Les estudiantes del colegio Esquiú organizaron una sentada en repudio al accionar homofóbico de sus directivos y de algunos profesores. Leé acá lo sucedido y cómo les pibes se organizaron.
Viernes 18 de octubre de 2019 09:55
El 16 de octubre, estudiantes de distintas escuelas nos enterábamos que en el colegio secundario Esquiú de City Bell, los pibes y las pibas estaban haciendo una sentada en repudio a accionares homofóbicos por parte de los directivos y algunos profesores. La situación se difundió por redes rápidamente y el repudio fue aumentando cada vez más.
Charlamos con varies estudiantes de ese colegio que nos pusieron al tanto de lo sucedido.
La situación había empezado un tiempo antes de la sentada, cuando les estudiantes de sexto año habían entregado un examen en blanco a un profesor de religión que, en los marcos de la ESI que plantea la institución, hacía estudiar un texto que sostenía argumentos aberrantes, como que: “no se deben usar métodos anticonceptivos (preservativos por ejemplo) porque es pecado”, “el acto sexual sólo debe hacerse para procrearse luego del matrimonio”, “la homosexualidad es un pecado”, “el amor homosexual no es verdadero amor”, etc.
Aunque les estudiantes ya habían repudiado estos dichos en dirección, la directora delegó en el vicedirector el problema, quien tampoco tomó ninguna medida frente a los reclamos de los y las estudiantes, generando así la organización de les pibes para entregar el examen en blanco. Además, con argumentos científicos y basados en la ley de Educación Sexual Integral, justificaron los hechos frente al profesor.
Luego de este episodio, los directivos no dieron respuesta, pero la reproducción de la homofobia continuó con total impunidad e incluso desde el mismo equipo directivo.
Se les prohibió a dos chicas, estudiantes de la institución, agarrarse de la mano frente a lxs demás alumnxs. En general, todos los estudiantes que están en pareja tienen prohibido besarse durante el horario escolar, pero el límite fue otro cuando los directivos notaron que dos chicas estaban de novias. Las prohibiciones fueron más allá, diciéndole a las estudiantes que no podían, ni siquiera, agarrarse de las manos, siendo que cuando parejas heterosexuales hasta incluso se besan, no hay cuestionamientos.
A ellas, empezaron citándolas en dirección y continuaron con las persecuciones en los pasillos haciendo comentarios del tipo “acuérdense lo que hablaron con las autoridades, no queremos que lxs más chicxs las vean juntas”, etc.
Estas expresiones de homofobia causaron rechazo en lxs estudiantes que llegaron al acuerdo de hacer una sentada con todxs lxs pibxs que quieran exigir igualdad y una ESI científica y de calidad. Los pasillos se fueron llenando de jóvenes, que levantando la voz empezaron a exigirle a la iglesia que respete las diferentes orientaciones sexuales.
La jornada culminó con una asamblea en donde se les exigió a las autoridades una demanda que se venía realizando desde principio de año por parte del Centro de Estudiantes: una ESI laica, científica y de calidad, que respete todas las orientaciones sexuales, identidades de género, que no reproduzca machismos, ni los mandatos impuestos por la sociedad patriarcal.
Lxs estudiantes aún están a la espera de una respuesta por parte de los directivos, que no parecen querer cambiar frente a los reclamos. Pero cada vez, hay más estudiantes de colegios de la zona que se solidarizan con la exigencia de una ESI verdaderamente integral, como por ejemplo el Estudiantes, Belgrano, Estrada y demás colegios de City Bell.
Estas situaciones marcan una y otra vez lo necesario que es que nuestra educación no esté determinada por una religión específica, sino que se nos explique de una manera científica y no con los criterios de alguna persona que cree en algo particular. Las exigencias de les pibes se hacen escuchar bien fuerte y la demanda para que deje de haber injerencia de las iglesias en nuestra educación cada vez tiene más peso.
Continúa la lucha por nuestro derecho a la ESI, que ningún gobierno se encargó de que se implemente adecuadamente en las instituciones escolares. Es necesario que la iglesia no tenga injerencia en nuestra educación, por eso les jóvenes también vamos por la separación de la iglesia y el Estado, para terminar con los privilegios de una casta católica que reproduce opresión gracias a los beneficios que le otorgan los diferentes gobiernos. Con la fuerza que dejaron este último fin de semana las mujeres y las disidencias en el 34 Encuentro que tuvo sede acá en La Plata, les pibes redoblamos la apuesta y nos organizamos para exigir nuestros derechos.
Reafirmamos que venimos a cuestionar todo lo establecido y que llegamos para quedarnos.
Valentina Busi
Estudiante de Trabajo Social UNLP