En plena crisis social y sanitaria por la pandemia del coronavirus, esta empresa decide no cerrar sus puertas. Cuenta con 400 trabajadores. La mayoría corre riesgo por tener que seguir yendo a trabajar y a otro sector les quitan días de vacaciones. Insisten con que su servicio es considerado “esencial” y debe seguir funcionando.
Martes 31 de marzo de 2020 21:47
“Poniendo en riesgo a gran parte de sus trabajadores, la empresa ADEA administradora de archivos ubicada en Florencio Varela, insta a sus empleados con un permiso “trucho” distribuido a través de WhatsApp por medio de sus supervisores, a concurrir a la planta ubicada en el km 31,5 de ruta 36 para cumplir tareas no esenciales”. Sostiene el cuerpo de delegados de la planta.
“El comunicado emitido por la firma, cita dos Decretos de Necesidad y Urgencia que nada tienen que ver con las actividades que se realizan allí dentro. No es esencial para la comunidad continuar con la clasificación de documentos de automotrices o la digitalización de préstamos de bancas privadas para almacenamiento”.
A través de un simple mensaje es cómo estos trabajadores se enteran de que van a tener que seguir asistiendo a sus puestos de trabajo, a pesar de lo decretado por el gobierno nacional sobre la cuarentena obligatoria. El cuerpo de delegados lo dice claramente: las tareas realizadas en la planta no son consideradas como esenciales. Se trata de un centro administrativo que brinda servicios documentales a organizaciones empresariales, a entidades públicas y privadas.
La empresa, en un “intento” de reducir el personal que asiste a la planta, obligó a un sector de los trabajadores a adelantar sus días de vacaciones y utilizarlos para cumplir con la cuarentena trabajando desde sus casas. Estos días de vacaciones son un derecho que por ley se les concede a trabajadores formales. Sin embargo, la empresa obliga a que se tomen estos días para no pagar los haberes y las licencias que le corresponde pagar por la situación de la pandemia.
El comunicado del cuerpo de delegados expresa que “en ADEA, más precisamente en el sector IMÁGENES, decidieron "mandar de vacaciones" a aquellos que aún tenían días pendientes para gozar como verdaderas vacaciones. Una forma de encubrir las licencias que el gobierno nacional otorga sin pérdida de remuneraciones sacando provecho de eso.” Una vez más, el goce y el disfrute de los trabajadores son hechos a un lado por la patronal.
A su vez, la empresa Factor Clave, tercerizada por ADEA, informa a sus trabajadores parte del personal eventual que quedan suspendidos desde el 27/03 hasta el 12/04 sin goce de haberes. Sin más explicación, esto también quedó notificado a través de un simple mensaje vía WhatsApp. ¿Qué van a hacer estas decenas de trabajadores sin ningún tipo de ingreso para las próximas semanas? De seguro que a la empresa no le preocupa mucho su situación.
El comunicado del cuerpo de delegados de la planta ADEA agrega sobre las actitudes de la empresa: “violan las Normas ISO 27001 de seguridad informática, asignando tareas bajo la modalidad “home office” sin proporcionar los elementos de trabajo necesarios ni velar para que se cumplan dichas normas, dejando de lado los estrictos controles con los que argumentan el constante abuso a sus trabajadores durante el resto del año”.
La patronal muestra su irresponsabilidad hacia los trabajadores que tienen que seguir asistiendo a la planta. A la vez que deja ver su desinterés por sus condiciones de salud, sin proveer los elementos de bioseguridad necesarios y quitando deliberadamente a un importante sector de trabajadores sus días de vacaciones. Pone en riesgo la vida de cientos de trabajadores que asisten a sus puestos de trabajo y también la de sus familias, aumentando el riesgo de contagio para ellos también. Ni hablar de los tercerizados que fueron suspendidos sin goce de sueldo. Cómo van a conseguir llevar comida a su casa es un misterio.
Ellos quedan por fuera de percibir el bono por única vez de $10.000 pesos que otorga el gobierno a sectores monotributistas e informales. Aun así, este ingreso es insuficiente. El gobierno debería otorgar a todo trabajador que se quede sin su fuente de trabajo un salario de cuarentena todos los meses de $30.000 como mínimo. Los trabajadores en esta situación, tanto en ADEA como los millones en el resto del país, esperan una respuesta que les permita llegar a fin de mes en condiciones dignas.
Son muchas las empresas que siguen exponiendo a sus trabajadorxs de esta forma. Tal es el caso de Felfort, que también brinda actualmente, a pesar de lo decretado por el gobierno nacional, un servicio no esencial. Allí, el sindicato no se hizo presente, dejando a los trabajadores a su suerte. Tampoco se realizan controles de temperatura al ingresar, ni se cuenta con alcohol en gel en todos los baños hasta incluso faltan toallas de papel descartables para secarse las manos. Esta situación es preocupantemente común en la mayoría de los lugares de trabajo.
Queda claro que la sed de ganancia de la empresa ADEA es claramente a costa de estos 400 trabajadores, a costa de su seguridad y su salud. Aprovechándose de la necesidad de cada uno de sus empleados, juegan con el miedo a perder su fuente de trabajo y violan todo tipo de derechos. Es hora de que el gobierno de Alberto Fernández haga realidad su discurso de “más mano dura” a la clase empresarial que siempre se enriqueció.