Nuevos vientos soplan en la metalúrgica de Avellaneda con trabajadores que se plantan contra los despidos frente a la burocracia de la UOM desprestigiada.
Gabriela Boyadjian @gabyrub_
Domingo 21 de enero de 2018 10:10
Hace unos días la patronal de la metalúrgica SIAM de Avellaneda despidió a tres trabajadores, dos de ellos venían manifestando su descontento en las últimas asambleas. Inmediatamente, el turno realizó una asamblea en la que se votó realizar “trabajo a desgano” hasta que llegara la directiva de la UOM Avellaneda, que fuera conducida por más de 40 años por el ya fallecido Juan Belén.
Una vez arribada la directiva de la cúpula de los metalúrgicos, fue increpada por el conjunto de los trabajadores en una asamblea con muchas intervenciones en defensa de los despedidos y contra el accionar del gremio. “Logramos que la asamblea se traslade al portón donde estaban dos de los despedidos y terminó muy caldeada con la UOM ya que planteaban que la empresa estaba firme y que no había marcha atrás con los despidos, que ellos iban a defender despidos injustos pero que estos compañeros son faltadores, etc, en tanto los telegramas dicen reestructuración. Cuando se fueron de la asamblea los directivos pudimos terminarla y votar varias medidas de solidaridad para recaudar dinero, entre otras cuestiones”, manifestó un operario.
Reincorporan a todos, un triunfo por la presión de las bases
Instantes después, la directiva de la UOM, en otra asamblea, planteó que los trabajadores fueron reincorporados y que, para la ocasión deben formar un acta. “Quisieron adjudicarse el triunfo ellos cuando en realidad lo conseguimos nosotros sin la ayuda del sindicato que vino a figurar. Y rápidamente explotamos con muchos aplausos y una alegría enorme. Creemos que fue para medir fuerzas, a lo que la base respondió muy bien, pero que seguro están preparando un golpe más grande. En febrero tenemos la finalización de 40 contratos que dicen van a efectivizar a 10, y junto con eso la parada de planta donde sale de vacaciones la mayoría, así que no descartamos que quieran echar a un número considerable de trabajadores”, dijo otro metalúrgico. Este giro de la UOM no fue casual sino que significa un reacomodamiento obligado generado por la bronca obrera, y que la propia burocracia constató en la primera asamblea con la predisposición de la base para defender a sus compañeros despedidos.
SIAM, una fábrica intervenida por la UOM
En SIAM, fábrica levantada durante años como un emblema del kirchnerismo, no hay delegados debido a que el sindicato intervino la planta hace pocas semanas ante la posibilidad que surgieran nuevos delegados con fuerte apoyo de importantes sectores de la fábrica en la elección de comisión interna, que terminaron suspendiendo.
Las maniobras que intentó imponer la burocracia de la UOM para mantener en línea a los trabajadores sin delegados en SIAM, por lo visto, no tuvieron el resultado que esperaban y la pelea que dieron para reincorporan a los despedidos, es una muestra de ello. No se quedaron acumulando bronca y desde el inicio mostraron la capacidad para deliberar qué pasos seguir con una fuerte convicción y predisposición para defender a sus compañeros ante una burocracia desprestigiada.
Organizarse en la fábrica y unificación de las luchas en curso
La reincorporación de los metalúrgicos de SIAM, no cayó del cielo y como han explicado los trabajadores, tampoco vino de la mano de la UOM. Sí, forma parte de la nueva situación que se vive en las fábricas luego las grandes movilizaciones que se dieron el 18 de diciembre contra la Reforma Previsional, una de las patas del ajuste de Cambiemos y los gobernadores, de las que los mismos trabajadores de SIAM participaron.
Estas nuevas experiencias, sumadas a anteriores, ya que la patronal, viene avanzando no sólo en despidos sino que también en precarización laboral, con la vista gorda del sindicato, hacen más concreta la necesidad de organizarse para enfrentar el ajuste y los ataques del Gobierno tanto en el sector como en otros. “¡Solidaridad de clase y unificación de todas las luchas!”, exclamaron al unísono varios operarios de la metalúrgica de Avellaneda.
Nuevos vientos soplan en SIAM.