El dólar paralelo y los financieros subieron en la semana. Las dudas sobre el rumbo económico, la deuda en pesos y la elevada inflación provocaron nuevas presiones cambiarias. El Gobierno analiza un nuevo dólar soja (otra concesión a las patronales agrarias) para pasar el verano. Más turbulencias en la economía a días del comienzo del mundial.

Mónica Arancibia @monidi12
Viernes 18 de noviembre de 2022 22:54

El dólar blue y las cotizaciones financieras como el contado con liqui (CCL) y el Mep se despertaron esta semana. Si bien el paralelo bajó este viernes a $306 para la venta, aumentó un 4% en los últimos siete días, y el Mep finalizó esta jornada en $314,9, un incremento de 5% en una semana. El blue volvió a superar los $300, que alcanzó con la renuncia de Guzmán.
El billete verde sube y surge la pregunta si se termina la relativa calma de estos 100 días que logró Sergio Massa en el quinto piso del Ministerio de Economía. A pocos días del mundial las turbulencias en la economía, el flagelo de la inflación que destroza los salarios, y la escasez de dólares seguirán afectando al país.
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¿Por qué aumentan las cotizaciones paralelas?
Entre los motivos de la suba del dólar se puede mencionar las bajas reservas del Banco Central, la alta inflación que empuja a una mayor dolarización, las dudas sobre el rumbo de la economía (incertidumbre si se cumple el acuerdo con el FMI, abultada deuda en pesos). En tanto, por la inflación en EE. UU. se prevé que la Reserva Federal aumentará aún más las tasas de interés, lo que provoca que el dólar se fortalezca frente a las principales divisas.
La inflación de octubre subió a 6,3%, según publicó esta semana el Indec, de confirmarse este incremento en los siguientes dos meses, la inflación del año se acercará a los tres dígitos (99,6%). La decisión del Gobierno de subir las tarifas de los servicios públicos, el dólar oficial y los combustibles presionan sobre los precios, por lo que es difícil que la inflación se desacelere en los próximos meses. Este factor incide en que aumenten las presiones a dolarizarse porque no es rentable para los especuladores seguir en pesos. Por ejemplo, el fondo Franklin Templeton, quien ingresó para hacer grandes negocios con la “bicicleta financiera” durante el macrismo, vendió todas sus posiciones en bonos soberanos argentinos y se retiró del mercado local.
El dólar soja, un regalo para las patronales agrarias, permitió cierto respiro para el Gobierno ya que mejoraron las reservas del Banco Central por la liquidación de divisas por los granos retenidos, pero con el fin de la medida se redujo ese ingreso de billetes verdes, que volvieron a salir de las arcas de la autoridad monetaria. Según especialistas, se calcula que en lo que va del mes se perdieron alrededor de U$S 1000 millones.
Esta semana ministro de Economía, Sergio Massa, anunció que se acordó con China la liberación de parte del swap que permite a la Argentina tener dólares disponibles para intervenir en el mercado cambiario, así se duplicarían las reservas de libre disponibilidad que pasarían a ser de “U$S 10.000 millones”, según el titular del Palacio de Hacienda. Sin embargo, esta suma no alcanzará si la sangría de divisas no se detiene. En el acumulado de los primeros nueve meses del año las importaciones aumentaron un 40,4% en relación al mismo período de 2021, el superávit comercial en lo que va del año es casi cinco veces menor que en 2021, según datos del Indec. El Gobierno endureció las compras al exterior con la introducción de SIRA (nuevo sistema de importaciones), pero las empresas realizan maniobras para evadir los controles. El titular de la Dirección General de Aduanas (DGA), Guillermo Michel, reconoció que las firmas sobrefacturan para hacerse de dólares baratos. Por este motivo, es importante la nacionalización del comercio exterior gestionado por los trabajadores. La necesidad de importaciones es por la estructura económica atrasada del país, además, la escasez de divisas se profundizó por la fuga de capitales, los pagos de la deuda y los envíos de ganancias a sus casas centrales que realizan las empresas extranjeras.
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Para apuntalar las reservas el Gobierno también analiza una nueva edición del dólar soja para que el agropower venda sus granos a un tipo de cambio preferencial ya que se espera un menor ingreso de dólares por las exportaciones de trigo (en pocas semanas empieza la campaña 2022/23) producto de la sequía. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, se calcula que las exportaciones de trigo serán 6,5 Mt cuando en la campaña 2020/21 fueron 10,7 Mt, y el promedio de los últimos cinco años fueron 11,7Mt. Un dólar más alto para las patronales agrarias implicará una nueva transferencia de ingresos a uno de los sectores ganadores, que especularon y retuvieron su cosecha. Otra vez las patronales ponen “de rodillas” al gobierno del Frente de Todos.
Otro punto que miran de cerca los “mercados” es la abultada deuda en pesos. La duda es si el Tesoro podrá refinanciar los vencimientos de deuda en pesos. Esta semana la calificadora Moody´s advirtió sobre “el riesgo sistémico” que dicha hipoteca genera y, en el mismo sentido, S&P Global degradó la calificación crediticia de la deuda en pesos. Este viernes hubo una nueva licitación y el Tesoro Nacional pudo captar un financiamiento neto positivo de casi $33.500 millones en noviembre, con una "alta participación del sector privado", aclaró el Ministerio de Economía.
Massa ya frenó una corrida contra la deuda en pesos en agosto con un canje donde ofreció bonos dual que permiten a los especuladores financieros cubrirse frente a la inflación y al aumento del dólar oficial. Vale aclarar que es un beneficio que no tienen los jubilados, ni los trabajadores. Estos canjes suben el costo para el Estado de los intereses de la deuda. El riesgo que observan los especuladores y el capital financiero es que los vencimientos de los nuevos bonos se acumularon para septiembre de 2023, es decir en medio de las elecciones presidenciales. Si el actual Gobierno no paga esta hipoteca estallará en las manos del próximo presidente. Lo que huelen los especuladores es una nueva reestructuración de deuda.
El fantasma de la devaluación
Massa logró evitar por el momento un salto brusco del tipo de cambio, pero florecieron varias cotizaciones, una especie de devaluación para cada sector (dólar soja, dólar malbec, dólar tecno, otros). El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, en el 14° simposio de mercado de capitales y finanzas corporativas de IAEF, afirmó que “no es posible salir del cepo ahora, si hacés una devaluación y sale mal es un Rodrigazo”. Las declaraciones del viceministro agitan el fantasma de la catástrofe económica, pero se trató de un plan de ajuste de un gobierno peronista. Lo que no dice Rubinstein fue que el Rodrigazo mostró la fuerza que tiene la clase trabajadora para torcerle el brazo al ajuste, si logra superar la contención de la burocracia. No fue muy feliz su declaración, quizás fue el motivo de los rumores de su renuncia, que él mismo salió a desmentir.
Massa busca ganar tiempo para evitar un salto del tipo de cambio brusco, pero la situación delicada de la economía con alta inflación y pocos dólares no ahuyentaron el fantasma de la devaluación. La presión de los especuladores y de las patronales por un mayor ajuste para cumplir con el acuerdo con el FMI, más allá de las causas inmediatas y estructurales en el medio de la especulación con el dólar, los que siempre terminan perdiendo son la clase trabajadora y los sectores populares, con salarios devaluados y más inflación.
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Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.