Faltando ocho meses para las elecciones municipales, los partidos del oficialismo entran en la recta final para la definición de candidaturas de las 345 comunas que hay en el país. Una negociación cruzada por el peso que cada partido espera jugar en el marco de la recomposición de los partidos tradicionales y el giro a la derecha del Frente Amplio y el PC.
Lunes 4 de marzo de 2024
El 2024 será un año electoral para el gobierno. Un año marcado por el “segundo tiempo” luego de dos años de abandono programático. Este giro no fue sólo “verbal”, implicó el impulso de políticas que antes de ser gobierno hubiesen rechazado y que ahora lo han vuelto la norma: pacto tributario, reforma previsional, militarización de la Araucanía, fortalecimiento de las policías, política migratoria, etc.
Todo este giro a la derecha ha permitido la recomposición de los partidos tradicionales de la exConcertación y de la misma derecha, sobre todo con la inesperada muerte de Piñera que le ha dado un gran respiro al sector. Los dichos de Boric sobre “Piñera el demócrata desde primera hora” no hacen más que envalentonar a Republicanos y la UDI, que redoblan la apuesta y esperan terminar de apuntalar las victorias “ideológicas” contra el Frente Amplio y el Partido Comunista que han cedido sin siquiera pelear.
Ahora, estas contradicciones se ponen sobre la mesa. Desde el PS hasta la DC esperan pasar la cuenta y recuperar parte del peso perdido en la última elección. No por nada la negociación se ha vuelto compleja, especialmente para el PC y el FA que ven como sectores de socialismo democrático esperan disputar comunas emblemáticas como Santiago y Ñuñoa (que se encuentran en control de la coalición) a las que se suman las que actualmente son dirigidas por la derecha (La Florida, Puente Alto, Paine, La Reina, Antofagasta y Buin.
Los mecanismos para resolver las controversias aún no terminan de aclararse y la opción de primarias o encuestas, siguen siendo cartas sobre la mesa.
Hasta ahora ni Socialismo Democrático ni el Frente Amplio o el mismo PC ponen esta disputa a nivel del programa, es nuevamente una negociación por cupos de poder, para administrar este Estado neoliberal heredado de la dictadura y al servicio de los empresarios.
De hecho, más allá de la toda la retórica con la que Boric instaló su gobierno, y las propias administraciones municipales, en lo fundamental no han modificado las condiciones de vida de las comunas que administran así como tampoco han tomado ninguna medida profunda para terminar con la estructura burocrática heredada de administraciones pasadas.
En general mantuvieron los regímenes de subcontratación en las plantas municipales, a fines del año pasado incluyeron despidos masivos a profesores municipales, siguen saliendo a la luz casos de falta a la probidad o directamente de corrupción, etc.
Mientras estos partidos sigan subordinados al pacto de la transición y la herencia de la dictadura, nada bueno puede venir de sus candidatos y candidatas. La clase trabajadora y los sectores populares no pueden confiar en que serán estos partidos los que resolverán sus demandas históricas como las pensiones de hambre, los trabajos precarios, la educación y salud gratuita y de calidad, entre otras.
El próximo periodo será necesario organizar una alternativa de izquierda y los trabajadores, que sea totalmente independiente del gobierno y sus partidos, que se disponga a enfrentar a la derecha y los empresarios desde las escuelas, universidades y lugares de trabajo. En esa tarea es que nos disponemos desde La Izquierda Diario y el PTR.
