Los precios de la carne tienen un aumento del 70% interanual y cada habitante come 46,5 kilos por año, lo que representa un mínimo histórico.
Martes 31 de mayo de 2022 09:33
El dato suministrado por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados se realizó en base a una población de 47,3 millones de personas, según arrojó el reciente censo nacional del Indec.
Se trata del valor más bajo de consumo de carne por persona que se conozca; representa un 30% menos que lo que se consumía per cápita hace 15 años.
Más allá de otras motivaciones relacionadas con la extensión de los consumos saludables, las dietas vegetarianas y el antiespecismo, lo cierto es que el descomunal aumento de los precios es una de las razones más importantes en la justificación de esta merma del consumo cárnico.
La carne vacuna fue uno de los productos de la canasta básica que más aumentó en el mes de mayo, con un aumento interanual que alcanza el 70%.
En las góndolas, un corte de carne no baja de los 800 o 1000 pesos promedio. Y aunque, el alto costo de la carne vacuna empuje el crecimiento del consumo de otras carnes, como las de pollo y cerdo, también el precio de estos sustitutos vienen aumentando considerablemente.
El pollo aumentó más del 10% en abril y, al igual que la carne vacuna, su incremento interanual roza también el 70%.
El fracaso de las políticas del gobierno para intentar moderar la suba de precios sin afectar los intereses de los grandes productores es contundente. Menos consumo per cápita para la población, mientras el sector exportador concentrado acumuló grandes ganancias con los altos precios internacionales.
Aquel spot de campaña que decía que con Alberto volvía el asado, quedó lejos.
Mientras centenares de miles de familias abultan las cifras de la población viviendo en la indigencia (para quienes la carne es apenas un recuerdo), otras familias que aún conservan un trabajo asalariado asisten al deterioro de sus ingresos a golpes de inflación y de inacción de sus dirigentes sindicales.
En casi todos esos hogares, al revés de lo que pasaba en el spot electoral del Frente de Todos, las macetas, las botellas o las latas vacías vuelven a acumularse en la parrilla, que otra vez se convierte en baulera.