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Red Internacional
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Tribuna Abierta. Explotación en las "big four" de las consultorías

“Big Four” es como se denomina a las 4 consultorías de mayor tamaño y prestigio a nivel internacional. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Analizamos los testimonios de sus trabajadores.

Pere Ametller @pereametller

Jueves 23 de enero de 2020

El portal de búsqueda de empleo Indeed permite a los trabajadores valorar anónimamente a las empresas. Esto nos ha permitido mostrar con mayor amplitud lo que ya sabíamos por amigos y conocidos respecto a estas cuatro grandes consultorías: Deloitte, KPMG, Ernst & Young y Price Waterhouse Coopers.

Se trata de cuatro consultorías multinacionales con mucho prestigio en las que se trabaja en diversas áreas como: contabilidad, fiscalidad, legal o tecnológica. Estas empresas aprovechan su prestigio para contratar a recién graduados o trabajadores con poca experiencia que buscan mejorar su currículo, así lo constatan numerosos testimonios.

De entre todos ellos, me atrevo a sacar una conclusión. Entre los pros, al parecer queda bien en el CV. Como contras: Todo lo demás. Ejemplo de ello es lo que me comentaban hace unos días: "Buena empresa si lo que quieres es una carrera profesional a largo plazo. Eso sí, olvídate de tu vida personal".

Por esto me sorprende que, si bien hay numerosas reseñas de las empresas negativas, también hay muchas positivas. Entre los aspectos positivos más remarcados están los que van del "te permite un impulso para la carrera profesional de los trabajadores y el buen ambiente de trabajo", pero yo le pregunto sobre este último aspecto a una amiga que trabaja en una Big Four y me comenta que su experiencia también es la de encontrarse un buen ambiente de trabajo y cree que es generalizado en estas empresas. Me explica que "la mayoría de los trabajadores son jóvenes y pasan mucho tiempo en la empresa: el horario es de 9 a 19 más las horas extras, con dos horas de descanso. A falta de tiempo para la vida personal, acaban socializándose en el trabajo. Muchos trabajadores cuando se marchan, en su mail de despedida, dicen que lo único que ha valido la pena es la gente que ha conocido en el trabajo".

Es decir, se vende y se crea un ambiente de trabajo "agradable" para que el grado de exposición a las duras condiciones laborales se exprese lo menos posible. El ABC de la gestión de recursos humanos de la patronal: mejorar todo aquello que no les cueste dinero.

Esto lo resume bien el comentario de un "manager" al decir que "EY es una gran empresa para trabajar y para crecer tanto personal como profesionalmente. El ambiente de trabajo y las personas que trabajamos en EY creo que hacen la diferencia con otras big 4, nos preocupamos por la gente. Sin embargo, la remuneración recibida no es adecuada a la cantidad de trabajo, sobre todo en el campo de auditoria”. Curiosa manera de preocuparse por la gente, pienso.

Sin duda, la denuncia más generalizada es la de los horarios interminables y las horas extra. Una queja incluida muy a menudo incluso entre quienes, en general, dan una buena valoración a su experiencia.

Aquí van algunos ejemplos: “no tienes vida social”, “poco tiempo libre”, “difícil conciliar con vida personal”, “poco tiempo para mi”, “poca vida personal”, “conciliación vida personal y laboral nula”, “horario”, “demasiadas horas de trabajo”, “nivel muy elevado de horas”, “exceso de horas", “dificultad para equilibrar vida personal y profesional”, ”jornadas largas de trabajo no bien remuneradas”, “jornadas eternas y sueldo menos eterno...” y “no desconectas nunca” se encuentran entre los “contras” más habituales.

Entre lo que se destaca también es que, aparte de quedar bien en el CV, se aprende. Claro, las consultorías cogen a jóvenes y los aprietan y exprimen al máximo. Los jóvenes lo aceptan como una etapa de transición y la empresa asume que la rotación de trabajadores es muy alta. Un ejemplo: “Empresa donde solo el más resistente y con más aguante consigue permanecer más de 2 años.”

Le pregunto a mi amiga por la presencia de sindicatos y me dice que "no hay nada, que yo sepa". Otro trabajador comenta en Indeed que "las vacaciones de verano te obligan a cogerlas en agosto y como no hay sindicato, pues todos agachan la cabeza y a obedecer”.

Así que tenemos en las consultorías top, uno de los sectores de la clase trabajadora con salarios superiores a la media, una explotación que poco tiene que envidiar a otros sectores hiper precarios.

Cuestión que, por supuesto, también se reproduce en trabajos peor pagados. Y es que uno de los mantras capitalistas y que muy bien ejemplifican empresas como las big four, pasa por que la solución a la situación de precariedad laboral se aborde desde la promoción y superación individual dentro del mercado laboral, en lugar de, por supuesto, la lucha y la autoorganización.

Así pasa con los trabajadores más precarios que lo compaginan con estudios que esperan que les sirvan para acceder a mejores puestos de trabajo. Pero también con los trabajadores con un título universitario y que no encuentran precisamente un paraíso laboral.

Como el capital presiona las condiciones laborales a la baja y de manera global, la salida individual tiene las patas cortas. Por ello, impulsar un sindicalismo combativo entre los sectores tradicionalmente no sindicalizados, los que a la vez, y junto a muchos otros sectores, han sido abandonados a su suerte por las burocracias sindicales de las grandes centrales como UGT y CCOO, se convierte en una de las tareas más importantes de la izquierda anticapitalista.

Hoy romper con la idea de que a los trabajadores con titulaciones universitarias no les hace falta luchar por sus derechos laborales es más urgente que nunca. La patronal juega con la división de clase que las direcciones de la burocracia sindical han profundizado, poniendo una brecha entre los que tienen peores condiciones y se tengan que buscar una salida mediante el "progreso individual" y los que tienen mejores condiciones y se ven obligados a sufrir cada vez más el empeoramiento de sus condiciones laborales por el abuso patronal.

Por ello, la izquierda sindical y anticapitalista ante si el desafío de organizar, unir e impulsar la lucha por los derechos de todos los sectores.