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Red Internacional
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Provincia de Buenos Aires. En Florencio Varela tres cuartos de las camas de terapia intensiva ya están ocupadas

Cuando aún no se alcanzó el pico de contagios del coronavirus, el 76,8% de las camas de terapia intensiva disponibles en esta localidad del sur bonaerense ya se ocuparon, según datos del propio Ministerio de Salud. ¿Qué hacer?

Viernes 19 de junio de 2020 22:05

Foto: Varela al día

El Covid-19 avanza implacable en el Conurbano. El dato de ocupación de las camas de terapia intensiva es sólo un aspecto de la realidad dramática del sistema sanitario. Pero uno muy importante, ya que estas son indispensables cuando la enfermedad reviste cierta gravedad. Los casos más alarmantes son los de Florencio Varela, seguido por Esteban Echeverría que tiene un 75% de ocupación.

La cuarentena retrasó la propagación del virus pero el gobierno entró a la misma sin un plan de realización de tests, detección y seguimiento, que hubiera permitido tomar medidas focalizadas y desarrollar un plan de conjunto. Recién esta semana
el ministro de salud Ginés González García reconoció que “se descuidaron” y que “tendrían que haber empezado antes con los rastreos” Este reconocimiento del error coincide con el planteo hecho por el Frente de Izquierda desde un inicio sobre la necesidad, urgencia y rol central de la realización de testeos masivos en el combate a la pandemia.

Entre la precariedad de la salud y la dura situación económica en los hogares de Varela

El estado del sistema de salud a nivel provincial es lamentable. En Varela lo sabe cualquiera que haya tenido que ir a una guardia en el hospital Mi Pueblo o a una salita. Esto no viene de ahora. Vidal profundizó la situación de desastre dejada por Scioli. Son décadas de deterioro y desinversión en infraestructura, en insumos, y bajos salarios para los trabajadores de la salud. En esto no hay grieta.

Con la pandemia, esto queda aún más evidenciado. Muchos de los que presentan síntomas en el distrito y que tuvieron contacto con infectados no son hisopados. Las líneas de atención no dan abasto. El intendente Watson se saca fotos con sonrisas y camas vacías. Pero no con los pacientes en camillas que llenan los pasillos del hospital esperando a ser atendidos.

Entre varios suministros, es evidente que faltan insumos para evitar los contagios en los centros de salud como denuncian los propios médicos en zona sur. También más tests y personal capacitado para detectar rápidamente la enfermedad. Más y mejores centros de atención y también más centros de aislamiento para no condenar a las familias a contagiarse entre sus propios miembros. Se necesitan también más camas de terapia intensiva y más respiradores para los que avancen a cuadros más difíciles.

Pero es indispensable además, que todas estas medidas y recursos en la salud vayan acompañados por medidas económicas para las familias, como un salario de emergencia de 30 mil pesos para todes los que no tienen ingresos. Porque sino los trabajadores se ven obligados a salir de sus casas a buscar una changa o trabajar porque los patrones los obligan. Todos sabemos que Florencio Varela es uno de los distritos con mayor desocupación, precarización y trabajo informal. Y con el IFE de 10 mil pesos, si es que se tiene la suerte de recibirlo, no alcanza. Tampoco con los insuficientes bolsones de comida que reparten desde el gobierno.

La salud del pueblo o las ganancias de empresarios y buitres. El gobierno nacional ya eligió sus prioridades

Si se trata de definir las necesidades, también se trata de ver de dónde salen los recursos. Desde el gobierno peronista y la oposición de Juntos por el Cambio se negaron a tratar el proyecto de impuesto a las grandes fortunas presentado por Nicolás del Caño y Romina del Plá del Frente de Izquierda, que permitiría conseguir muchos de los recursos que se necesitan de manera urgente. Mientras, el ministro Guzmán se dedica a hacer ofertas cada vez más abultadas para el pago de la estafa de la deuda externa, es decir para pagarle a los buitres amigos de Macri que se fugaron nuestros dólares.

Alberto Fernández no sólo definió honrar a los buitres y no tocar las ganancias empresarias. Además, en los últimos tres meses acordó con las grandes patronales y los sindicatos traidores que le bajaran los sueldos a los trabajadores privados, con la excusa de que estaban gastando menos en transporte, mientras le subsidia las ganancias a empresas millonarias.

La prohibición de despidos que se firmó es papel mojado, porque como todos sabemos las patronales siguen despidiendo y suspendiendo a gusto sin que el gobierno haga nada. Los jubilados siguen con sus sueldos de miseria, por debajo aun de lo que deberían cobrar por ley.

El ministro Ginés González García amagó con unificar el sistema público y privado de salud, una medida elemental, pero al primer chistido de las grandes corporaciones del negocio de la salud retrocedió y no se habló más del tema. Y ni siquiera el tímido e insuficiente impuesto a la riqueza que anunciaron el 5 de abril pasó de palabras.

¿Y en la provincia?

Kicillof no se queda atrás. Sólo en estas dos semanas destinó 300 millones de dólares al pago de la deuda ilegítima que contrajo Vidal, dinero que falta en los hospitales. Dispuso de los fondos del IOMA para ayudar a clínicas privadas, o sea, tomó los aportes de los trabajadores estatales a su obra social, para dárselos a los mercaderes de la salud. Y va a pagar en cuotas el aguinaldo de una parte importante de los estatales bonaerenses. Mientras su secuaz, el ministro de Seguridad Sergio Berni, avala el aislamiento (encierro) de los barrios populares, donde el estado llega muy lento para atender, pero muy rápido para reprimir. Y crece el gatillo fácil en la zona. Nada que envidiarle a la exministra Patricia Bulrrich.

Comienza a haber respuestas

Ante estas políticas, en zona sur se empiezan a ver respuestas y organización de las y los trabajadores. En el aeropuerto de Ezeiza los aeronáuticxs se organizaron y lograron la reincorporación de sus compañerxs, que habían sido despedidos por defender su salud al comienzo de la pandemia. Los trabajadores de Penta se encuentran luchando contra los despidos desde hace 3 meses, enfrentando frío, falta de alimentos, represión de Berni y patotas. También se empezaron a organizar los jóvenes contra la precarización laboral, que no sólo empobrece y da hambre, sino que también mata, como lo vimos frente a la muerte de Franco Almada en Quilmes. También en varios lugares de trabajo se están impulsando Comisiones de Seguridad e Higiene para imponer condiciones de trabajo a las patronales.

La papelera Ansabo, cerrada por sus patrones y recuperada por sus trabajadores, comenzó a producir y también empezó a fabricar alcohol en gel con su Comisión de Mujeres, junto a docentes y estudiantes. Parte de su producción la donaron a los vecinos de Villa Azul, en un ejemplo de solidaridad obrera y en la perspectiva de la coordinación con todos los sectores populares.

Qué hacer

Todas estas experiencias hay que potenciarlas y coordinarlas. Somos las y los trabajadores lxs que si juntamos las fuerzas suficientes podemos frenar esta situación y cambiar el rumbo con un programa de medidas favorables para las grandes mayorías. Incluso frente a quienes pactan en los sindicatos con el gobierno y empresarios las rebajas salariales, los despidos y suspensiones. Como los dirigentes de la CGT, la CTA y las organizaciones sociales que vienen apoyando la política del Gobierno y dejando pasar esta situación.

Con ese objetivo, las compañerxs y compañeros del PTS en el Frente de Izquierda hacemos la primera convocatoria a un Encuentro Abierto de Trabajadores de Zona Sur del Gran Buenos Aires para el sábado 27 de junio, como parte de otros encuentros de estas características que se harán en todo el país, que funcionarán “online” para que todos puedan conectarse desde su celular o computadora. Comunicate con nosotros para participar.

Porque se trata de nuestras vidas. Y nuestras vidas importan.