Las cúpulas sindicales quieren que sea un paro dominguero. La izquierda y el sindicalismo combativo propone hacer asambleas y piquetes para garantizar un paro activo y romper el techo salarial.

Claudio Dellecarbonara Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)
Martes 2 de junio de 2015
En el subte continúa la discusión salarial, estamos por conseguir un 32% de aumento, pero hay muchos otros temas que son tan importantes para nosotros como el aumento. Las condiciones de trabajo, por ejemplo. No hemos tenido respuesta sobre ese punto, ni tampoco sobre el reclamo de que la empresa se haga cargo del impuesto al salario de aquellos trabajadores que lo pagan.
Asambleas y piquetes para garantizar un paro general activo
Como venimos advirtiendo desde la izquierda, los convocantes al paro nacional del 9 de junio quieren que sea un paro dominguero. No quieren que se exprese toda la fuerza de la clase obrera, que es la única que puede doblegar los topes salariales del gobierno, el impuesto al salario y todos los reclamos que tiene la clase trabajadora, como la precarización y el trabajo en negro.
Desde el PTS, con el Frente de Izquierda y el sindicalismo combativo, queremos que este paro se transforme en un paro activo. Hacer asambleas para debatir los reclamos y cómo intervenir, para que se exprese toda la fuerza de los trabajadores.
No solo garantizando el paro, sino también poniendo esa fuerza en las calles, y apoyando los piquetes. Los piquetes, un método histórico de nuestra clase, servirán para garantizar el paro. Y para que miles de trabajadores que no tienen representación gremial, que quieren sumarse a la medida pero si faltan son despedidos, puedan adherir. Es lo que viene sucediendo en los anteriores paros. Por eso las patronales, el gobierno y la burocracia los atacan.
Nosotros seguimos exigiendo que la medida del 9 sea parte de un plan de lucha continuo hasta que conquistemos nuestros reclamos. Por eso vamos a intervenir en forma independiente de las centrales convocantes.
Estos últimos días las cúpulas convocantes se han ocupado más de atacar a la izquierda y la forma en que intervenimos en el paro, que por preparar un paro contundente.
La huelga general aceitera, que tras 25 días de huelga y bloqueos consiguió romper el techo salarial del gobierno, es un ejemplo para todos.