Decenas se manifestaron en las puertas del Juzgado N°1 de La Matanza. Pidieron la recusación del fiscal por ser cómplice de la Bonaerense, la fuerza que asesinó a Lucas. El dolor de familiares y amigos que además sufrieron la provocación policial, pero no cesan en su pelea contra la impunidad.

José Muralla @murayeando
Martes 14 de julio de 2020 00:00
Movilización por Lucas Verón, un nuevo caso de gatillo fácil en La Matanza - YouTube
En la mañana de este lunes 13, familiares y amigos de Lucas Verón se movilizaron a la sede del Juzgado N°1 de San justo para exigir que se condene a los agentes Ezequiel Benítez y Cintia Duarte, por el asesinato del joven del barrio matancero de Villa Scasso.
Lucas cumplió sus 18 años el 9 de Julio. Esa noche salió con un amigo en moto a comprar una coca, pero encontró la muerte a manos de estos dos policías de la Bonaerense de un tiro en el pecho. Antes los habían perseguido a los tiros con el patrullero, hasta chocarlos y tirarlos al piso. Luego los dos agentes se dieron a la fuga, sin informar de los sucedido. Ese mismo día había estado Sergio Berni en el mismo distrito arengando a la bonaerense en su propio acto por el día de la independencia.
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Los familiares de Lucas habían sido citados a la fiscalía del doctor Juan Pablo Tahtagian, pero decidieron no ir y presentarse directamente ante la jueza ya que consideran que el fiscal se puso del lado de la bonaerense, violando la ley. Como denunciaron Cinthia y Martín hermanos de Lucas el fiscal fue cómplice del intento de encubrimiento por parte de los efectivos de la comisaría de González catán, y por eso exigen su recusación.
En esa comisaría habrían amenazado a “moneda”, el joven que iba en moto con Lucas, obligándolo a declarar que habían salido a robar. Una acusación completamente falsa ya que Lucas se encontraba festejando su cumpleaños y habían salido a comprar una gaseosa.
También intentaron incriminar a un hombre qué pasaba en un auto blanco en el momento de los tiros. Con tal fin intentaron manipular la información de las cámaras de seguridad de la zona. Cámaras que, como contó Cinthia, tuvieron que defender para evitar que la policía borré las evidencias.
Según informó Roberto Cipriano - secretario de la Comisión Provincial por la Memoria y parte de la defensa de la familia de Lucas – al terminar la jornada, la Bonaerense habría sido separada de la investigación para que su “espíritu de cuerpo” no entorpezca la investigación buscando garantizar la impunidad.
Nuevamente, al igual que en la causa por la desaparición forzada de Facundo Castro, la Bonaerense debió ser separada de la causa. Nuevamente fue por iniciativa de la familia, ya que los poderes del estado se alinearon con la impunidad. La diferencia es que la familia de Lucas logró llegar antes que la de Facundo, evitando así que desaparezcan las pruebas.
Impunidad y provocación
Los hermanos de Lucas relataron la impunidad con la que se manejaban estos policías. Desde gatillarle en la cabeza a un jóven para luego patearlo en el piso, hasta robarle las zapatillas a los jóvenes y manosear a las mujeres. Delitos por los cuales venían zafando de la condena mediante amenazas a las víctimas.
Luego de matar a Lucas se fueron de la escena, para aparecer en la comisaria a hablar con los familiares diciendoles que se calmen, haciendose los inocentes. "Decile a tu mamá que se calme", era el falso consuelo que le decía a Cinthia la complice del asesino de su hermano. Los demás policías en la comisaría se burlaban.
Dias despues frente al juzgado, familiares y amigos - pese al dolor y la bronca por el asesinato de “lukitas”, como decía la bandera que pedía justicia por él - se manifestaban ruidosa pero pacíficamente.
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Los policías desde adentro del juzgado, nuevamente se burlaban. De repente el palo del redoblante de uno de los chicos cayó al piso. Cuando éste lo fue a levantar un policía se lo pisa, en un gesto de impune provocación.
Estalla la bronca y los manifestantes entran al juzgado. Cristian, el tío de Lucas, intenta que salgan y no entren la provocación de la policía. Cuando van saliendo otro policía le pega un “cortito” por abajo al tío que estaba intentando tranquilizar a la gente. Al ver esto los manifestantes vuelven a entrar. Ahí es donde una mujer policía intenta frenar a la hermana de Lucas, agarrando con la otra mano su arma reglamentaria mientras Cinthia le gritaba “¿me vas a matar de un tiro cómo mataron a mi hermano?”
Al salir del juzgado esperaba afuera una veintena de efectivos, nuevamente de la maldita Bonaerense, con motos y armas largas contra familias trabajadoras que sólo pedían justicia.
Basta de gatillo fácil, el Estado es responsable
Envalentonados por el poder que les dieron los diferentes gobiernos durante la cuarentena, las diferentes fuerzas represivas han salido a matar en todo el país.
La bonaerense tiene el récord de una persona muerta cada 40 horas, a lo que suma la desaparición de Facundo Castro aún impune. Tan impune qué un subcomisario amenazó al abogado de la familia de Facundo mientras realizaban un reconocimiento.
La cantidad y similitud de estos hechos muestra que no se trata de casos aislados sino que es una política de estado. Como señaló Nathalia González Seligra, dirigente del PTS FIT-U presente en la movilización, “se trata de una práctica constante contra los jóvenes en los barrios. Por eso venimos a acompañar a la familia de Lucas en su reclamo y decimos basta de gatillo fácil y fuera la policía de nuestros barrios”.
.@NathiGonzalezS: “¡Basta de gatillo fácil! Acompañamos a la familia de Lucas Verón" https://t.co/JJ8o3W8oej
— Frente de Izquierda Unidad / Zona Oeste (@PTSZonaOeste) July 13, 2020
El caso de Lucas Verón es elocuente. La policía mata y enseguida activa sus mecanismos de impunidad. Por eso sólo la pelea de los familiares y amigos de las víctimas del gatillo fácil y la violencia estatal, junto los organismos, agrupaciones y partidos que defienden los Derechos Humanos de manera independiente del Estado, puede frenar la violencia que el Estado genera.
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José Muralla
Nació en Arenales (BA) en 1984. Es licenciado y profesor en Ciencia Política (UBA). Trabaja como docente de nivel medio en CABA y La Matanza. Desde 2007 milita en el PTS. Vive en Lomas del mirador y es parte del staff de La Izquierda Diario de la Zona Oeste del GBA.