Mientras las patronales despiden, las gestiones obreras, con las mujeres al frente, generan trabajo y muestran una verdadera salida a la crisis sanitaria, económica y social.
Domingo 12 de abril de 2020 09:06
Son las 6 de la mañana y aunque afuera todo está paralizado, salimos de casa como cada día para producir en la fábrica. Como muy pocos sectores, seguimos trabajando durante este tiempo de cuarentena.
Mientras los empresarios están viendo cómo hacer negocios con nuestra salud y aprovechan para despedir a miles en plena crisis y precarizar aún más las condiciones de trabajo, desde la gestión obrera textil Traful Newen logramos en menos de tres semanas reconvertir la producción de nuestra fábrica, e inclusive generar nuevos puestos de trabajo.
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Sabemos que, para nosotras, como para millones de trabajadores y trabajadoras precarios, nada es fácil. Mucho menos poder subsistir a una crisis siendo parte de gestiones obreras, que deben resistir a los embates de la economía con el propio esfuerzo de sus obreros y obreras.
Sin embargo, ni bien la pandemia se instaló en el país, sabíamos que no podíamos continuar como si nada, y que en nuestras manos y con nuestro trabajo tenemos la posibilidad de aportar a las necesidades sanitarias del sistema de salud. Y así comenzamos a hacerlo confeccionando barbijos, sabiendo que es un ejemplo para toda la industria.
Poder seguir produciendo en esta situación y aportar con producción a la crisis sanitaria, no es menor en un marco de despidos, suspensiones y hambre, que sin dudas vendrá para los de abajo.
Sabemos que la realidad del pueblo trabajador en esta crisis es y será muy grave. En un país donde 16 millones de personas son pobres, es aún más grave que los “miserables” de siempre, el gran empresariado nacional y las patronales se hayan cobrado el empleo de miles de trabajadores y trabajadoras.
No alcanza con la prohibición de despidos por decreto, porque no es retroactivo a los miles que ya ocurrieron y es solo por 60 días. Tampoco alcanza con una tímida amenaza a las patronales.
Sabíamos que podíamos ir más allá, y lo hicimos. Es por eso que mientras las patronales despiden y suspenden, dejan en la calle a familias, nuestra asamblea decidió incorporar nuevos compañeros y compañeras a la fábrica.
Nosotras sabemos que no llegamos a este camino solas. El parque industrial de Neuquén concentra la memoria de luchas y peleas valiosas para la clase trabajadora
Sin dudas el ejemplo que nos guía y nos acompaña es el de los y las ceramistas de Zanon, que en plena crisis del año 2003, crearon 30 nuevos puestos de trabajo convocando a organizaciones de desocupados y mostrando que la clase obrera es una sola.
Es así que votamos hace unos días atrás la incorporación de dos valiosos compañeros de lucha y protagonistas de una de las últimas peleas que en los años 2017-2018 conoció este parque industrial de Neuquén, la de los madereros de MAM, convocando a Franco Vergara y Carmen Puel.
Pero hay mucho por hacer, y queremos hacerlo con todos aquéllos sectores solidarios con las familias obreras en esta crisis. Jóvenes estudiantes solidarios han comenzado a hacer voluntariado en la fábrica, a partir de la iniciativa de la presidencia del Centro de Estudiantes de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue, frente a la necesidad de colaborar activamente en esta crisis. Pero no es nuevo, nuestra experiencia se forjó al calor de pelear codo a codo junto a ellos y ellas; que no se resignan al “sálvese quien pueda” que nos quieren imponer, forjando profundos lazos de unidad obrera estudiantil para enfrentar esta crisis sanitaria económica y social.
Las gestiones obreras estamos mostrando que la clase trabajadora puede dar otra salida, muy distinta a la que proponen los grandes empresarios y los gobiernos, que solo anuncian medidas de “rescate” para los empresarios, endeudándose aún más y militarizando los barrios, condenando a millones al desempleo, la precarización, al hacinamiento y abandono en tomas y asentamientos, o a condiciones completamente insalubres de vida y de trabajo.
Sabemos que la clase trabajadora tiene el verdadero potencial para dar una respuesta diferente a la crisis. Y nos enorgullece ser parte de la clase trabajadora que está en la primera línea frente a la crisis, junto a las trabajadoras y trabajadores de la Salud y también de fábricas recuperadas como MadyGraf, una gráfica de zona norte de Buenos Aires que reconvirtió su producción para fabricar sanitizante de alcohol y mascarillas sanitarias, o los ceramistas de Neuquén que pusieron sus fábricas y su trabajo al servicio de afrontar la pandemia.
Las gestiones obreras estamos mostrando que la clase trabajadora puede dar otra salida, muy distinta a la que proponen los grandes empresarios y los Gobiernos
Ante la profunda crisis que estamos viviendo no puede seguir primando el lucro y la especulación de los grandes empresarios y, fortaleciendo un Estado “policial” que será usado en tiempos álgidos contra el pueblo trabajador.
Es fundamental organizar comisiones de seguridad e higiene en cada lugar de trabajo, exigir test masivos para detectar los focos de contagio, centralizar bajo la órbita estatal el sistema de salud, y planificar de manera urgente la economía dirigida a las necesidades de las mayorías. Hoy millones no tienen lo necesario para sobrevivir, y por eso urge la determinación de un salario de cuarentena para los millones de precarios, monotributistas y desempleados.
Sabemos que, a los empresarios, si no les cierra el negocio, vacían las fábricas, despiden masivamente, recortan salarios o suspenden. Por eso es vital que, las trabajadoras y trabajadores nos pongamos al frente, organizados, junto a la juventud para dar una salida socialista y que esta vez la crisis no la pague el pueblo trabajador.
Porque nuestras vidas valen más que sus ganancias siempre y sin dudas, aún más bajo esta pandemia.