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Red Internacional
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Frontera. Estudiante de la UACJ denuncia clasismo y discriminación en la carrera de Derecho

Estudiante de Derecho de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ) denunció discriminación y clasismo de parte de una académica de la institución; a través de redes sociales, denuncia a la maestra por la exigencia de ciertos “códigos de vestimenta” que la catedrática utiliza como medidas mínimas para ser aceptado en sus clases virtuales.

Sábado 7 de agosto de 2021

En el marco del regreso a clases virtuales de la UACJ, desde el pasado lunes 3 de agosto, un estudiante de quinto semestre del Instituto de ciencias Sociales y Administrativas (ICSA), denunció a Perla Patricia Royval Guerrero, quien imparte la clase de Derechos Fundamentales en dicha institución, debido a que la docente mencionó que para ser aceptados en sus clases virtuales, deberán mantener la cámara prendida así como cierto código de vestimenta.
Hasta el momento la maestra no ha dado a conocer su postura al respecto; aunque desde la oficina de comunicación social de la UACJ, se informó que la queja será atendida.

Cabe decir que, a raíz de la denuncia, surgió la indignación entre las y los alumnos del ICSA, debido a que los comentarios de la maestra refieren a que las mujeres deben tener las piernas depiladas y los hombres portar camisa de manga larga para poder entrar a su clase, así como mantener prendida la cámara durante la clase.
No es la primera vez que se sabe de comentarios machistas, clasistas y discriminatorios en la carrera de derecho (y otras carreras también) por parte de algunos de sus maestros.

Los cursos y protocolos de género se han mostrado impotentes a la hora de resolver estas problemáticas, pues terminan favoreciendo y fortaleciendo una política punitiva que deposita su confianza en las autoridades, además, no han faltado quejas por parte de alumnos que han denunciado este tipo de acciones.

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Incluso públicamente se ha denunciado también la inacción por parte de las autoridades de la UACJ en casos de asesinatos y desaparición forzada de alumnas, alumnos y maestros, así como la falta de apoyo a acciones de denuncia y protesta encabezada por alumnas y alumnos para intentar frenar esta barbarie.

Que un estudiante reclame su derecho al libre desarrollo de la personalidad, derecho a la libertad de expresión y derecho a la educación puede resultar aislado, lo que no resulta fortuito es que dentro de la línea del conservadurismo y elitismo que se ha impuesto también en las universidades públicas, se exacerbe el clasismo y se promueva la discriminación.

No podemos olvidar que la UACJ construyó sus cimientos sobre el pensamiento priísta y que ahora se comparte con el panismo, más rancio y conservador de Ciudad Juárez, construyendo la universidad sobre la separación de las diferentes carreras por institutos para mermar con ello en la organización estudiantil; no querían que floreciera y que más tarde tuvieran que reprimir a punta de metralleta.

A nivel nacional, recién acababa de ocurrir la masacre del 68 y el Halconazo del 71 y la construcción de una universidad en la frontera venía bien para lavar la cara al gobierno, pero con estudiantes separados, sin ninguna tradición organizativa y de lucha estudiantil; en una especie de “profesionistas funcionales”.

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Con una educación formativa al servicio del sistema capitalista, promovida desde las autoridades educativas, la directiva universitaria y el “charrismo sindical”, no solo de la UACJ, sino de todo el estado en general, se ha fomentado un pensamiento reaccionario y competitivo entre los estudiantes, profesores e instituciones mismas, fortaleciendo un sentir meritocrático donde parece que solo algunas personas tienen derecho al estudio.

La discriminación, clasismo y elitismo de la UACJ, y en el ámbito universitario en general, comienzan desde los altos costos de inscripción por semestre, sin respetar el Art., 3º (Educación Laica, Libre y Gratuita), que dejan cada ciclo escolar a cientos, quizás miles de jóvenes sin la oportunidad de acceder a alguna institución educativa.

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Es bien sabido que gran parte de las y los estudiantes de la UACJ son además trabajadoras y trabajadores, muchos de ellos de la industria maquiladora, además de madres solteras un gran porcentaje, siendo ellas mismas quienes costean sus estudios, si a ello agregamos, que un salario de obrera y/o obrero no alcanza ni para costear las cuotas universitarias, ¿Cómo se le exige al alumnado cumplir con estereotipos de éxito que hunden más en la miseria a las personas?

Tampoco podemos dejar de lado que el clasismo y elitismo dentro de las universidades públicas no corresponde solo a las y los catedráticos, sino resulta un problema estructural de ver a la educación como una mercancía y no como un derecho, como herencia de las reformas privatizadoras a la educación de los pasados gobiernos Neoliberales del PAN, PRI y PRD, y que el gobierno actual de la 4T heredó y no ha logrado o querido revertir.

En suma, las y los catedráticos, como trabajadores universitarios y de la educación en general, se ven presionados y envueltos en las mismas dinámicas discriminatorias y de clase a que son emplazados por el estatus quo, son exigidos a tope, para mantener los estándares de calidad que los sectores empresariales han logrado incluir y establecer en las universidades ya no solo privadas, sino también en las públicas del país.

Como militantes de la Agrupación Juvenil Universitaria Anticapitalista consideramos que estas medidas no deberían ser impuestas, ni promovidas por docentes universitarios que, por el contario, deberían velar por el pensamiento crítico y de igualdad.

Por ello creemos inadmisible que se solicite en clases, virtuales o no, la baja de cualquier estudiantes por razones de vestido, además de inconformarse ante dichos “criterios” de vestimenta que atentan contra la dignidad de las personas y en contra de los valores universitarios de apertura a la diversidad cultural e intelectual.

El problema de la discriminación y clasismo en la educación pública en México no debe ser visto como un problema aislado, es el resultado de las reformas Neoliberales en el país que impusieron una elitización en la educación en general.
Tanto estudiantes, familias así como las y los trabajadores de la educación no solo universitaria, sino en todos sus niveles y en general de todo el país, deberían asumir el clasismo y la discriminación como un problema central que combatir, siendo necesario la organización y lucha, desde todos los sectores y bases del magisterio para excluir del derecho a la educación, toda lógica elitista producto de la competencia capitalista.

Se hace necesario frenar y combatir el conservadurismo, junto a su pensamiento reaccionario, es indispensable recuperar la tradición de lucha estudiantil, construir agrupaciones estudiantiles que peleen por sus derechos y contra el clasismo y la discriminación en la UACJ y demás universidades del estado, que se exija una “Educación Laica, Libre y Gratuita”, para toda la población en general y que no sólo otorgue ciertas cantidad de becas, en donde ponen más trabas que ventajas.

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