Familiares y amigos de Carlos Bocacha Orellano lo recordaron ayer por la tarde en calle Génova, en las esquinas de Travesía, Garzón y Cabal a 11 meses de su asesinato en el boliche Ming River House.
Lautaro Pastorini @lautarillodetormes
Lunes 25 de enero de 2021 12:56
La cara de Bocacha se multiplica en las calles de la zona norte de Rosario. La familia de Carlos Orellano no se rinde en el reclamo de justicia por su hijo luego de 11 meses en que ocurrió su asesinato en la zona de La Fluvial, en la costa. Junto con amigos y la participación de la asamblea de muralistas, llenaron de color azul y amarillo las esquinas de Génova ayer por la tarde, pese al calor agobiante, con los colores de Rosario Central, club del que era hincha.
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Bocacha presente: Justicia por Carlos Orellano. pic.twitter.com/N9rePm801V
— Octavio Crivaro 💚✊🏻 (@OctavioCrivaro) January 24, 2021
El próximo 24 de febrero se cumple un año, mientras se espera que avance la causa. A principios de enero, en una conferencia de prensa entre el abogado de la familia Orellano, Salvador Vera; la diputada provincial por el PJ, Matilde Bruera, y el diputado Carlos Del Frade, presentaron que los estudios complementarios realizados al cuerpo de Bocacha revelaron que se trató de un homicidio doloso.
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“Los resultados de los estudios complementarios a la autopsia arrojaron resultados muy importantes para avalar la hipótesis de homicidio doloso. Esto significa que fueron producidas en vida y que coinciden con el informe que nos había presentado la perito de parte” declaró a la prensa Matilde Bruera, en referencia a Virginia Creimer. Además no se hallaron restos de alcohol ni otras sustancias en el cuerpo.
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Bocacha fue golpeado y asfixiado hasta la muerte. Luego fue arrojado al río. “Tienen que ver con una asfixia antebraquial, que es una toma marcial que suelen usar las fuerzas de seguridad” explicó la diputada.
Hasta la fecha, el fiscal Saldutti imputó a cuatro policías, en la Unidad de Homicidios Dolosos, mientras que el fiscal Gonzalo Fernandes Bussy, de la Unidad de Violencia Institucional, imputó al ex jefe de la Comisaria 2° y a una sumariante, por omitir el pedido del fiscal Saldutti cuando le exigieron secuestrar las cámaras de seguridad del boliche y de la zona, cuando Carlos estaba desaparecido.
