Como miles en trabajadores centroamericanos, Claudia vio en Estados Unidos una oportunidad para brindar a su familia mejores condiciones de vida. Luego de tres semanas de viaje desde San Juan Ostuncalco, Guatemala, un agente de la Patrulla Fronteriza baleó sus sueños en Laredo, Texas.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 29 de mayo de 2018
Foto: Prensa Libre
Familiares de Claudia Patricia Gómez González, migrante asesinada el miércoles pasado por un agente de la Patrulla Fronteriza en Laredo, Texas exigieron justicia para la joven guatemalteca de 20 años.
En conferencia de prensa, familiares narraron que la joven indígena maya mam buscó migrar a Estados Unidos luego de no haber podido acceder a la Universidad ni haber encontrado un empleo.
Como miles en trabajadores centroamericanos, Claudia vio en Estados Unidos una oportunidad para brindar a su familia mejores condiciones de vida.
Según informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, el agente fronterizo responsable es un "veterano" con 15 años de experiencia y se encuentra de baja administrativa.
Este crimen llega en medio de un recrudecimiento en las políticas antiinmigrantes de Donald Trump, avivadas por su discurso profundamente racista y criminalizador. La discusión del Programa de Acción Diferida para los Llegados en Infancia (DACA) mantiene a 17.700 guatemaltecos afiliados al programa a la expectativa.
De los más de 50 millones de latinos que radican en Estados Unidos, Guatemala es el tercer país con más habitantes, sólo por debajo de México y El Salvador. En 2017, más de 32.000 guatemaltecos fueron deportados desde Estados Unidos. En la primera quincena de enero de 2018, sumaron casi 3.000 deportaciones (600 durante los primeros cuatro días según fuentes oficiales). México, por su parte, deportó a más de 1.000 en el mismo periodo, 290 de ellos menores de edad. En 2017 la cifra de guatemaltecos deportados por México ascendía a 56.142.
Mi niña no fue ahí para robar, mi niña se fue para avanzar e ir a la escuela... No es la primera vez que alguien muere en ese país, hay muchas personas que han sido tratadas como animales. Lidia González, madre de Claudia
A la exigencia de justicia para Claudia se han sumado más de 30 organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes de Guatemala, México, El Salvador, Estados Unidos y Chile. Por medio de un comunicado, denunciaron que las muertes de migrantes en la frontera a manos de agentes fronterizos tienen una "larga historia", pues desde 2010 hasta la fecha han sido señalados por el asesinato de al menos 50 personas en la frontera entre Estados Unidos y México.
El asesinato de Claudia, evidencia una vez más el racismo, la xenofobia y el militarismo que promueve el gobierno de los Estados Unidos de América. Organizaciones pro migrantes.
Este domingo 27 de mayo, cerca de 300 guatemaltecos protestaron en el Parque MacArthur, en Los Àngeles, California. Con la participación de al menos 25 oradores de diferentes comunidades indígenas y en sus distintas lenguas mayenses, la protesta se sumó a la exigencia de justicia así como del esclarecimiento del crimen, toda vez que las autoridades fronterizas cambiaron su versión original.
La nueva versión ya no menciona un presunto ataque de los migrantes hacia el agente de la Patrulla Fronteriza, como lo hacía al principio. Esto luego de la difusión de un video en donde vecinos del lugar donde asesinaron a Claudia increpan a los oficiales y sostienen que los jóvenes no iban armados ni recibieron ninguna advertencia antes de ser agredidos. Medios guatemaltecos destacan que la primera versión aseguraba que el oficial sólo accionó su arma en una ocasión, mientras que en la segunda ya hablaban de una "serie de disparos".
Congresistas demócratas estadounidenses buscan aprovecharse con la mirada puesta en las elecciones de noviembre y han condenado el acto. Por su parte, el gobierno guatemalteco ha tenido una tibia reacción, nada comparada con el vuelco de recursos materiales y políticos en torno a la Comisión Nacional Contra la Impunidad y sí más vinculada a la subordinación del gobierno de Jimmy Morales a los dictados de la Casa Blanca, de la que el traslado de la embajada guatemalteca en Israel a Jerusalén es uno de los ejemplos más recientes.
El asesinato de Claudia, que ha generado indignación a nivel internacional, desnuda la realidad de miles de migrantes que año a año buscan llegar al "sueño americano" y que enfrentan numerosos peligros durante su viaje potenciados por el crimen organizado y la impunidad.
Mientras Estados Unidos es responsable de la crisis de violencia y pobreza por la que atraviesa la región, amenaza con reducir la ayuda a los países de donde vienen los migrantes. Así, queda claro que la única manera de obtener justicia para Claudia y los migrantes sin nombre víctimas de la violencia y la precarización, es por medio de la firme alianza, sin fronteras, de trabajadores, nativos y migrantes que luchen por plenos derechos para las y los trabajadores internacionales y sus familias.