A continuación reproducimos la carta que nos hizo llegar María Graciela Amarilla, enfermera que desde hace 4 años se desempeña como enfermera del Hospital de Niños de San Justo donde es delegada del S.T.M.L.M (Sindicato de Trabajadores Municipales de La Matanza).
Jueves 23 de abril de 2020
A la opinión pública:
Según la OMS el 2020 iba a ser el año de enfermería. ¡Qué utopía! ¿Por fin nos reconocerían como profesionales de la salud? ¿Mejorarían nuestros ingresos? ¿Descendería el pluriempleo? Factor determinante pero no el único, claro, para la diseminación del virus.
El otro factor clave es que quienes trabajamos en salud necesitamos el equipo de protección personal adecuado. En comparación con el resto del mundo, tenemos pocos infectados por Covid-19, pero de esos casos, el 14% (y en curva ascendente) es personal de salud. Es la tasa más alta declarada internacionalmente. Esto sucede debido a los factores anteriormente mencionados y por no contar con insumos adecuados y suficientes.
Cuídennos para poder cuidar. Estamos en la primera línea de batalla y también estaremos en el otro lugar, el del paciente. Porque de hecho ya está ocurriendo. Así que colegas, informémonos, capacitémonos pero exijamos los EPP. ¡Si, tenemos el derecho a preservar nuestra vida! No perdamos la empatía. La primera lección de enfermería es ponerse en el lugar del otro. Que el miedo no nos paralice y la pandemia no nos deshumanice. En dicotomía con el aplauso de las 21 horas, ahora quieren públicamente estigmatizar a los héroes.
El Colectivo de Enfermería exige:
Test diagnósticos para todo el personal de salud.
Toma de temperatura a todo el personal sistemáticamente.
Que se respete el derecho a licencia a trabajadores esenciales que tengan alto riesgo.
Que las instituciones no sean restrictivas en cuanto a información, toma de decisiones y las autoridades que las conforman sean competentes para tomar decisiones pensando en nuestra seguridad. Tenemos vocación pero no queremos ser mártires.
Amarilla María Graciela, Licenciada en Enfermería