El FMI manifestó su preocupación por el curso que puede tomar la profundización y generalización de la guerra comercial; uno de los menos beneficiados sería EE.UU., dice directora del organismo.
Jueves 19 de julio de 2018
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, manifestó su preocupación ante las medidas en materia comercial tomadas por el gobierno de Donald Trump. Alerta ante la posibilidad de que las imposiciones arancelarias a economías tanto vecinas como de otras regiones deriven en una verdadera guerra comercial a un nivel inédito en el siglo en curso.
En las previsiones hechas por la titular del FMI, el conjunto de la economía global se vería afectada entre un margen de decrecimiento del PIB mundial de 0.1% hasta 0.5%, esto sin considerar que la inversión podría tender hacia una caída que agravaría estas proyecciones.
Dicho escenario tan sólo abarca una salida a las medidas que han emprendido los movimientos y cambios que han involucrado a Estados Unidos y a China que, pese a que ambas constituyen la primera y segunda economías más grandes del globo, sólo constituyen una parte del intercambio internacional.
Lagarde puntualizó que de continuar en este rumbo, el conjunto de las economías resentirían fuertemente dichas medidas, aunque no participen directamente de los tratados en modificación, proyectando incluso una caída del PIB para regiones como el conjunto de la Unión Europea. Sin embargo, el más afectado hasta ahora, según los cálculos, sería el propio Estados Unidos, dejando asentado las enormes contradicciones entre las cuales se mueve la política actualmente en curso.
Un escenario con contradicciones acumuladas
La ampliación de estas contradicciones se acentúa en el escenario internacional. “La retórica se ha convertido en realidad” como ha señalado la propia Lagarde, que hasta ahora encarna un sector de la burguesía internacional que no piensa comprometer la continuidad del proyecto de la globalización, como lo venía apuntando el rumbo de la economía internacional y que hasta ahora mantiene una parte importante de posiciones en la estructura general del capitalismo
Estas declaraciones se dan luego de la imposición de los aranceles a China por parte del gobierno de Trump y de que el magnate demandara oficialmente ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) a México junto con otras regiones de Europa y Asia. Estas medidas son expresión, como decimos aquí, "de una política menos hegemónica y más dominante [...] el famoso ’America First’ en acción".
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El telón de fondo es una recuperación relativa de las proyecciones económicas de crecimiento para el próximo periodo. Algunas de estas alcanzan un alza de poco menos del 4% para el PIB mundial. El relativo empuje “pos-crisis” ha sido condicionado por los brutales ajustes que se llevaron a cabo contra las masas trabajadoras y populares en un sinfín de puntos del mundo y a una combinación con la tendencia creciente de proteccionismo que no garantiza la realización o consolidación de este empuje y que deja poco claro hacia dónde podría derivar.
Se suma la reducción de crecimiento de importantes actores como son la economía china y latinoamericana. Se traduce entonces en una desigualdad más diversa de porcentajes de crecimiento para las distintas regiones de la economía.
Es importante señalar que estas operaciones estructurales carecen de todo contenido de armonía, puesto que en la región de Centroamérica está siendo motor de procesos como lo puede ejemplificar la huelga general en Haití y la reciente dimisión del primer ministro a causa de las potentes movilizaciones.
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Es claro que el clima que se viene desarrollando producto de las reestructuraciones internacionales del capitalismo es variado y hasta cierto punto incierto, la desestabilidad y el desequilibrio son los fantasmas que acechan casi cualquier tipo de escenario actual e inmediato. Nada bueno ni beneficioso pueden esperar las masas laboriosas de estos reajustes que no contemplan su bienestar y sus vidas.
Jesús Pegueros
Estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM