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Red Internacional
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Bolivia. Encuentro de mujeres y el doble discurso de Evo Morales

Evo Morales se hizo presente en el Encuentro de Mujeres "Bartolina Sisa" y sostuvo que los logros en materia de igualdad de género son gracias a su gobierno . Sin embargo, su gestión se ha caracterizado por una política machista y homofóbica.

Jueves 14 de enero de 2016

El domingo 10 de enero se celebró el 36 aniversario de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa”. En este acto estuvo presente el presidente Evo Morales quien señaló que es el proceso de cambio que viene implementando el Movimiento Al Socialismo (MAS) el que ha hecho posible que la representación de las mujeres en la política nacionalsea cada vez más importante.

En esta misma línea, indicó que “Si no hubiera habido este proceso, quién sabe no hubiera esta representación de las mujeres en la política, ahí están los resultados, eso hemos cambiado, y debe seguir cambiándose aún” (…) “La bancada más grande en la Asamblea Legislativa Plurinacional es de las Bartolinas de Bolivia; senadoras y diputadas, igualmente las asambleas departamentales, llenas de Bartolinas; los concejos municipales, casi llenos de Bartolinas; se ha reconocido esa lucha de las mujeres” (…) “Los que quieren dominar el mundo no quieren que los pobres hagamos política, y que nosotros seamos más bien-y ahí viene el pongueaje político de aquellos tiempos- del modelo neoliberal; entonces, hermanas y hermanos, qué hicimos nosotros, pasar de la lucha sindical a una lucha electoral, eso es algo histórico”.

La hipocresía de Evo Morales y el gobierno del MAS

Nada creíbles resultan las palabras de Evo Morales, ya que detrás éstas -que están cargadas de demagogia- se esconden discursos machistas y homofóbicas, que no son otra cosa que la expresión del carácter capitalista, patriarcal y colonial del Estado que defiende y administra su gobierno.

Pese a que la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, declara y reconoce como prioridad nacional la lucha contra la violencia hacia las mujeres, casi nada ha cambiado en lo que va del gobierno de Evo Morales, ya que los casos de acoso y violencia machista han aumentado en todas sus formas. Según datos del Programa de mujeres de Naciones Unidas, Bolivia es el país de América Latina con el nivel más alto de violencia contra las mujeres, y el segundo después de Haití en violencia sexual.

A esta situación que viven día a día las mujeres bolivianas -y para que quede claro que entre el dicho y el hecho hay mucho trecho- se suma un coro de discursos machistas, homofóbicos y lesbofóbicos, tanto del presidente Evo Morales y de su vicepresidente Álvaro García Linera: “Cuando voy a los pueblos quedan todas las mujeres embarazadas y en sus barrigas dice Evo Cumple”(…) “No quiero pensar que es lesbiana, compañera ministra”…

Está demás decir que el llamado “proceso de cambio” no incluye a los sectores más oprimidos y vulnerables como el de las mujeres y la diversidad sexual, y que pese a que dentro del estado hay mujeres en cargos de poder, éstas no representan a las millones de mujer que viven en situación de explotación y opresión, sino que más bien legitiman este tipo de formas de violencia al no interpelar y mucho menos denunciar las agresiones que las mujeres y la diversidad sexual sufren, por lo que reproducen hechos como estos hacia el conjunto de la población.

Recuperar las organizaciones sociales y los sindicatos

La Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia Bartolina Sisa, que “Nació en el contexto de la recuperación de la democracia en Bolivia y la recomposición de las organizaciones de base, con la visión y propósito de que las mujeres del área rural participen plenamente de este proceso con una organización propia” -como ellas mismas señalan-; ha sido cooptada por el actual gobierno –como otras organizaciones sociales y sindicatos- para frenar las verdaderas luchas y reivindicaciones que mujeres, trabajadores, campesinos y estudiantes realizan contra el Estado capitalista y patriarcal.

No es suficiente la presencia de mujeres asambleístas, concejalas o ministras, más aún cuando defienden los intereses del capitalismo. Como diría Rosa Luxemburgo, “la lucha por la emancipación de la mujer , el combate cotidiano por las reformas, por la mejoría de la situación de las mujeres en el marco del orden social vigente debe darse en el seno de la lucha de la clase trabajadora, en el sentido de conquistar su objetivo final: el poder político y el fin de todas las formas de opresión y discriminación, no sólo contra las mujeres, sino contra los negros, los homosexuales, las nacionalidades oprimidas y todas las minorías”. Si bien el género une a las mujeres, es la clase la que las divide, es decir, la clase social a la que pertenecen.
Frente a esta situación se ha necesario recuperar los sindicatos y organizaciones sociales de manos de los corrompidos dirigentes para poner en marcha un instrumento político de los trabajadores, campesinos, mujeres y estudiantes con absoluta independencia, tanto del gobierno como de los diversos partidos patronales.