En los últimos meses, las y los estudiantes protagonizaron movilizaciones masivas y se sumaron a la campaña por el aborto libre, seguro y gratuito en todos los hospitales. ¿Qué rol cumplen en la lucha?
Lunes 6 de agosto de 2018
Si bien el reclamo por terminar con la problemática del aborto clandestino existe desde hace años, en los últimos meses se intensificó la pelea, lo cual logró que llegara el debate al Congreso Nacional. Por eso, miles de adolescentes participaron en sus escuelas, y también asistiendo a movilizaciones masivas como la del 8M y llenando la calle el 13J.
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Pese a eso, el kirchnerismo retrocede casi constantemente, siendo que después de haber cajoneado 6 veces el proyecto de ley, tampoco puede garantizar que su bloque vote unitariamente a favor, como ocurrió con la legisladora Silvia Larraburu que en el día de ayer se dio vuelta y se pronunció a favor del aborto clandestino.
Al mismo tiempo, se plantean campañas como la “concientización” y promoción del uso de misoprostol, que se destaca como lo más seguro dentro del marco de la clandestinidad, pero es muy costoso, por lo cual no todas pueden acceder, y todavía puede resultar peligroso para algunas en el marco de la ilegalidad y la desinformación, y de que no puedan acceder al acompañamiento médico correspondiente. No es ninguna sorpresa que busquen una alternativa anti-combativa y la usen como tapadera, siendo que el oportunismo político de Cristina Fernández al posicionarse a favor de la IVE es el mismo mecanismo que adoptó el presidente cuando aceptó que se diera el debate.
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A pesar de la intensidad del reclamo que se vio expresada en la calle, la Iglesia está decidida a seguir presionando a los y las representantes de las provincias para que voten en contra de la ley. Al mismo tiempo, en escuelas religiosas las autoridades llevaron a cabo días de ayuno y oración, charlas de “educación sexual” con información falsa y hasta una marcha militar en una escuela primaria. No obstante, fueron las y los estudiantes quienes le hicieron frente tanto en esas instituciones como en las de gestión pública, con pañuelazos, campañas de fotos y debates abiertos. Ellas y ellos, junto a miles de docentes, se enfrentaron a quienes los quisieron obligar a pensar en función a una ideología anti-derechos, para dar una pelea masiva por sus ideales.
Por todo lo que lograron proponiendo luchar en la calle, hoy desde todo el país se está escuchando su grito: “¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir!”.