¿Qué pasa con los feminicidios y la violencia hacia las mujeres en medio de la crisis sanitaria?

Joss Espinosa @Joss_font
Viernes 20 de marzo de 2020
Previo al 8M, noticias sobre feminicidios y desapariciones inundaban las redes sociales a diario. Esta tendencia se mantenía hasta hace una semana, que los medios y las redes se volcaron a las noticias sobre el covid-19. Sin embargo, los feminicidios continúan y van en ascenso.
En lo que va del año, se estima que se asesinan alrededor de 10 mujeres al día. Casos como el de Ingrid y Fátima conmovieron a miles de mujeres a nivel nacional, dando como resultado la multitudinaria movilización del 8M, con repercusión en más de 70 ciudades, y con su epicentro en la CDMX donde se movilización más de 150mil personas.
Estas cifras se mantienen en plena crisis sanitaria por el covid 19, aunque los casos no son tan sonados, por la relevancia que ha tomado en medios la crisis sanitaria. El fenómeno del feminicidio es algo inocultable.
Recientemente se difundió un caso de feminicidio en Coyoacán, de María del Rosario de 53 años, trabajadora de Medicina en la UNAM, caso ante el cual no ha habido pronunciamiento por parte de la universidad.
También se hizo público el feminicidio de una niña de 3 años, en Tecámac, Estado de México. Faustina Hernández, joven de 22 años en Atlixco, Puebla. Mujer de 38 años, asesinada en su domicilio en Zapopan, Jalisco. María del Carmen, quien fue vista por última vez en Tizayuca Hidalgo, y su cuerpo fue hallado en Tecámac, sus familiares realizaron protestas en su funeral para exigir justicia. Estos solo son algunos casos de los últimos días.
Pareciera interminable la lista de las mujeres que día a día son asesinadas en México. Diariamente se suman más nombres, a las cifras alarmantes que se mantienen a nivel nacional.
Sumado a la violencia y la precarización, y en plena crisis sanitaria por el covid, somos nosotras las que viviremos la peor parte, pues los despidos y recortes golpean nuestras condiciones laborales, a lo que se suman las tareas de cuidado de niños y enfermos.
Debemos reflexionar qué hacer para que las mujeres que viven violencia al interior de sus hogares puedan estar a salvo en medio de la cuarentena impuesta por la contingencia sanitaria. Hacen falta refugios gratuitos y en buenas condiciones para mujeres, niñas y niños que enfrentan violencia doméstica. ¿No se podrían acondicionar y ocupar como refugios las viviendas ociosas cuyos dueños viven de varias rentas? ¿No se podrían habilitar los hoteles que se están vaciando ante el avance de la pandemia?
Es necesario mantener el fuego encendido del 8M, para continuar con la exigencia de justicia para las víctimas de feminicidio, y la implementación de un plan integral contra la violencia, que contemple medidas transversales a la crisis sanitaria actual.
La derecha oportunista ante la situación de las mujeres
Días previos al 8 y 9M vimos cono distintos partidos de la derecha intentaron pintarse de violeta, fingiéndose feministas, ante la crisis de violencia, tomándonos como botín político para su recomposición ante la crisis que tuvieron en las elecciones de 2018.
Este momento no es la excepción, así lo muestra la columna “Desprotegidas en esta emergencia” de Anilú Ingram, Diputada Federal por el PRI, en el que relata lo vulnerables que están las jefas de familia en la crisis actual, pues 3 millones de ellas viven al día.
Aprovecha para hacerse campaña y decir “que se está peleando desde el congreso”, nada más cínico cuando su partido fue el responsable de la implementación de planes neoliberales en el país que hoy tienen a las mujeres en una situación brutal de precariedad y violencia, condiciones estructurales para que el fenómeno del feminicidio se extendiera y profundizara en México.
Peor aún, recuerda el programa Prospera, mismo que fue utilizado para desviar fondos y maquillar las cifras de pobreza. Todo esto es fácil decirlo cuando se tiene un salario de casi 100 mil pesos al mes.
Más allá de esta columna, quedan claras las intenciones de estos partidos y figuras, pues mientras se montaron oportunistamente en la movilización del 8M y el paro del 9M, hoy no hace nada para prevenir que las mujeres seamos doblemente afectadas en esta crisis sanitaria.
Si así fuera, todo alto funcionario debería cobrar como una maestra, y el resto de su salario debería estar destinado para el sector salud, para garantizar condiciones laborales dignas, aplicación de tests masivos e insumos en los hospitales.
Ante la crisis actual, las mujeres podemos ser la punta de lanza que marque la diferencia, y pelear por un plan de emergencia ante la crisis por el covid, para que esta vez no paguemos con nuestra vida los costos de la pandemia. Nuestro potencial se mostró en la calles el 8M, podemos ir por más.