El debate está servido. A raíz de las protestas de la derecha y la extrema derecha, sectores de Unidas Podemos lanzan acusaciones a la izquierda revolucionaria diciendo que exigir tests al gobierno es de derecha.

Carlos Muro @muro_87
Martes 19 de mayo de 2020
Todos hemos visto las manifestaciones en el barrio de Salamanca. Los pijos con sus banderitas (franquistas incluidas), sin distancia de seguridad y con la policía tratando a los manifestantes con mucho mimo. Radicalmente distinto con la prohibición de las convocatorias de sindicatos y organizaciones políticas de izquierdas para el 1º de mayo y en días más recientes.
En estas protestas ha ganado fuerza la campaña de Vox pidiendo demagógicamente hacer tests masivos para que los negocios puedan abrir y seguir explotando a los miles de currantes. No es casualidad. En el barrio de Salamanca la renta media es de más de 91 mil euros y la tasa de contagio de Covid es 7 u 8 veces menor que en los barrios populares. A diferencia de los barrios obreros, allí no se sufren ERTEs, en todo caso son los que lo hacen. Los pijos de salamanca piden “libertad” para poder seguir explotando a los que curramos.
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Desde el inicio de la pandemia sectores de la izquierda revolucionaria y miles de trabajadores y trabajadoras exigíamos tests masivos y medidas de protección. Pero ahora que la extrema derecha toma esta demanda demagógicamente, sectores de Unidas Podemos atacan a la izquierda que no nos subordinamos a su gobierno por exigir una medida elemental, a la vez que decimos que la crisis la paguen los ricos (como los de Salamanca). Es vergonzoso.
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La extrema derecha ocupa las calles y exige tests masivos para captar votos, pero no tiene un programa para sostenerlo, porque eso supondría poner en cuestión no solo las sucesivas contrarreformas antisanitarias implementadas por el PP y el PSOE en gasto público, sino todo el andamiaje empresarial de las grandes farmacéuticas y laboratorios privados, que Vox, al igual que el Gobierno y la derecha se niegan a cuestionar.
El testeo masivo no es un invento franquista, es el reclamo de miles de sanitarios que están protestando en sus centros de trabajo (además de exigir mejores medidas de protección) que piden que se les hagan todos los test que hagan falta porque sirve además como investigación para saber datos de carga viral, positivos múltiples, o para testear la mutación. ¿Cómo es posible que se tilde de extrema derecha lo que están exigiendo los sindicatos en las empresas y llevan meses exigiendo las y los trabajadores sanitarios al Gobierno?
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Es indignante es que a la izquierda rupturista y anticapitalista se le acuse de derecha, mientras que es la misma derecha quien se ve beneficiada por todas las medidas neoliberales del gobierno que integra Unidas Podemos: las reformas laborales del PP y del PSOE, las facilidades para el despido, ERTE´s, ERE, bajos salarios… Las mismas medidas que favorecen a los del barrio de Salamanca.
La realidad es que Unidas Podemos acepta a rajatabla el programa neoliberal del PSOE, que no ha tocado ni un euro a las empresas del IBEX 35 para enfrentar la pandemia. Con sólo el 2,9% del patrimonio total de las 10 empresas españolas más ricas podría sufragarse la realización de tests PCR para toda la población. Incluso con el 5,2% del patrimonio total de las 7 familias más ricas del estado podríamos contar con 20 millones de test rápidos para toda la población asalariada a un coste de 260 millones. Unidas Podemos no propuso ni tan siquiera un impuesto a los beneficios del IBEX 35… o a la fortuna del Rey emérito, que se ha ido de "rositas" con una fortuna estimada de 2000 millones. Ahora resulta que pedir test es de derecha y aceptar todo el programa del PSOE y salvar a los ricos y los capitalistas es ser “progre”.
La receta de Unidas Podemos es pasivizar las calles y subordinarse al progresismo neoliberal que representan. La salida es la opuesta: no hay otra manera de luchar contra las derechas que ocupar las calles y enfrentarse a ellas con un programa anticapitalista y de independencia de clase, diciendo al mismo tiempo que también el Gobierno es quien quiere que los y las trabajadoras paguemos la crisis.
Ante la desescalada del Gobierno, regida más por los intereses empresariales para retomar la “normalidad” de sus ganancias que por criterios racionales y científicos que eviten un rebrote, defendiendo al mismo tiempo la vida de la mayoría social, es necesario un programa de emergencia para que esta crisis la paguen los capitalistas: test masivos y medidas de confinamiento selectivo; mascarillas gratis para todos interviniendo a toda aquella empresa que haga negocio con ello; información clara sobre los datos de transmisión comunitaria y terminar con los controles policiales de la población; inversión extraordinaria en la atención primaria y urgencias; intervención inmediata y estatización sin pago de las residencias de mayores; Licencias pagadas para las personas que tienen que cuidar niños; prohibición de despidos; reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial; impuestos a las grandes fortunas y expropiación de la fortuna de la corona; que las burocracias sindicales rompan la “paz social” con el gobierno. Necesitamos un plan de lucha unificado por un programa de emergencia obrera ante la crisis.
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Hoy un plan de emergencia que haga pagar la crisis a las grandes fortunas y empresas (y a los del barrio de Salamanca) para atender la crisis sanitaria y social no es una opción, es una condición que define la vida o la muerte de miles de personas.

Carlos Muro
Nació en la Zaragoza en 1987. Es estudiante de Historia en la UNIZAR. Escribe en Izquierda Diario y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.