A 40 años del golpe se muestra parte de la tradición de la lucha por la libertad sexual en Argentina y de la organización del activismo en el Frente de Liberación Homosexual (FLH).

Tomás Máscolo @PibeTiger
Jueves 24 de marzo de 2016
Haciendo un racconto de la historia del FLH fundado en el año 1971, observamos que ese amplio frente que constituyeron numerosos activistas, atravesó varias etapas. El contexto histórico de la época era revulsivo: entre los años 1969 y 1976 en Argentina tuvo lugar un período revolucionario, en el que se cuestionó el dominio capitalista en el país, con episodios como el Rosariazo o el Cordobazo. La clase obrera se organizaba, la unidad obrera-estudiantil estaba a la orden del día.
En el año 1973, se alerta sobre la Campaña de Moralidad lanzada por el gobierno de Perón a través de la Policía Federal. Con ella se daba vía libre a la policía para reprimir y oprimir cualquier manifestación sexual que no sea una conducta “como Dios manda”. No sólo se detenía aleatoriamente a las travestis, sino que “los agentes cortaban los cabellos largos, recortaban las botamangas de los pantalones y quitaban todo vello facial a los infractores”.
Ya en 1975 la revista Caudillo de la Triple A publicó: “Acabemos con los homosexuales”, desde la cual López Rega llamaba al exterminio de los homosexuales, “esos pervertidos” a quienes asociaba con un delirante complot del marxismo internacional. El principal responsable del "cuidado de la moral pública" fué el comisario Luis Margaride. Esto motivó que el FLH pasara a la clandestinidad.
El resto es oscura historia que ya conocemos. El artículo publicado en la revista Caudillo era altamente persecutorio, con ideas extraídas del arsenal de la España franquista, donde desde 1954 existía la Ley de Vagos y Maleantes. La misma autorizaba a la policía y a los servicios médicos militares a examinar las raíces psicofísicas de la homosexualidad o el marxismo, para descubrir lo que en la jerga se llamaba como el “gen rojo”.
La liberación sexual exige una organización para el placer
Es así como en varios artículos de las revista Somos, publicada por los activistas de la liberación sexual, se denuncian los casos de avasallamiento y encarcelamientos que se daban en todo el país. Frente a esto, el FLH llama a organizarse.
No sólo denuncian a la policía, también cuestionan las instituciones que avalan estos procedimientos como la Iglesia o la corporación psiquiátrica. Llamaban a organizar “el placer”, ya que para ellos la libertad sexual se iba a conquistar derrocando al patriarcado imperante. En una carta decían: “Qué es lo que hace que la gente del ’ambiente’ se una, que el ambiente exista? El deseo de concretar una forma de amor, de relación sexual que la sociedad de los ’normales’ (cabría decir: autodenominados normales) prohíbe, reprime, desprecia, agrede…”.
No sólo repudiaban el “sentido común” sino que lo ponían sobre el tapete denunciando a los medios de comunicación que mostraban las detenciones y atropellos del brazo armado de la época como meros hechos policiales. Es por esto que en la revista denunciaban caso por caso dejando a plena vista el ensañamiento con el que se torturaba o detenía a las personas cuando “descubrían” su orientación o identidad sexual.
Las banderas de ayer, hoy son nuestra lucha
El FLH fue vanguardia en lo que respecta a la política de sexualidad y género contra la moral dominante en los ’70, que perseguía y estigmatizaba a los militantes y las personas que iban en contra de la “moral y las buenas costumbres”.
Hoy, en otro contexto y con algunas demandas mínimas obtenidas gracias a la lucha -como la Ley de Identidad y la Ley de Matrimonio-, esa misma moral sigue teniendo al Estado y a la Iglesia como sus fieles representantes. Recordemos a Bergoglio comparar a la gente trans con “armas nucleares” o a Prat Gay llamar “grasa militante” a los despedidos del Estado que Cambiemos lleva a cuestas.
Hoy se puede decir que se ha ganado en el terreno de la “visibilidad”. Las identidades trans, travestis y transexuales han tenido protagónicos en novelas, muchas empresas han incorporado en su staff a personas de la diversidad sexual porque tienen una política “gayfriendly”. Incluso en el mismo Gobierno oficialista se tiene como referente de la juventud al “activista LGTBI” Piter Robledo. Pero lo cierto es que “los gobiernos pasan, pero la policía queda”.
Nuestra lucha por la libertad sexual y contra el patriarcado debe ir de la mano del movimiento obrero, de las mujeres, de los inmigrantes y demás sectores oprimidos. Como lo hizo gran parte del activismo de la diversidad sexual manifestándose en el paro del 24F, repeliendo los asesinatos de las travestis y reclamando una verdadera inserción laboral, marchando contra los despidos y contra el ajuste que impuso Mauricio Macri en 100 días de gestión. Pero sólo una lucha radical contra el sistema capitalista que se basa en la explotación y opresión de millones de seres humanos puede sentar las bases para el desarrollo de una total liberación sexual.
Para repudiar los crímenes y ataques homofóbicos como el que se perpetró contra el joven de Miramar, para que se implemente el cupo laboral trans, para exigir justicia por Diana Sacayan y por #NiUnxMenos, te invitamos a marchar el 24 de Marzo junto con la Juventud del PTS y las compañeras de Pan y Rosas.

Tomás Máscolo
Militante del PTS y activista de la diversidad sexual. Editor de la sección Géneros y Sexualidades de La Izquierda Diario.