Gabriel Alejandro Paz, “Retu”, tenía 29 años y un corazón solidario. Pero también problemas de sobrepeso y tiroides. “Me cansé de escribir y de llamar y no te dan bolilla”, había denunciado en un video casero que difundió días antes de morir. Ahora, el Gobierno lo ataca.
Lunes 7 de septiembre de 2020 16:23
Gabriel Alejandro Paz, “Retu”, falleció este sábado en su casa luego de días de pelea para que el sistema de salud de Salta lo atienda. Era una persona de riesgo y tenía síntomas de covid-19. Algo que al ministerio de Salud no le importó mientras el gobernador Gustavo Sáenz y el COE siguen hablando de que no hay colapso del sistema de salud.
Durante una semana Alejandro y su familia habían llamado a todos los lugares que recomienda el Gobierno. Sin embargo, nunca recibieron respuestas. Y ahora, pos morten, la ministra de Salud Josefina Medrano tiene el tupé de decir que se negó a ser trasladado.
“No te dan bolilla”
Ante esta situación, el joven estudiante de diseño gráfico en el Tomás Cabrera y enfermería en la UNSa, que además había sido parte del seleccionado de rugby de Salta, había decidido auto aislarse. Y ante la desesperación, grabó un video para que se viralice su situación, con la esperanza de que su pedido de ayuda sea escuchado. Pero esto tampoco tuvo eco en el gobierno de Gustavo Sáenz.
“Soy Gabriel Alejandro Paz y hace poco tuve como un cuadro de gripe, pensé que era una simple gripe y la verdad es que llevo tiempo. Y ahora tengo una tos que apenas me permite hablar. Me cansé de escribir y de llamar, y no te dan bolilla”, decía.
Finalmente, falleció en su casa, mientras sus familiares trataban de mantenerlo con vida a la espera de asistencia. Horas más tarde las redes sociales se inundaban de mensajes de sus familiares y amigos, recordándolo y despidiéndolo. Pero también, denunciando que el Gobierno provincial lo había dejado morir.
Que no te confundan: lo dejaron morir
Como vos que estás leyendo o yo que escribo, la muerte de Alejandro despertó la bronca de muchos y muchas. Una muerte evitable, como tantas en el norte de la provincia. La falta de camas, de insumos, de oxígeno y de ambulancias, es la evidencia de que durante meses Sáenz no invirtió un solo peso en salud. Al contrario, la respuesta ante una pandemia fue represiva, aumentó la presencia policial en toda la provincia, con superpoderes a la policía provincial a través de la ley 8191.
“Quedate en casa. Cuidate, cuidanos”, slogans cínicos mientras la gente se muere. Alejandro se cuidó, se autoaisló y cuidó a los suyos. Ahora ya no está.
Es urgente que se inviertan las prioridades, que se hagan test masivos, que se centralice el sistema de salud privada y público, para que se pueda contar con todos los recursos necesarios, y que la salud deje de ser un negocio. La vida de los Alejandro, la nuestra, valen.