Hace un par de días se aprobó en el Senado el proyecto de ley en general que permitiría que los hijos tengan el apellido de la madre antes que el del padre. Este proyecto se fundamenta en los principios de la “Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer”. Un aspecto que favorecerá a diversas mujeres y sus hijos, pero cabe preguntarnos si realmente será un avance en la igualdad de género y en las condiciones de vida.
Viernes 29 de enero de 2021
Durante el 2020 los casos de violencia de género aumentaron. Solo en Antofagasta, según un informe de trabajadoras de los Centros de Salud Familiares, se duplicaron los casos de violencia hacia las mujeres. Los llamados al fono ayuda tuvieron una elevación del 70% en relación al 2019; en plena pandemia y confinamiento se desnudó y agudizó la desigualdad social, pero también de género. Mujeres que sostienen a sus familias quedaron sin trabajo dentro de los miles de despidos y suspensiones, así como también tuvieron que enfrentar con mayor intensidad las labores del hogar por la pandemia, en muchos casos junto a realizar teletrabajo.
Esta situación de crisis por coronavirus también tiene rostro de mujer, donde muchas son parte de la primera línea contra la pandemia siendo trabajadoras de la salud en los hospitales, sufriendo el agobio en el trabajo y/o debieron hacerse más cargo de las labores del hogar por encontrarse en cuarentena.
El proyecto de ley de cambio de apellido se enmarca en este contexto, y han salido senadores y diputados de distintos partidos políticos del régimen a apoyarlo, ganando su aprobación en el Senado con 28 votos contra 1, un proyecto que descansaba desde el 2005. Es que en momento electoral es mejor hablar de igualdad de género y de avances culturales, pero después los mismos políticos que hoy lo apoyaron como Marcela Sabat de RN, les dan la espalda a las mujeres que son las que han vivido más la precarización; según el INE el año pasado la cifra de desempleadas llegó a un histórico 32,7 %, y son las que trabajan en condiciones más precarias.
✅Vuelve a la Comisión de Mujer el proyecto que establece que el apellido de la madre anteceda al del padre. Esto luego de ser aprobado en general en la Sala 👩🦱👶🖊️
⏰A partir de las 4 de la tarde vuelve a sesionar la Sala. Síguela en 📺🖥️📱https://t.co/IsOBEY08jD pic.twitter.com/0EAppOqlko
— SenadoChile (@Senado_Chile) January 27, 2021
Claro está que para miles de mujeres es algo mínimo tener la posibilidad de poner el apellido materno en primer orden, antecediendo al apellido paterno, es algo mínimo dentro de las libertades democráticas básicas que deberían garantizarse; no obstante, sabemos que de fondo mientras las mujeres sigan accediendo a los peores trabajos, ganando menos sueldo, recibiendo menos pensiones, viviendo acoso laboral y violencia de género en sus hogares, quedando desempleadas, haciendo doble o triple trabajo en teletrabajo sumado a las tareas del hogar, no habrá cambio de apellido que modifique la situación de desigualdad de género en la que nos encontramos.
Sin duda, a muchas mujeres esto les favorecerá en la relación con los hijos, siendo un pequeño avance en las libertades democráticas, pero la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida, esto solo podremos conquistarlo con organización y movilización por nuestros derechos, exigiendo un Plan de Emergencia contra la Violencia de Género, que contemple hogares temporales en condiciones dignas (y no en hacinamiento), subsidio en dinero parar vivienda, sueldos de emergencia, para que se puedan independizar un tiempo y buscar alguna salida, atención y acompañamiento psicológico, entre otras medidas. Esto se puede financiar si afectamos las ganancias de los grandes empresarios que son los dueños de nuestros recursos naturales y que se llevan las ganancias mientras juegan con nuestra vida y la de nuestras familias, con un impuesto extraordinario a esas grandes fortunas como la del grupo Luksic o BHP Billiton e inmobiliarias.

Nancy Lanzarini
Profesora de Lenguaje y Comunicación.