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Red Internacional
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Lucha docente. Escuelas porteñas: jardín maternal “Pompeyito” en ruinas

Muchos preguntan por qué para la docencia. Aquí algunas respuestas y más preguntas desde la mirada de un docente que trabaja entre obras y ruinas de una secundaria porteña sin su jardín maternal.

Domingo 29 de julio de 2018 16:34

No alcanza con contar que como a vos todo nos aumenta. A nosotros también, al igual que vos el sueldo no nos alcanza. Pero no paramos solo por eso, paramos porque nuestro salario es un fiel reflejo de lo que es hoy la educación pública para el gobierno.

Sin ir más lejos como docente del nivel medio, trabajo en la EEM 4 DE 19 en el barrio de Pompeya, una escuela que se encuentra en construcción hace más de un año con estudiantes y docentes adentro. A pesar de nuestros reclamos para que se respete el derecho a enseñar y aprender en un lugar digno, hay oídos sordos desde el Gobierno, la junta y la supervisión. Los oídos sordos de sonido y no los oídos afectados por los martillos neumáticos que demuelen, por las perforaciones, por el sonido de una obra mientras enseñamos y estudiamos.

Estamos invisibilizados por el polvo de la obra que afecta nuestro sistema respiratorio dejando con problemas de salud a docentes y alumnos alérgicos. Es el polvo de la obra que irrita nuestros ojos, cómo también la indignación y el dolor que nos provoca la realidad de nuestras y nuestros alumnos. El Gobierno busca crear una idea colectiva de que los docentes somos todo, edificio, conocimiento, contención y amor. Pero se olvidan que tan solo somos humanos y no máquinas de descarte.

¿Pero no es mejor reclamar con los estudiantes dentro? En una escuela media, donde uno de las tantas realidades a abordar es el embarazo adolescente, ese que hoy en pleno debate por el aborto los denominados pro vida y que encomiendan la Ciudad al Sagrado Corazón de Jesús, te cuento que el jardín maternal “Pompeyito” para alumnas madres puedan dejar a sus hijas e hijos de entre 0 a 2 años mientras estudian se encuentra en ruinas. Todos los materiales didácticos, las cunas, están bajo el polvo de los escombros. Esta es la verdadera respuesta de este Gobierno, no solo para los docentes, para los bebés, las niñas, niños, adolescentes y todas las familias.

¿Pero no hay otra forma que no sea afectando a los chicos? Creen que la educación sirve para integrar, para lograr un mejor futuro, para transformar. Pues es por todo esto que paramos nuevamente y nos movilizamos, reclamando un plan de lucha construido en cada escuela junto a los estudiantes y las familias, porque este es el primer acto transformador, el de no resignarse, el de mirar adelante, porque no nos resignamos a ver cómo nuestras familias sufren, cómo sufren las familias de nuestros alumnos por la falta de trabajo, porque la plata no alcanza. Porque no nos resignamos a que nos digan cómo será nuestro futuro y el de nuestros alumnos, somos nosotros y ellos los que lo escribiremos. Entonces, ¿por qué no construimos un plan de lucha juntos por el presente y el futuro?