Por divisiones del bloque del PRO la votación para endeudar a Rosario por 200 millones de dólares pasa a febrero. El apoyo del Partido de la Ciudad Futura: un barniz progresista para una política neoliberal.
Viernes 23 de diciembre de 2016 17:12
La política local en Rosario la última semana estuvo atravesada por el debate en torno al endeudamiento que quería llevar adelante el gobierno municipal y que debía ser aprobado por una mayoría especial de 19 concejales. Finalmente en la sesión de ayer no hubo consenso y el proyecto pasaría para las sesiones de febrero del 2017.
El proyecto consistía en endeudar a la ciudad por una suma de 200 millones de dólares, una cantidad equivalente al 25% del presupuesto previsto para el 2017. De esos 200 millones, 54 estaban destinado al refinanciamiento de deuda y al pago de vencimiento. La zanahoria del ejecutivo municipal era que gran parte de esos empréstitos iban a estar destinados a obra pública.
El Frente de Izquierda ya había manifestado su oposición a la medida. En este sentido Octavio Crivaro, dirigente del PTS, había expresado: “Plata para la obra pública hay, no hace falta que la ciudad se endeude con millones”. La izquierda sostuvo que en este debate “hay que tocar los intereses de los grandes empresarios de la ciudad estableciendo el pago de ingresos brutos, como también medidas impositivas a las grandes fortunas de la ciudad que hoy cuentan con el privilegio de pagar sumas irrisorias en concepto de impuestos y tributos”.
La sorpresa llegó de los bloques del PRO y de Ciudad Futura. Los primeros, quienes cuentan con 5 concejales fueron los que trabaron la negociación. Esa decisión tomó por sorpresa al socialismo: a fin de cuentas el PRO, acompañado en diputados con el voto de Binner y Ciciliani, emprendió uno de los mayores endeudamientos de los países emergentes en los últimos años. Un lavada de cara de neoliberales hechos y derechos, que como muchos de ellos basaron su fortuna en la estatización de la deuda privada en la última dictadura militar.
Endeudando a la Ciudad Futura
El bloque del Partido de la Ciudad Futura quedó en la vereda de los endeudadores. Las deudas externas han sido uno de los mecanismos históricos de extorsión del capital financiero internacional. Sus consecuencias siempre han recaído sobre el pueblo trabajador: recortes salariales, recortes de gasto social a través de todo tipo de mecanismo fraudulentos como los intereses y la refinanciación que terminan representando una carga enorme para el presente y las generaciones futuras.
Sin embargo los ediles de Monteverde decidieron apoyar esta medida sin diferenciarse en absoluto del juego de “toma y daca”, de la política de partidos tradicionales como el PRO, el PJ, la UCR o el socialismo.
Ciudad Futura dio una sorpresa en las elecciones del 2015 con una campaña centrada en la crítica a la “casta” política, pero en esta votación queda entrampado en las mismas lógicas y negociaciones del gobierno socialista, apoyando una medida inédita para una organización que se dice de izquierda, como lo es el endeudamiento. Sin embargo no es sorpresivo, desde este medio, ya polemizamos con algunas de estas concesiones: por ejemplo votar como autoridad del Concejo Municipal a un hombre del Frente Renovador, o apoyar la Declaración de la Emergencia en Seguridad, que legitimó una política represiva que venía orquestada desde el gobierno nacional y provincial.
“Cuando de un gran acuerdo participa Ciudad Futura eso quiere decir que se están discutiendo políticas de Estado”, fueron las palabras de Juan Monteverde para justificar semejante posición. También sostuvo que lo importante no era si “la deuda era buena o mala, sino para que se usaba”. Las deudas han sido históricamente política de Estado, como también fue política de Estado que los costos recaigan en los mismos de siempre: los trabajadores, los jubilados, los sectores populares. El apoyo de Ciudad Futura no cambia en absoluto la esencia de estas políticas, al contrario opera como un barniz “progresista” a una política neoliberal que hipoteca el futuro de las generaciones futuras de miles de rosarinos.
A cambio de atender intereses sectoriales ligados a espacios autogestivos de su organización Ciudad Futura prefiere endeudar a la ciudad con 200 millones de dólares. Según el portal La Política Online, el acuerdo a favor del endeudamiento con el socialismo incluía la cesión de las tierras del Tambo La Resistencia a su organización o la creación de la figura de “Clubes Sociales y Culturales” con lo cual se beneficiaría a “Distrito 7”, emprendimientos que gestiona Ciudad Futura. También trascendió la habilitación de un galpón donde funciona la “Misión Antiinflacionaria” dirigida por el partido de Monteverde, la pavimentación de calle Bouchard por donde se ingresa al tambo y la habilitación de los títulos de su escuela E.T.I.C.A.
Ciudad Futura prefiere enredarse en las prácticas de la política tradicional en lugar de atacar a los grandes intereses que dominan la economía en Rosario como la Bolsa de Comercio, las grandes cerealeras y agroexportadoras o las multinacionales. A cambio de algunas concesiones se echa lastre de una importante tradición política de la izquierda y las organizaciones populares de Argentina contra los efectos nefastos de la contracción y el pago de la deuda externa.
Esta decisión por otro lado también fue criticada por el PTS en el Frente de Izquierda que sostuvo: “Se puede ser una izquierda no testimonial y sin por ello dejar los principios de lado y entrar en el frenesí de la rosca de los de arriba. Seguimos peleando por ello, con más fuerza que nunca, a 15 años del que se vayan todos”.
Rodrigo López
Nació en Rosario en 1989. Es licenciado en Historia de la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario.