Tenía neumonía y vivía en condiciones de precariedad absoluta. Un drama que se repite en la provincia de Buenos Aires. Frente a la crisis sanitaria, social y económica se necesita con urgencia un plan de viviendas.
Lunes 22 de junio de 2020 09:15
Esta historia comenzó en el año 2000 cuando murió la mamá de Muriel (15) y Nair (13), eran las más chicas de una familia de cinco hermanos, quedaron desamparadas, sin ningún tipo de contención estatal.
Pasaron 17 años y esta situación se vuelve a repetir: Muriel con 32 años falleció por causas tratables, sus cuatro hijos e hijas de entre 12 y 15 años quedaron totalmente desamparados. Mientras, el gobierno les da la espalda y deja a la familia sin ningún tipo de apoyo psicológico, económico y social significante.
Muriel acudió al hospital zonal de Junín, y sin obtener el tratamiento que necesitaba, volvía a su casa, un ranchito construido con ocho chapas, lonas en el techo y piso de tierra. Muriel dormía en la tierra para dejarles los colchones y las dos camas que tenían para que durmieran sus hijos.“La mamá pato y sus patitos”, así la recuerdan en la familia.
Se cansó de pedir ayuda al gobierno municipal, hasta que la última vez le dijeron que cuando pasara la pandemia iban a ayudarla. Sin embargo, ya era demasiado tarde. El Estado otra vez es responsable de un crimen social.
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Luego de esta tragedia, el municipio contribuyó con un saco de arena y granza y dos palets de ladrillos para que un grupo de compañeros y familiares construyeran una pieza de 4x4 para sus hijos. Como si fuera demasiado, tuvieron el atrevimiento de cobrarles $800 por el flete.
La donación no cuenta con cemento, cal, arena, hierro, ventanas, puertas, inodoro, bidet, pisos, ni nada que se necesite para construir un espacio adecuado con lo mínimo para que sea habitable. Los hijos de Muriel son preadolescentes, deberían poder contar con habitaciones separadas, para que puedan gozar de la privacidad que necesitan y un baño con las instalaciones óptimas.
Queda más que clara la necesidad de un plan integral de viviendas, tanto el gobierno provincial, de Axel Kicillof, como el municipal de Petrecca son responsables ante esta situación. Son los vecinos, amigos y familiares quienes se están haciendo cargo, forjando lazos de solidaridad, para palear esta situación, pero es insuficiente para dar respuesta, ya que este no es sólo un caso, sino que se replica por miles en toda la Provincia.
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Frente a la emergencia sanitaria no hay ninguna medida que les de una solución a quienes están en vulnerabilidad extrema. Mientras hay 2 millones de inmuebles vacíos, hay también 3,5 millones de familias que están en emergencia habitacional. Ya empiezan los meses de frío y sigue sin haber una política para contener esta situación.
Antes que garantizar las necesidades del pueblo, los gobiernos nacional y provincial, tienen otras prioridades: prefieren pagar una deuda ilegal y usurera. Sin embargo, como reclama el Frente de Izquierda Unidad desde las bancas de Nicolás del Caño y Claudio Dellecarbonara en provincia, con un impuesto extraordinario a las grandes fortunas, un plan de viviendas podría llevarse a cabo y dejar de ser una utopía.