La norteamericana Turing Pharmaceutical sube el Daraprim (pirimetamina), de 13,5 a 750 dólares por tableta.
Martes 22 de septiembre de 2015
El inversor Martín Shkreli acaba de hacer una jugada que empieza a ser común en el sector. Al frente de la norteamericana Turing Pharmaceutical adquirió en agosto la droga Daraprim (pirimetamina), para multiplicar, en cuestión de horas, exponencialmente su precio: de 13,5 a 750 dólares por tableta, con lo que el costo de los tratamientos se disparó a cientos de miles de dólares.
La situación generó inmediatamente protestas de especialistas en enfermedades infecciosas y pacientes, ya que se trata de una droga utilizada para tratamientos de infecciones parasitarias con riesgo de muerte, como la malaria, y constituye el tratamiento más usual para la toxoplasmosis, de gran incidencia en niños, mujeres y pacientes con HIV.
Pero no se trata de un caso aislado. Ya son repetidos los casos en que fármacos elaborados hace tiempo (el Daraprim, por GlaxoSmithKline hace 62 años), ven acrecentados sus precios a discreción con fines meramente especulativos. Es el caso del Cycloserine, utilizada para el tratamiento de la tuberculosis, cuyo precio pasó de 500 a 10.800 dólares (las 30 pastillas). En otro, la farmacéutica Valeant adquirió dos medicamentos para el corazón, Isuprel y Nitropress, y elevó su precio en 525 y 212 por ciento respectivamente. También el Doxycycline, un antibiótico, pasó en octubre de 2013, de 20 a 1849 dólares el frasco. Y estos son solo algunos ejemplos.
“Creo que algunas personas piensan que el acceso al Daraprim bajará en vez de aumentar. Yo garantizo mejor acceso a menores precios que nunca a los pacientes”, escribió –cínicamente– Shkreli ayer en su cuenta de twitter. Horas antes había dicho que ellos necesitan “sacar un beneficio de la droga”, e intentó defender su negocio señalando que de esta manera podrán invertir en nuevos fármacos con menos efectos secundarios. Pero los especialistas dudan de sus intenciones, y denuncian que solo están guiadas por conseguir mayores ganancias. En efecto, el incremento del Daraprime podría significar un aumento de centenares de millones de dólares al año para Turing, ya que se espera que la demanda se mantenga constante.
Por otro lado, parece difícil que otras compañías puedan copiar la fórmula del genérico y bajar el precio, ya que junto con su incremento la compañía ajustó sus cadenas de distribución, haciendo muy difícil conseguir el producto. Se trata de una nueva estrategia sistemática: comprar barato medicamentos “viejos”, garantizar el monopolio del mercado, y llevar el precio por las nubes. Pionero en esta práctica, Shkreli había fundado previamente el fondo Retrophin, que utilizó el mismo mecanismo con el fármaco Thiola (tiopronion).
Se trata de un ejemplo brutal de la irracionalidad de la gestión capitalista de la salud. Hace diez años, Marcia Angell, ex editora de la prestigiosa The New England Journal of Medicine, causó revuelo al publicar su libro La verdad acerca de la industria farmacéutica. Cómo nos engaña y qué hacer al respecto, en el cual desnuda la maquinaria comercial de la esa industria en los Estados Unidos, cada vez más ligada fondos de inversión, al demostrar con numerosos casos cómo orientan su gestión a la búsqueda indiscriminada de ganancias. El caso de Shkreli, abocado a administrar recursos sociales de la salud pública con los criterios especulativos de un hedge found, ilustra la mercantilización creciente del sector.
Juan Duarte
Psicólogo y docente universitario en la UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Editó y prologó Genes, células y cerebros (Hilary y Steven Rose), La biología en cuestión (Richard Lewontin y Richard Levins), La ecología de Marx (John Bellamy Foster), El significado histórico de la crisis de la psicología y Lecciones de paidología (Lev Vigotski), La naturaleza contra el capital (Kohei Saito) y León Trotsky y el arte de la insurrección (1905-1917), de Harold Nelson (2017), en Ediciones IPS.