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Red Internacional
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ANTE UN GOBIERNO PSOE-PODEMOS. Estado español: el pacto Sánchez-Iglesias y las posturas del independentismo catalán

Tras las consultas y negociaciones del fin de semana, el PSOE y Unidas Podemos preparan la recta final de la investidura. Esquerra Republicana quiere apoyar pero le podría costar la hegemonía en el independentismo catalán.

Martes 26 de noviembre de 2019 00:50

La consulta del PSOE a sus afiliados dio como resultado que el 92% avala el acuerdo de Sánchez para crear el primer gobierno de coalición en el Estado español. Aún no es seguro que se concrete el mismo, pero pareciera que es la única posibilidad de formar gobierno. Pablo Casado del derechista Partido Popular, prometió futuros acuerdos de Estado con Sánchez, si éste es capaz de ser investido. Investidura que no contaría con la abstención de los populares y Ciudadanos.

El PSOE se agarra al Pacto con Unidas Podemos como a un clavo ardiendo, sin posibilidades que el PP o Ciudadanos den algún tipo de apoyo para la investidura. Pedro Sánchez, cuenta uno por uno los escaños tratando de llegar al número mágico: 176. Para ello depende centralmente de la abstención o el voto favorable de Esquerra Republicana de Cataluña.

De todas formas, el gobierno resultante será inestable porque la situación catalana sigue sin resolverse, porque se acercan momentos de crisis y habrá que ver cómo un gobierno “de progreso” hace frente a las turbulencias.

Esquerra Republicana de Cataluña: ¿la cuadratura del círculo?

La larga pregunta que la dirección de ERC ha hecho a su base militante contiene una ambigüedad calculada que le permitirá seguir negociando con Sánchez. La dirección de Esquerra quiere dar el sí a Sánchez, aunque quiere hacerlo si perecer políticamente en el intento. Para ello, necesitan que el “candidato” les de algo para enseñar a los suyos, de lo contrario podría quedar como el primero que saca los pies del plato independentista. Para Esquerra está en juego la hegemonía en Cataluña, se prepara para ganar las próximas elecciones autonómicas.

En la consulta de este lunes ha votado el 70% de los seguidores de Esquerra. Y, el 94% votó a favor de la opción sostenida por la dirección. Un fuerte espaldarazo, como se podía esperar, ha recibido el elenco dirigido por Gabriel Rufián. La dirección republicana espera obtener una reunión de la mesa de diálogo “entre gobiernos” antes de la investidura de Sánchez como gesto de que el PSOE se mueve para resolver políticamente el conflicto catalán.

Esquerra se encuentra en el medio, presionada por Junts per Catalunya y la CUP para que voten NO a la investidura. JxCat porque está en la lucha por la hegemonía. La CUP porque quiere golpear, a su manera, al Régimen del 78 en el Congreso de Diputados. Este cuestionamiento a Esquerra le puede provocar pérdida de apoyos entre el electorado independentista. Los republicanos por ello necesitan que Pedro Sánchez les conceda algo. Digamos que a Rufián y a Sánchez les une el espanto… a perder. Una jugada audaz que les puede permitir ganar o quedarse con las ganas.

No es claro que Esquerra consiga establecer esa mesa de diálogo “entre iguales”. De todas formas, de lograrlo no se sabe bien “de qué dialogarán”. El líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta sostiene que “se puede hablar de todo”, pero si de lo que se puede hablar es de “la autodeterminación se acaba rápido, usted la pide, yo digo que no y pasamos a los postres”. Habría que ver qué pueden ceder el PSOE para lograr al menos la abstención republicana, cuestión que hasta ahora no han explicitado. Solo dicen que ellos han ganado y hay que formar gobierno cuanto antes.

Y, las declaraciones del exministro Bono también han sido clarísimas "Aquí el PSOE tiene una línea roja, se abstengan, voten que sí, o voten que no; nunca aceptaremos que unos pocos decidan por el conjunto de los españoles". Se sabe que los de Pedro Sánchez esperan la abstención de Esquerra Republicana para consagrar un nuevo gobierno del PSOE. Lo que no se sabe es qué esperan ganar los de Oriol Junqueras con estas negociaciones, porque el ejercicio de la autodeterminación no parece que vaya a venir de un acuerdo con el PSOE.

Estamos en un período en que el Estado español lleva dos ejercicios con los presupuestos de Montoro, también hay problemas en la Generalitat para sumar mayoría con los suyos. Y, encima están los del Ayuntamiento de Barcelona. Los Comunes de Ada Colau han insinuado la idea de que la negociación de investidura pueda hacerse a través de soportes mutuos en los presupuestos, aumentando la inversión pública en Cataluña. Sin embargo, ésta “música” es más vieja que un faraón y luego solo se ejecuta la mitad.

Consultas de Unidas Podemos

Los socios de Sánchez también están haciendo consultas. En Izquierda Unida el acuerdo recibió el apoyo del 88% (poco más de 10.000 votos) de los consultados con apenas un 31% de participación. Los Comunes también han preguntado por el apoyo. En este caso, el 94% votó positivamente, en total unos 3505 simpatizantes. También con una participación muy baja que apenas si llegaba al tercio de los llamados a votar.

La consulta de Podemos aún está en curso. Se empezó a votar el sábado y se acabaré el próximo miércoles. La fuerza liderada por Pablo Iglesias pregunta: “¿Estás de acuerdo en que participemos en un Gobierno de coalición en los términos del preacuerdo firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sí o no?”. No se esperan sorpresas. Iglesias y el actual equipo dirigente han cedido en todo para obtener unos cargos.

No se sabe si finalmente habrá un gobierno del PSOE-Unidas Podemos, con el apoyo de los diputados republicanos y otras fuerzas más. De formarse, no será un “gobierno de progreso” como dicen Sánchez e Iglesias.

Será un gobierno basado en la "izquierda" parlamentaria al servicio del Ibex 35 (índice que mide la bolsa de valores de Madrid) que afrontará la reforma de las pensiones, sostendrá la reforma laboral de Rajoy (y quizás sus presupuestos), un gobierno que no permitirá ejercer la autodeterminación de Cataluña y con el cual continuará la represión judicial y policial. Es decir, que el Gobierno de Pedro Sánchez será opuesto a los intereses de los trabajadores y los pueblos. Un gobierno al que la clase obrera, la juventud y las mujeres tendrán que enfrentar.