Problemas de conectividad, protocolos de examen abusivos, decisiones inconsultas de las autoridades, falta de dispositivos de conexión, docencia y trabajo precarizado, hacen que cada vez sea más difícil cursar. La organización de estudiantes y docentes es clave para que se garantice una educación que no deje a nadie afuera.
Viernes 11 de septiembre de 2020 16:56
Estudiantes del IES 5 de distintas carreras, organizades en grupos de whatsapp vienen intercambiando sobre los problemas que les significa mantenerse dentro de la cursada virtual, frente a las autoridades que deciden a sus espaldas y desoyendo las exigencias que se vienen formulando mediante notas y peticiones varias. Denunciaron también que existe un gran porcentaje (más del 60 por ciento del estudiantado) que expresaron problemas de conectividad según una encuesta realizada y difundida por estudiantes organizados en En Clave Roja.
El segundo cuatrimestre en los terciarios comenzó sin atender los ya presentes problemas de una modalidad virtual precaria y desorganizada vivida desde el inicio del ciclo. Esta situación afecta a la gran mayoría de los estudiantes y docentes que lejos de obtener soluciones reales desde el Ministerio de Educación y su Dirección de Educación Superior reciben circulares y resoluciones inconsultas a cumplirse vía las autoridades de los distintos Institutos.
Se decide unilateralmente el cómo, cuándo y bajo qué requisitos y condiciones debiera examinarse y dar continuidad pedagógica, sin ninguna participación ni escucha de las partes involucradas (docentes y estudiantes), ni contemplación por las condiciones económicas y sanitarias cada vez más difíciles que atraviesan las mayorías e impide a muchos poder cursar.
Son muchos las y los estudiantes que vienen intentan hacerse oír por sus propios medios, ya que no hay Centro de Estudiantes; e intentan solidarizarse con los que no pudieron este año ni acceder a la virtualidad porque son padres, e hijos, de familias trabajadoras, o son jóvenes precarizados. Muchos perdieron el laburo o el acceso al IFE, todo esto ante el agravamiento de la situación de crisis que hace que estudiar para la mayoría no sea un derecho sino que se convierta cada vez más en un privilegio (de clase).
De la misma forma, los docentes cada vez más precarizados, con sueldos recortados y sin paritarias a la fecha tienen que sostener con sus propios bolsillos la capacitación y conexión, cuando esta debería ser una responsabilidad garantizada por el gobierno.
El grupo de whatsapp se transformó en asamblea, un puntapié clave para fortalecer la organización por todas las demandas.
Entre las resoluciones planteadas están, la extensión de las regularidades y régimen de condicionalidad que de vencerse dejaría afuera a quienes no pudieron rendir ni regularizar su situación; que se pueda rendir en los cuatro turnos de examen para aliviar la carga de quienes tienen muchas materias.
También se pide que se modifiquen y re discutan los puntos del protocolo de examen que impone sanciones en caso de no cumplir los requisitos de ambientación, contar con una habitación aislada, sin la presencia de terceros, entre otros elementos que serían ideales. Requisitos que no todos los estudiantes y docentes están en condiciones de poder cumplir porque la mayoría comparte espacios y los mismos dispositivos con sus familias, muchos tampoco cuentan con la posibilidad de tener un espacio propio para estudiar, o no cuenta con la posibilidad de dejar a sus hijes al cuidado de otres.
Y por último se pide a las autoridades de la Institución y de la Dirección de Educación Superior que realice encuestas de carácter amplio para conocer las dificultades de acceso a la virtualidad para estudiantes y docentes, se forme un departamento de TICs y se garantice Becas de conectividad o dispositivos adecuados para asegurar la continuidad educativa de todes les estudiantes.
Mientras se profundiza la crisis sobre las mayorías el gobierno provincial busca resguardarse bajo el discurso de una normalidad exitosa de su gestión y política educativa; pero por abajo surgen las expresiones, los reclamos y la organización estudiantil en reuniones y asambleas que hablan que la realidad educativa, económica y social es, de hecho, muy distinta. Por eso es fundamental, para alcanzar las conquistas, poner en pie un gran movimiento estudiantil, del que participen terciarios y universitarios, que la lucha sea junto a los docentes y trabajadores de la provincia, y que conquiste un gran apoyo y fuerza para enfrentar las políticas de los gobiernos nacional y provincial. Este primer paso es importantísimo, pero es necesario apostar porque sean cientos les estudiantes que se organicen para pelear por las demandas más sentidas; reforzar las asambleas para discutir un plan de lucha común, que se proponga conquistar el derecho a la educación, la salud, el trabajo y la vivienda.