En medio de una corrida cambiaria que depreció la lira en 75% en lo que va del año, Erdogan pidió a los turcos que vendan sus dólares y oro. Trump anunció aranceles al aluminio y acero.
Viernes 10 de agosto de 2018 14:30
La situación económica de Turquía, que va empeorando con los días a golpe de devaluación, recibió este viernes dos nuevas malas noticias. Por un lado el presidente Erdogan llamó a los ciudadanos a vender sus divisas extranjeras para salvar a la Lira turca, lo que pareció un chiste de mal gusto, mientras que Trump anunció nuevos aranceles al aluminio, lo que cayó como un baldazo de agua fría.
El escenario parece complejo. La corrida cambiaria que sufre Turquía ya depreció su moneda, la Lira, en un 75% en lo que va del año y un 25% solo este mes.
Solo este viernes la Lira se desplomó 14% es por eso que en un estado de desesperación el presidente Tayyip Erdogan apeló al nacionalismo más llano para intentar frenar la corrida. En un discurso ante sus seguidores, el presidente pidió a los turcos que intercambien oro, dólares y euros por liras.
"Si hay alguien que tenga dólares u oro bajo el colchón, debería cambiarlo por liras en nuestros bancos. Esta es una batalla doméstica, nacional", dijo Erdogan a una multitud en la ciudad de Bayburt, en el noreste del país. "Esta será la respuesta de mi pueblo a quienes han librado una guerra económica contra nosotros", agregó.
El presidente, que asegura que un sombrío "lobby de las tasas de interés" y las agencias calificadoras occidentales está intentando hacer caer la economía de Turquía, apeló al patriotismo de los turcos.
Para dejar en claro que su "batalla" por la Lira tenía ribetes de nacionalismo puro y duro, Erdogan comparo la lucha contra la apreciación del dolar con la guerra contra sus opositores, y comparó la derrota del intento de golpe de julio de 2016 con la derrota que hipoteticamente los propinaría a los especuladores ahora: "fallaron con el golpe del 15 de julio. Perderán de nuevo como lo han perdido antes", dijo.
Peor aún llegó a compararlo con las organizaciones que considera terroristas, que son básicamente todas las opositoras: "hemos golpeado al Estado Islámico y al YPG en Siria, al PKK en Irak, y acabamos con el golpe organizado por FETÖ, ahora vienen a nosotros con una corrida del dólar, pero vamos a quebrar también ese juego".
Sin embargo a pesar de la verba encendida de Erdgon la Lira continuó su camino descendente empujada por el anuncio de Estados Unidos de aumentar algunos aranceles.
Donald Trump, dijo este viernes que había autorizado un incremento de los aranceles a las importaciones de Turquía, imponiendo una tasa de un 20 por ciento sobre el aluminio y de un 50 por ciento sobre el acero.
En una verdadera provocación Trump destacó en Twitter que la lira "¡cae rápidamente frente a la gran fortaleza de nuestro dólar!". En un tuit publicado más pronto en la mañana afirmó que "¡nuestras relaciones con Turquía no son buenas en este momento!".
I have just authorized a doubling of Tariffs on Steel and Aluminum with respect to Turkey as their currency, the Turkish Lira, slides rapidly downward against our very strong Dollar! Aluminum will now be 20% and Steel 50%. Our relations with Turkey are not good at this time!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 10 de agosto de 2018
Trump parece de esta manera aceitar el mecanismo privilegiado para tratar con sus competidores o adversarios. La guerra comercial y la imposición de aranceles que, en medio de la campaña electoral hacia las elecciones de medio termino en Estados Unidos y con un escenario económico favorable, le ha dado resultado sin que por ahora le haya implicado un salto en la belicosidad con otras potencias, que viene administrando de cumbre en cumbre.
La onda expansiva de la crisis se propagó fuera de Turquía y los inversores vendieron acciones de bancos europeos con alta exposición a la economía turca.
El nuevo ministro de Finanzas, Berat Albayrak -yerno de Erdogan-, reconoció que la independencia del banco central es fundamental para la economía, prometiendo una mayor disciplina presupuestaria y dar prioridad a las reformas estructurales.
La liquidación de la lira incrementó la preocupación por la exposición a Turquía, particularmente en lo referente a si las compañías sobreendeudadas podrán pagar los préstamos tomados en euros y dólares durante años en el extranjero para financiar la burbuja de la construcción vivida bajo Erdogan.
El tono desafiante, y poco creíble, del discurso de Erdogan frente a la crisis aumentó el nerviosismo entre los inversores.
La lira, que ha perdido un tercio de su valor este año, cayó tras sus comentarios y cotizaba en torno a las 6,05 unidades por dólar, casi un 9 por ciento más débil que el día anterior.