hidrocarburos. El ministro de Petróleo y Minería, Eulogio Del Pino, lo definió como “nuevo modelo con mayoría del sector privado”. Y para constatar lo avanzado de tal política el ministro sostenía que “En la Faja del Orinoco, tenemos firmados acuerdos con 20 empresas mixtas con una modalidad que rige esta nueva estrategia que estamos llevando adelante porque son compañías en la cual la parte privada tiene 80% y PDVSA 20%”.
Para aclarar que “Nuestra participación accionaria es para dar confianza”, es decir, “confianza” a los capitales de que van a obtener sus jugosas ganancias que buscan. Y por temor a chocar con la Ley Orgánica de Hidrocarburos, aclara que “esta propuesta se refiere sólo a empresas de servicios contratadas por PDVSA o sus socios”, que no es más que un eufemismo para saltar dicha Ley, pues justamente, las actuales empresas mixtas, en su momento tenían tal status de “empresas de servicios”. Es decir, se pasa del llamado discurso de “soberanía petrolera” a la entrega de recursos a transnacionales de una manera más abierta para atraer “capitales”.
Aunque es aún una política menos avanzada, la que se lleva a cabo con el Proyecto de explotación de megaminería “Arco Minero del Orinoco” que abarca casi un 12% del territorio nacional, en el que estarán involucradas inicialmente unas 150 empresas de 35 países, con exoneraciones de impuestos y de cumplir las leyes laborales, los derechos de organización, de huelga y protesta están penalizados, para lo cual incluso se creó un ministerio como puede leerse en esta nota.
Aunque existe en el país un supuesto “control de precios”, éste se ha transformado inoperante. En los hechos se ha dado una vedada liberación de precios –que figuran en las tablas como regulados- como por ejemplo la carne, el pollo que se pueden adquirir libremente pero a precios elevadísimos, así han ido apareciendo una seguidilla de productos que comienzan a venderse en establecimientos comerciales a costos inaccesibles, y últimamente productos como pastas u otros de uso doméstico como el jabón de lavar que supuestamente están “regulados”. Y oficialmente se han liberado los precios de una gran cantidad de productos que el bolsillo del trabajador no puede adquirir. Si hay “regulación” digamos, es para productos que escasean y que se arman extensísimas colas para poder adquirirlos.
Y la medida más antiobrera de todas, la salarial. Mientras a los capitales transnacionales se le dan “incentivos”, “subsidios” y otra cantidad de beneficios, la política salarial del gobierno ha sido la más devastadora por los ingresos de los asalariados y del pueblo pobre. La tijera entre el salario y los precios de los productos a adquirir se ido abriendo de una manera vertiginosa, lo que significa una profunda caída del salario real. Si esto se aplica vía la espiral inflacionaria, el gobierno se encarga del estancamiento salarial paralizado la discusión de los contratos colectivos en todas las empresas, tanto públicas como privadas que siguen el ejemplo. Los pequeños aumentos en el salario mínimo del gobierno, en verdad no sirven ni como amortiguadores en la caída de los ingresos de las familias trabajadoras.
En otros tiempos les llamaban medidas de corte “neoliberal”
La aplicación de estas medidas que en otros tiempos cualquiera calificaría de neoliberales, son las que realmente el gobierno de Maduro empieza a aplicar para buscar salir de la crisis económica, más allá de todo la línea discursiva de “socialismo” o la de una supuesta “guerra económica” –más allá de que haya sectores que saboteen. Los de subsidios a los más pobres, como en toda política económica dura, se lleva a cabo mediante los Claps, que además de prestarse para los mayores chantajes y perversidades del partido de gobierno, se ha mostrado completamente ineficiente.
El gobierno de Maduro ha encontrado su curso, aplicando ajustes y medidas antiobreras, y que continúen siendo los trabajadores y los pobres los que paguen la crisis. La derecha, en verdad, si es que llegan al gobierno como dicen pretender, ya tendrá un camino andado en su paquete de medidas antipopulares que ya anunciaron que aplicarían. Por eso toda salida progresiva para los trabajadores solo parte de un enfrentamiento tanto al gobierno de Maduro como a la propia derecha aglutinada en la MUD, con un programa propio de salida obrera a la crisis que solo puede imponerse con la movilización obrar y popular.