Había que exponer, además del comportamiento semanal de los precios, el siguiente paso en la práctica de la 4T ─la pensión Bienestar─ para favorecer un poco la economía de la gente de escasos recursos, aunque no a todos los necesitados y sin afectar a los empresarios.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Lunes 1ro de julio
La mañanera de este lunes 1 de julio fue la del recuerdo de la victoria de hace seis años en las elecciones que dieron paso a la "cuarta transformación".
Luego de la presentación de todos los lunes acerca de los evolución de los precios de combustibles y de los artículos de consumo ─que se comportan sin grandes sobresaltos─ se realizó una presentación detallada de lo que será la recuperación de las condiciones que prevalecían bajo el régimen de pensiones solidario, el de 1997.
La secretaria Alcalde, de Gobernación, explicó cómo a través del Fondo de Pensiones para el Bienestar, se resarcirá el golpe que la reforma que implementó las Afores asestó a los trabajadores reduciendo a una tercera parte el monto recibido por su pensión. Explicó que desde 2020 se le puso un tope a las comisiones de las Afores, reduciéndolas de 1.01 a 0.56%. Esto redujo en 40 mil millones de pesos sus ganancias, pero aún siguen succionando de la compensación social por cada vida de trabajo humano, alrededor de 60 mil millones, es decir, el infame negocio sigue boyante.
Para mostrar la ventaja de la nueva reforma a las pensiones trajeron a Palacio Nacional a varios trabajadores a tomarse la foto con AMLO y recibir una constancia del complemento a la pensión que recibirán a partir de ahora. Lo que no se dice, que cerca de la mitad de trabajadores no recibirán beneficio alguno, pues no alcanzan a ganar un salario mínimo con el cual no se puede sobrevivir a la carestía impuesta por el gran capital.
Después vino el discurso del festejo, pues hace seis años las votaciones presidenciales abrieron paso a la larga marcha de López Obrador al gobierno de este país.
Para festejarlo se pasó un video de un fragmente del cierre de campaña, en el cual se registra tanto el reconocimiento a aquellos que se separaron del PRI, los Cárdenas, Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez, los intelectuales detrás de ellos, Monsi, Poniatowska, Scherer, Arnaldo Córdova, et al y, por otro lado, a los luchadores obreros, maestros y guerrilleros de los cuales se decían herederos.
El remate, como debía de ser, con unas tablas comparativas del acelerado ascenso del Morena en los planos legislativos y de los gobiernos estatales controlados por el movimiento, en el marco del declive de sus hoy opositores.
Finalmente, llegó el recuento de los logros que, según AMLO, lograron reducir la "monstruosa" desigualdad social y por ello el pueblo "de manera acertada" decidió que el modelo transformador continúe. La gente está "empoderada", dijo, en la democracia "el pueblo manda", a prueba de las campañas de desinformación y manipulación. Y ciertamente, si de algo ha podido presumir AMLO en estos seis años, es el consenso social, bajo la esperanza de que el dirigente carismático, convierta su discurso, sus promesas, en realidad.
Pero como reconoció también, "aún falta mucho", quizás por eso no habló de Ayotzinapa y el ejército, el tema crucial de la 4T, ni de los inmigrantes devueltos desde la frontera haciéndose parte del rechazo estadunidense a los parias del declive del sistema capitalista.