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Red Internacional
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Corrientes. Gatillo fácil: 8 años del asesinato de Exequiel Riquelme

Se cumple otro año del crimen de Exequiel, el adolescente fusilado por la espalda después de ser perseguido por una decena de policías en el año 2010 en la provincia de Corrientes.

Jueves 6 de septiembre de 2018 12:14

Pasaron muchos años y poco se habla en Corrientes de los casos de gatillo fácil. Casi no se nombra a los policías que matan niños y jóvenes pobres en los barrios, en contraste con las noticias sobre “inseguridad” con las que los medios buscan justificar la militarización de las villas o las políticas de mano dura. Poco se habla de la violencia cuando esta proviene de una fuerza de “seguridad”.

Uno de los tantos casos de violencia policial es el de Exequiel Riquelme. Exequiel tenía en ese entonces 14 años, estudiaba en la escuela Olga Cosettini y cursaba el 8vo año. Cuando no estaba en la escuela ayudaba a su padre que trabajaba como carrero o jugaba al futbol con sus compañeros. Lo mataron una semana antes de que cumpliera 15.

¿Qué pasó con Exequiel?

El 6 de septiembre, Exequiel salió del colegio y se quedó jugando al futbol con unos amigos pero al notar que un grupo de 12 policías se le venían encima sin razón, corrió, y lo persiguen hasta que un vecino le ofreció su casa para protegerse. “Eran como doce policías los que entraron a la casa y lo vieron temblando, lo rodearon, le dijeron que ponga las manos en la cabeza y le dispararon sin razón” relataba su tío Rafael Riquelme a Cosecha Roja hace unos años.

Lo persiguieron, lo acorralaron y cuando estaba totalmente indefenso le dispararon en el cuello a menos de dos metros de distancia. A demás su padre contaba que mientras agonizaba lo seguían maltratando. “Estaba indefenso, quietito en el piso, y le dispararon como a un animal. Después lo llevaron arrastrado como una bolsa de papa. No tenía ningún arma. Se entregó ¿Cómo le van a disparar así?” expresaba Julio Riquelme, su papá.

A Exequiel lo trasladaron en un patrullero hasta el Hospital Escuela, le extrajeron 13 perdigones de bala de goma, lo derivaron hasta el Hospital Pediátrico “Juan Pablo II “y ahí falleció cerca de la medianoche.

Siempre la misma impunidad

Aunque por el caso fueron detenidos los 12 policías solo uno quedo detenido: Julio Maldonado. Maldonado fue identificado como el responsable del disparo que mató al adolescente. Según el, disparó porque “se asustó” algo imposible de comprender proviniendo de una persona fuertemente armada frente a un chico de 14, desarmado, acorralado y en el suelo.

A pesar de lo absurdo del relato, miembros de la fuerza salieron a respaldarlo tiempo después argumentando que Maldonado actuó “correctamente” y que lo sucedido fue un “accidente que les pudo suceder a cualquiera de ellos”. Estos dichos por parte de la policía de Corrientes muestran que no es un caso aislado ni un accidente, sino que el gatillo fácil es una política de Estado.

En cuanto a los responsables políticos Ricardo Colombi (UCR) en ese entonces gobernador y el actual gobernador Gustavo Valdes quien fuera en ese momento ministro de Gobierno y Justicia, se desligaron rápidamente del caso calificándolo como “un episodio desafortunado” que “quedaba en manos de la justicia”. Lo cierto es que Julio Maldonado hoy se encuentra en libertad aún después de ser condenado a 6 años de prisión por el crimen en el 2010.

Julio Maldonado Policia de Corrientes (foto)

Ni un pibe menos. Ni una bala más

El caso de Exequiel duele al igual que el de cada pibe que se lleva impunemente la maldita policía. Hace a penas unos días fue asesinado en Chaco Ismael Ramírez de 13 años en medio de una represión que quiso ser justificada por el gobierno y los medios que hablaron de “enfrentamientos “y “saqueos”, también se cobraron hace unos meses la vida de Facundo Ferreira en Tucumán , el nene de 11 años que sufrió un disparo en la cabeza por parte de dos policías.

En todas partes las fuerzas represivas le arrebatan la vida a nuestros pibes con la complicidad y el aval del gobierno y los medios hegemónicos, quienes no dudan en justificar cada crimen como hizo el presidente Mauricio Macri y Patricia Bullrich defendiendo al policía Luis Chochobar, dando el mensaje de que atrás de cada caso de gatillo fácil, hay una orden del Estado.