En el programa de la señora Mirtha Legrand del día de hoy, sentados a la mesa, entre otros invitados, el actor Pablo Echarri, Enrique Pinti y Moria Casán.
Domingo 2 de abril de 2017
Almuerzo rapidito, el mío, me atraganto con el bocado cuando escucho a Echarri refregarle a las señoras en la cara que acá “Hay una lucha de clases” y comienza a decir que de un lado está la burguesía, del otro el proletariado.
El motivo del atragantamiento es que justamente, entre tanta discusión que hay acerca del rol de la izquierda en estos tiempos de avanzada neoliberal, que nuestras ideas sean expresadas tan claramente frente a estas señoras sorprende. Obvio que no son nuestras ideas, Echarri les está explicando la teoría marxista.
Mirtha Legrand, que días atrás, teniendo sentados a su mesa al presidente Macri y su esposa Juliana Awada, ha sido tan crítica con ellos, diciéndoles: “Ustedes no ven la realidad”, ahora le dice a Pablo Echarri que las cosas no están tan mal, que hay un crecimiento en la construcción, en el gremio automotriz.
Puede ser que haya un crecimiento en la construcción, habría que revisar cifras, pero el crecimiento es proporcional a cómo viven los ricos. Cada vez hay más ricos viviendo en torres con lujos impensados para la clase trabajadora, cada vez la división entre las clases es más grande. Esta señora es tan provocadora que, ante la pregunta de Echarri, hablando de la lucha docente: “¿Usted no cree que hay una cuestión ideológica en no querer dar el brazo a torcer por parte de la gobernadora”?, la señora le responde: “Yo le creo a Vidal cuando dice que no tiene fondos”.
Mientras sigo almorzando, yo, un solo plato, sin postre, a las apuradas, para seguir después con el trapo de piso y la franela, pienso que le diría a Pablo Echarri que vote al FIT, que vote a Nicolás del Caño, que propone trabajar 6 horas, 5 días a la semana, que él mismo lo dijo: es una lucha de clases, y él ya vio que esto es más de lo mismo, que estos van por más, pero más que los otros, que si ahora gobierna el neoliberalismo, la derecha a la cual pertenecen los dueños de las grandes fortunas del país, no llegaron solos. El terreno ya se lo venían preparando los anteriores.
Una vez me desilusionó Pablo con su personaje de Uribe en La Leona, porque lastimó a María, porque pensamos que la había traicionado, que era un buitre más, hasta que al final de la novela, Uribe, tras una crisis enorme, rompe con todo y vuelve a ser el personaje que las chicas queríamos ver, acompañando la lucha de La Leona.
Pienso también: ¿por quién votaría La Leona? Con la textil en manos de los trabajadores, como Zanon y Madygraf. No tengo dudas que votaría por Del caño.
Mientras, Pablo le cuenta a Mirtha, en su mesa, sobre burgueses y proletarios.
Que nuestras vidas valgan más que sus ganancias, qué las trabajadoras tengamos tiempo, además de andar con el trapo de piso, de leer, de estudiar, de mirar telenovelas.
Que nuestras vidas valgan más que sus ganancias, dice Nicolás del Caño en su propuesta.
Sí, La Leona lo votaría.