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Red Internacional
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CONGRESO CUT. El voto universal en la CUT, ¿para cuándo?

Los días viernes 27 y sábado 28 de enero se realizará el 11° Congreso de la Central Unitaria de Trabajadores. Desde agosto, cuando fueron las últimas elecciones, el bloque dirigente en la CUT, sólo ha persistido en su completa subordinación al Gobierno de Bachelet.

Jueves 12 de enero de 2017

Según informó Marcos Canales, presidente de la comisión que prepara el XI Congreso y consejero nacional, “no bastará solo un debate que modifique el Estatuto de la CUT, también será un espacio que permitirá la discusión sobre cómo debiera ser el programa de la propia CUT, el cual deberá responder a lo que será el devenir del movimiento sindical inserto en una sociedad que aboga por cambios, estructurales, que inyecten equidad social para lograr así, un Chile más justo y cómo estos deben plasmarse en acciones concretas. Tenemos que buscar lo mejor para que la CUT siga siendo un actor social y político relevante en este país. Siempre lo ha sido y es ese el tema que más debemos cautelar en esta vuelta.”

A través de la página web oficial de la CUT, Canales señaló que se abordarán tres ejes temáticos. El primero, “dar cuenta de la necesidad de realizar cambios al Estatuto respecto de cómo deberá funcionar la Central de cara al futuro: tiene que ver con modernizar o buscar un nuevo espacio de desarrollo de la institucionalidad de la propia Central, para poder dar un salto hacia adelante en su tema de interpretar o buscar lo mejor para el mundo de los trabajadores afiliados. Corresponde incluir el debate de los distintos mecanismos que tiene la CUT para su proceso eleccionario y cómo estos se van a implementar en los períodos que vienen. La modificación del Estatuto se hará con inspectores de la Dirección del Trabajo, en el marco legal como corresponde porque hay que modificar estatutos para modificar el proceso eleccionario, si no, no se puede.”

¿Cambiará algo realmente?

¿Cambiará algo realmente en el Congreso de la CUT? Las señales van en el sentido de la continuidad, no del cambio. Todavía ven el “diálogo social, una vía para fortalecer la democracia”, como titulan un artículo a propósito del seminario “Diálogo Social: su relevancia en la generación de acuerdos socio-laborales”, realizado el martes 10 de enero, organizado por ChileValora, Subsecretaría del Trabajo, CUT Chile, Organización Internacional del Trabajo (OIT) y por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).

¿Quiénes asistieron a este seminario? Entre otros, estuvo Alejandra Krauss, ministra del Trabajo; Francisco Díaz, subsecretario del Trabajo; Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT; Pablo Casalí, en representación del director de la OIT para el Cono Sur de América Latina y Pablo Bobic, asesor legal de la CPC. Las fuerzas dirigentes de la CUT ven en instancias como esta el camino que es necesario seguir.

¿Y en lo que respecta a los estatutos? Canales busca mostrar la presencia de inspectores de la Dirección del Trabajo como la garantía de que se cambiarán estatutos para modificar el proceso eleccionario. Pero la pregunta que no podemos eludir es cuál cambio estatutario urge.

¿No es acaso el “voto universal” un cambio que urge? Este debate ha sido sistemáticamente instalado y eludido. En el fondo, las principales fuerzas dirigentes de la CUT se oponen con fuerza a esto, pues los obligaría a tener que exponerse ante miles de trabajadores de base debatiendo ideas, cuestión que hoy no ocurre, pues el Ejecutivo de la CUT -instancia que emana del Consejo Directivo Nacional- compuesto hoy por 13 miembros y que es la principal instancia de poder de donde emana la mesa; depende en su composición más de los equilibrios y relaciones diplomáticas entre los partidos de la Nueva Mayoría que de la opinión de las bases de la misma CUT. Este método burocrático es, en última instancia, plenamente funcional a la colaboración con el Gobierno y el empresariado, que constantemente se manifiesta en acciones como el seminario del pasado 10 junto a la CPC y el Gobierno. Es funcional porque mantiene al trabajador de base como un mero espectador de las “jugadas” que los dirigentes hacen por arriba. Pero los movimientos son ya tan repetidos, que lo que está empezando a primar en relación a la CUT, es más bien una profunda desafección. ¿Dónde y cuándo en el último tiempo, hemos escuchado en algún centro laboral, que trabajadores de base discutan con pasión acerca del rumbo que está tomando la CUT? Lo que prima es más bien una distancia rayana en la desconfianza. El voto universal podría contribuir a que más trabajadores vean a la CUT como “propia”.

¿Existen hoy fuerzas que puedan instalar este debate con fuerza? Creemos que sectores como Refundación, hoy a la cabeza del Colegio de Profesores con Mario Aguilar; el Frente de Trabajadores Nelsón Quichillao; los Cabreados de la ANEF; la Unión Portuaria o incluso los cientos de dirigentes sindicales que actúan en el movimiento NO+AFP, podrían constituir un bloque en torno a este punto, exigiendo que el voto universal se implemente cuanto antes. No hay que permitir que las fuerzas de la Nueva Mayoría que controlan la CUT sesionen en un ambiente de tranquilidad.

El voto universal -en sí mismo- no garantiza un control efectivo de los trabajadores de base sobre sus dirigentes. Es necesario agregar mecanismos de revocabilidad. Pero -lo más importante de todo- es necesario desarrollar una política para que los trabajadores de base se hagan sujetos que determinen sus propios destinos y no un simple número de votos para el dirigente de turno que pretenderá hablar por ellos hasta la eternidad. Eso implica reorganizar los sindicatos de abajo hacia arriba. Es necesario instalar las asambleas resolutivas como el método central para tomar las decisiones más importantes y formar cuerpos de delegados por sección que actúen como la dirección sindical de hecho y expresen las sensibilidades diversas que puede haber en un centro laboral, no restringiendo las decisiones a las mesas directivas. Creemos que experiencias en este sentido contribuyen a que los trabajadores se desarrollen como sujetos políticos.


Juan Valenzuela

Santiago de Chile

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