Se estima que las caras de miles de palestinos, incluidos ancianos y niños, están cargados en ese sistema sin su conocimiento ni consentimiento. Esta red de vigilancia, instalada en los teléfonos de los soldados israelíes, detecta el rostro de palestinos que pueden ser detenidos o demorados según la información de la base de datos del Ejército.
Martes 18 de enero de 2022 10:05
Este martes se dio aconocer que la Policía de Israel usa el software de espionaje Pegasus de la empresa israelí NSO Group para rastrear los teléfonos de ciudadanos de distinto perfil sin orden judicial, según reveló el digital local Calcalist. Sin embargo, el espionaje sobre la población palestina va mucho más allá e incluye inteligencia artificial y otros mecanismos para perseguirlos y amedrentarlos, sobre todo en los territorios ocupados de Cisjordania.
El Ejército israelí ha instalado un sistema de vigilancia, que incluye cámaras de reconocimiento facial y sensores de movimientos, en los territorios palestinos de Cisjordania ocupada, según revelan testimonios de soldados retirados a los que ha tenido acceso la agencia Efe.
Esta red de vigilancia, implementada en los dos últimos años, utiliza la tecnología "Blue Wolf" que, instalada en los teléfonos inteligentes de los soldados, detecta el rostro de palestinos, envía la información a una base de imágenes del Ejército para identificar a la persona y extrae sus datos personales.
"Si se pone rojo lo arrestamos; si es amarillo lo detenemos temporalmente. Lo llevamos a la base y los retenemos durante un par de horas", señala el testimonio sobre Blue Wolf de un exsargento israelí, recogido por la organización Breaking the Silence.
"Los testimonios muestran cómo desde el Ejército se alienta, e incluso se incentiva, a los soldados a fotografiar y cargar los detalles de tantos palestinos como sea posible en el sistema, lo que a menudo se les presenta como una competencia entre las unidades militares que sirven en la zona", explicó a Efe Ori Givati, director de campañas de Breaking the Silence, organización formada por exsoldados israelíes que denuncian los abusos en los territorios palestinos ocupados.
Se estima que las caras de miles de palestinos, incluidos ancianos y niños, están cargados en ese sistema sin su conocimiento ni consentimiento.
Además de Blue Wolf, el Ejército israelí ha instalado cámaras de escaneo facial en la ciudad dividida de Hebrón, la segunda mayor de Cisjordania ocupada, para ayudar a los soldados en los puestos de control a identificar a los palestinos incluso antes de que presenten sus tarjetas de identificación.
Una red más amplia de cámaras de televisión de circuito cerrado y sensores de movimiento, denominada "Hebron Smart City", proporciona un seguimiento en tiempo real de la población de la ciudad y, según el relato bajo anonimato de un exsoldado, a veces puede ver el interior de las casas particulares por lo que supone una "violación total de la privacidad de todo un pueblo".
"Como soldados se nos dijo que la política oficial del Ejército en los territorios ocupados es dar a los palestinos la sensación de estar vigilados y perseguidos constantemente. Con el desarrollo y la implementación de esta tecnología de vigilancia orwelliana, la administración de la ocupación y el proceso de anexión de facto se simplifica cada vez más, a expensas de los derechos individuales de los civiles palestinos", apuntó Givati.
Esta tecnología de vigilancia es similar a las cámaras de reconocimiento facial empleadas en los puntos de control fronterizos israelíes desde 2019, aunque "la diferencia fundamental es que los palestinos que viven en Hebrón no participan a sabiendas y con consentimiento en esta forma de monitoreo digital", indicó Givati.
Hebrón es uno de los principales focos de conflicto en Cisjordania ocupada, donde cerca de un millar de colonos israelíes -la mayoría extremistas- llevan años instalados en el centro de la ciudad donde viven unos 200.000 palestinos, a los que se les restringe el acceso a avenidas principales e incluso a partes del casco histórico, fuertemente custodiado por el Ejército israelí.
En varios países del mundo el uso oficial de tecnologías de reconocimiento facial está prohibido o restringido en lugares públicos.
Sin embargo, Israel, donde el argumento de la seguridad está por encima de la privacidad, es uno de los países que utiliza estas tecnologías de manera más elaborada y extensiva, según la organización de derechos civiles digitales AccessNow.
"En Cisjordania, sin embargo, Israel utiliza la infraestructura de ocupación ahora profundamente arraigada, cuya base se ha sentado durante los últimos 54 años, para mantener a cientos de miles de palestinos bajo estrecha vigilancia, sin ningún debate público, transparencia o responsabilidad", añade Givati.
Activistas espiados
La información sobre la utilización de cámaras de reconocimiento facial para espiar a los palestinos, se conoce al mismo tiempo en que la organización internacional Front Line Defenders denuncia que activistas palestinos vinculados a las ONGs que Israel acaba de declarar "terroristas", para acallar sus reclamos, han sido espiados con la tecnología Pegasus de la empresa israelí NSO.
Tras examinar 75 dispositivos, la investigación halló rastros de Pegasus en los teléfonos móviles de seis activistas palestinos, tres de los cuales pertenecen a alguna de las seis ONGs que Israel catalogó como "terroristas" hace unos meses: Ghassan Halaika, Ubai al Aboudi y Salah Hammouri.
Los nombres de los otros tres palestinos afectados por el espionaje no han sido revelados pero en los seis casos el rastro de Pegasus data de entre julio de 2020 y abril de 2021.
La firma israelí NSO fue denunciada internacionalmente durante los últimos meses por la utilización que distintos Estados, gobiernos y servicios de inteligencia hicieron de su software Pegasus para perseguir y espiar a opositores.
En julio una investigación periodística internacional reveló que había sido utilizado para espiar a cientos de periodistas y líderes políticos.
"Este último movimiento del gobierno israelí es parte de una tendencia alarmante diseñada para frenar el trabajo de organizaciones humanitarias y activistas, el momento y el método de la designación sugiere que también hay un esfuerzo por legitimar la vigilancia e intervención de dispositivos de defensores de derechos humanos palestinos usando Pegasus", señaló Front Line Defenders (FLD).
El 16 de octubre, la organización palestina Al Haq contactó a Front Line Defenders ante la sospecha de que el teléfono de alguien de su equipo había sido hackeado y ese mismo día, el coordinador de protección digital de FLD, Mohamed al Maskati, encontró rastros de Pegasus.
Ante esa revelación, Al Haq informó a otros grupos palestinos que se encontraban en la mira de Israel y Maskati analizó los dispositivos de hasta 75 activistas que tenían sospechas de ser espiados, encontrando trazas de Pegasus en los dispositivos de seis de ellos.
Este sistema de espionaje y amedrentamiento, como la criminalización de organizaciones de derechos humanos o sociales, son parte de la política de Israel que busca acallar a todas las organizaciones o individuos que denuncian la brutalidad de su accionar contra el pueblo palestino.
El Estado de Israel sabe que su política colonialista que incluye la ocupación y expulsión de la población palestina en Cisjordania y Jerusalén Este, y un brutal e inhumano bloqueo sobre Gaza, se vuelve cada vez más impopular, no solo entre los palestinos sino alrededor del mundo. Es por esto que necesita que todas las organizaciones que muestran esta brutal política sean silenciadas.
Con información de Efe/Sara Gómez Armas