Según datos entregados por la Superintendencia de Educación, 1,3 estudiantes al día fueron expulsados de sus establecimientos durante el año pasado, de los 409 estudiantes, 62% fue sancionado por “conducta”, como hablar por celular.
Miércoles 6 de julio de 2016
Los ataques e irregularidades contra los estudiantes no sólo se expresan en las calles, con la represión policial, o a nivel nacional, por medio de la intransigencia del gobierno; también se dan al interior de los establecimientos educacionales, donde muchos de ellos pasan inadvertidos, como, por ejemplo, denunciaron estudiantes del Liceo Hannover en La Izquierda Diario.
Según la Superintendencia de Educación, durante el 2015 fueron expulsados 409 alumnos, de los cuales un 62% recibió la sanción por acumular “faltas disciplinarias” -como hablar por celular-, mientras que un 31% fue por situaciones de violencia. Es decir, 1,3 estudiantes por día fueron eliminados de sus establecimientos educacionales.
En base a los datos entregados por el organismo, un 17% de los expulsados no se volvió a matricular en otro colegio, mientras que un 10% lo hizo, pero repitió de curso, lo que provocó que el 27% de estos perdiera, finalmente, el año escolar.
Con la Ley de Inclusión, la expulsión sería, supuestamente, “una medida excepcional y se da cuando hay situaciones que afectan gravemente a la comunidad escolar”, aseguró Hernán Herrera, presidente de la Asociación Gremial de Colegios Particulares (Conacep). Sin embargo, la represión y autoritarismo que se vive en liceos y colegios son aspectos más que conocidos; sumado a que estudiantes, apoderados, e incluso profesores, no tienen ningún tipo de incidencia en las decisiones, ni facultades democráticas y triestamentales para ser parte de la vida escolar.
La actual reforma educacional que envió el gobierno al Congreso, además de no entregar la educación gratuita universal, deja fuera estos elementos que se relacionan con la vida interna de los establecimientos educacionales, los que permiten que las autoridades cometan atropellos contra los jóvenes, por ejemplo.
Estudiantes, apoderados y profesores deben luchar también por Consejos escolares resolutivos, en liceos y colegios, para que los tres estamentos tengan incidencia y poder de decisión real en todos los asuntos que competan a la comunidad escolar, por ejemplo, en la elección del director o directora, en la utilización del financiamiento del Estado, entre otros temas.