Al encontrar el cuerpo de Mariana Joselín Baltierra, de 18 años, los vecinos reclaman que no es la primera vez, pero que es la gota que derramó el vaso.
Joss Espinosa @Joss_font
Lunes 7 de agosto de 2017
La desaparición de Joselín a plena luz del día y mientras iba a la tienda a pocos metros de su casa y el posterior hallazgo de su cuerpo en una carnicería cerca de su casa desataron una enorme indignación entre los vecinos de Las Américas en el municipio de Ecatepec, Estado de México.
Los vecinos realizaron reuniones de organización y protestas, pues argumentan que este caso no es el primero ni es sorpresivo. Pero sí es la gota que derramó el vaso, y por eso decidieron protestar dado que diariamente se saben de casos de violencia en dicho municipio.
A la protesta asistió el alcalde del municipio Indalecio Ríos, del PRI, quien huyó junto con su equipo tras ser abucheado por los vecinos.
Ecatepec ¿la nueva Ciudad Juárez?
En los últimos años, las cifras de feminicidio en el Estado de México han aumentado brutalmente, llegando a rebasar incluso las cifras de Chihuahua, estado que tenía el mayor índice de feminicidio en el país.
Esto se explica por múltiples factores, pero principalmente, que el Estado de México tiene condiciones estructurales que presentan el terreno fértil para que el feminicidio suceda con toda impunidad, a demás de zonas muy pauperizadas, conformadas mayoritariamente por mujeres pobres y trabajadoras, que son las más vulnerables ante la violencia.
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El Estado de México y en especial el municipio de Ecatepec son los peores lugares para ser mujer, porque somos precarizadas laboralmente, excluidas de la educación y expuestas a las formas de violencia más brutales como lo es el feminicidio.
Convirtamos la rabia en organización
Casos como el de Lesvy y el de Joselín han causado una enorme rabia entre las mujeres, los jóvenes y los trabajadores que estamos hartos de que nos sigan arrebatando la vida tantas mujeres y con muestras de violencia mucho más descarnadas.
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Es necesario profundizar y extender el descontento que genera la violencia, llamando a poner en pie un gran movimiento de mujeres en contra del feminicidio, que no tenga ni un gramo de confianza y sea independiente del Estado, sus instituciones y sus partidos patronales.
